Las redes sociales como factor de riesgo en el desarrollo de TCAs en adolescentes

Redes sociales

Las redes sociales pueden definirse como comunidades formadas por diferentes usuarios y organizaciones que se relacionan entre sí en plataformas de Internet. Se trata de redes, pues efectivamente permiten que las personas se conecten entre sí de manera libre e inmediata y sin otras limitaciones más allá de contratar un servicio de internet y poseer un dispositivo adecuado. También son sociales, ya que fueron creadas con la finalidad de intercambiar todo tipo de contenidos.

Las redes sociales han modificado la forma de comunicación y la  manera en que la gente interactúa; gracias a ellas se puede visualizar información, productos y servicios de todas partes del mundo a través de la publicidad, por lo que se han convertido en una herramienta fundamental para el crecimiento de las empresas y el posicionamiento de grandes marcas. Martínez-Rodrigo y Sánchez-Martín (2013), mencionan que la evolución de la publicidad se ha producido paralelamente al de las tecnologías de la información. De este modo, la publicidad se insertó rápidamente en Internet.

Roxana Morduchowicz, doctora en Comunicación en la Universidad de París y consultora de la Unesco en temas de educación y tecnologías, comenta en su libro ''Los adolescentes y las redes sociales" (2012) que en Argentina, el 95% de los adolescentes tiene acceso a Internet. Asimismo, comenta que el 75% de los chicos de entre 13 y 17 años tiene un perfil personal en alguna red social y que, según sus observaciones, el 90% de los jóvenes chatea, visita una red social, manda mails o bloguea.

La Asociación Mexicana de Internet (2011), indica que en el 2010 la distribución de usuarios de internet se veía reflejada un 60% en el perfil “joven”, donde el rango más alto de usuarios digitales lo representan adolescentes de ambos géneros de 12 a 17 años con un 27%,  dejando  en claro que este grupo etario es el más propenso a visualizar publicidad en las redes sociales. En cambio, para el 2015 hubo un incremento en el uso del Internet debido a que entre los adolescentes de 12 a 17 años la proporción alcanza el 85.9%, elevándose un 60% en los últimos 5 años (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2016). De igual modo, la investigación del uso de redes sociales por parte de Televisa en 2015 indica que el  74%  de los  adolescentes cuentan con un teléfono donde el 68% lo usa para conectarse a internet y el 79% ingresa a las redes sociales.

En concreto, las redes sociales han tenido gran éxito entre los adolescentes, que buscan reconocimiento y popularidad, es decir, están en la búsqueda de   pertenecer   en   un   determinado   grupo   social (Echeburúa y Requenses, 2012). A pesar de que las redes sociales son una herramienta exitosa y positiva para grandes marcas, a la vez llegan a convertirse en algo negativo para los adolescentes debido a que  éstos mismos se encuentran situados en una etapa de desestabilidad emocional, y la publicidad dentro de estas plataformas pueden llevarlos al aislamiento, presencia de ansiedad, afecte a la autoestima o haga perder al sujeto su capacidad de control y su estado de identidad.

La publicidad en redes sociales enfoca sus estrategias en los anuncios   comerciales con el fin de llamar la atención de las personas que están expuestas a los mismos y estimular al receptor para que responda a través de la compra. Frutos Torres et al. (2014) aseguran que los jóvenes se enfrentan a las redes sociales con una actitud más confiada, y las toman como un vehículo de socialización y éxito social; también dedican más tiempo al medio interactivo y participan en mayor medida de las propuestas publicitarias que se ofrecen en Internet.

Adolescencia

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la adolescencia como la etapa que transcurre entre los 10 y 19 años. El comienzo coincide con la edad aproximada en que se inician las modificaciones sexuales secundarias,  mientras   que su culminación depende de factores socioculturales. Normalmente la dividen en dos fases; adolescencia temprana de 12 a 14 años y adolescencia tardía de 15 a 19 años. En cada una de estas etapas se presentan cambios fisiológicos, anatómicos, psicológicos y la adaptación a los cambios culturales y sociales. El sujeto alcanza la madurez biológica y sexual, se busca alcanzar la madurez emocional y social, y a su vez la persona asume responsabilidades en la sociedad y conductas propias del grupo que le rodea (Papalia, Wendkos & Duskin, 2010). Se considera a la adolescencia como una etapa de transición entre la niñez y la edad adulta (Moreno y Del Barrio, 2000). Esta transición se origina en los cambios hormonales propios de la pubertad, los cuales se vinculan con otros factores individuales, familiares y sociales.

Es importante tener en cuenta a la cultura, porque tal y como mencionan Moreno y Del Barrio (2000), para poder entender y explicar la adolescencia es necesario analizarla en el contexto sociocultural en que se desarrolla, ya que los adolescentes son, en gran parte, el reflejo de la sociedad que les está educando.

De acuerdo con Erikson (1950), el joven se enfrenta con una “revolución fisiológica” dentro de sí mismo que amenaza la imagen corporal y la identidad del individuo. Así, la adolescencia es el periodo durante el cual debe establecerse una identidad positiva dominante del yo. Si la identidad del yo no se establece satisfactoriamente en esta etapa, existe el riesgo de que el papel que ha de desempeñar como individuo le parezca confuso (Erikson, 1950). Debido a lo anteriormente mencionado, la adolescencia es considerada una etapa altamente vulnerable a la publicidad en redes sociales, debido a que con la entrada en la pubertad, la imagen que se muestra públicamente se vuelve más importante que nunca, las relaciones fuera del sistema familiar se van acrecentando y la influencia que el grupo ejerce en la construcción de nuevos ideales es notable. El sentimiento de pertenencia al grupo, y el hecho de ser juzgado de manera positiva por él, se convierte en una de las facetas más importantes del desarrollo en esta etapa (Dos Santos Mendes Mónico, 2014). Esa necesidad de pertenecer y la necesidad de involucrarse e interactuar con pares similares a ellos es una motivación importante a la hora de utilizar las plataformas digitales. Esto se corrobora en un análisis estadístico, donde se destaca que aproximadamente ocho de cada diez adolescentes de 13 a 17 años, sostiene que el uso de dichos medios los hace sentir cómodamente conectados a lo que está pasando en la vida de sus amigos; alrededor de dos tercios manifiestan que las redes sociales les hacen sentir como si tienen gente que los puede apoyar; además el 71% afirma sentirse fácilmente incluidos en su comunidad de interés (Anderson y Jingjing, 2018).

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