Legalización de la marihuana en Colombia

Legalización de la marihuana en Colombia

Por Edwin Yunis

En los últimos años el tema de la marihuana y en general el consumo de las drogas ha sido poco a poco más abierto a discusión, esto viéndose en que las generaciones actuales son un poco más abiertas a estos temas controvertidos, sin embargo, aún sigue existiendo ese tabú relacionado a las drogas escuchándose de muchas personas los comentarios de que estas son malas y que si consumes drogas vas a terminar sin un futuro o incluso en la calle. Esto lleva a la pregunta de si todo lo relacionado con este tema debería dejar de ser un tema difícil de abordar y normalizarse un poco más. Con esto dicho lo que se postulará en este escrito es que el estado colombiano debería legalizar la marihuana para su uso de manera recreativa en la población general.

En primer lugar, la legalización de la marihuana se podría usar para mejorar la economía nacional por medio de la recaudación de impuestos. Si bien el cannabis tiene una evidente aceptación por un grupo poblacional; para que este pase a ser un factor de relevancia en la economía nacional primero debe ser legalmente aceptado, por lo que se intenta evaluar sus beneficios comerciales a pesar de la dificultad actual para observar las compras de los consumidores. Entrar a fondo en las distintas posibilidades que se abrirán con este mercado, traería múltiples beneficios a distintos sectores de la población, así como dice Anderson: “ Los gobiernos que buscan ingresos fiscales, las empresas que buscan indicadores de mercado confiables y los consumidores que buscan proveedores confiables tienen interés en llenar este vacío de conocimiento”(Anderson 2020). Esto mismo se puede mostrar con el siguiente estudio realizado por Jaramillo Mejía y Vélez Otoya (2021) los cuales afirman lo siguiente:  

“Colombia, es el país que tiene permitido el mayor volumen de producción de marihuana a nivel mundial, con 14 toneladas autorizadas por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), lo cual amplía la oportunidad de generar negocios para inversionistas nacionales e internacionales. Lo anterior, fue posible a partir de la aprobación de la Ley 1787 de 2016, defendida por el exsenador liberal Juan Manuel Galán, la cual establece un marco regulatorio que permite el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados en el territorio nacional colombiano. Se espera que para los próximos años la implementación del cannabis siga en aumento y se convierta en uno de los puntos más importantes de la economía colombiana ”. (p.7-8)

 Como se evidencia anteriormente en la investigación de Jaramillo y Otoya, Colombia tiene actualmente varias posibles opciones impulsoras de la economía con respecto a la comercialización del cannabis o también llamada marihuana, y lo más importante su proyección prevista en esta investigación a futuro, la cual puede llegar a ser de gran provecho al despenalizar la comercialización de la marihuana para uso de manera recreativa en la población general. 

En segundo lugar, con la legalización de la marihuana, o cannabis, se podría regular de manera más apropiada un control sanitario. En los distintos estudios realizados de los efectos adversos que trae el consumo de este producto de manera recreativa se han podido encontrar que estos no son por la misma planta sino más bien por compuestos que introducen los mismos distribuidores para que esta misma rinda más y sea más rentable en el ámbito del negocio, así como se evidencia en la investigación realizada por Mockenberg (2014) en donde dice lo siguiente “otro ingrediente detectado en la adulteración ha sido el agregado de partículas de plomo, que al aumentar significativamente su peso específico, incrementa también las utilidades de los inescrupulosos traficantes.” Esto mismo se puede evitar logrando una regulación en lo que lleva el producto cuando este va a ser vendido lo cual puede disminuir en un espectro muy amplio los efectos adversos que tiene el consumo de este en la salud de las personas que lo consuman. Un principal objetivo de legalizar la marihuana o cannabis con fines recreativos es lograr minimizar los efectos adversos que se generen en los consumidores y el primer camino para lograr esto es regular la producción de manera que se disminuya el consumo de este producto con contaminantes, ya que es el principal factor al momento de generar daños en la salud. Debemos dirigirnos a un mercado regulado con cuidado en los daños a la salud para proteger a la sociedad. Esto se evidencia en el análisis de riesgo de Carlos Santos-Burgoa, en el cual menciona lo siguiente:   “En el tema de la marihuana conviene resaltar diversos aspectos básicos: a) las bases farmacodinámicas y su medición biológica, que difieren de las del alcohol, tienen una concentración en aliento y muestras biológicas breves (menos de una hora) y efectos subjetivos más persistentes (más de tres horas); b) se tiene que considerar la estandarización y control de la producción para obtener un producto controlable, toda vez que los tipos de marihuana que se utilizan no son homogéneos: al igual que el tabaco, la marihuana se ha sometido a ingeniería, se han modificado sus componentes, enfatizando en aquellos con más efectos terapéuticos o psicotrópicos, y diversas potencias; su estandarización es esencial si se le reconoce un uso medicinal; c) el manejo humano de la planta la puede exponer a contaminantes biológicos (hongos) y químicos (incluyendo antibióticos e insecticidas) que tienen que ser monitoreados y controlados”(Santos-Burgoa 2017).

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