Legalización de marihuana.

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La legalización de la marihuana ha sido un tema difícil de tratar (aparentemente), desde que nuestro país vecino del norte decidió tomar dicho rumbo y sólo fu cuestión de tiempo para que nuestra nación decidiera copias las estrategias tomadas por otras delegaciones, como se acostumbra.

El hecho de estar de acuerdo con esta decisión, incluye un aspecto importante; evidentemente el uso que se le dé a la marihuana, es decir, fines terapéuticos con su debido control en cuanto a la cantidad de consumo, tal como lo aplica el Distrito de Columbia y otras 20 entidades del estado norte americano. Sin embargo, el hecho de estar a favor de este permiso a corto plazo, o al menos en un lapso corto, será usada legalmente si se respalda su uso con una prescripción médica, lo cual representa el inicio de la justificación jurídica para el consumo normal de la misma en un periodo de tiempo más futuro. Es el mismo caso del tabaco y alcohol, después de darle una oportunidad, se estarán creando “sugerencias de uso” y cuando nos demos cuenta, los ciudadanos ya no serán juzgados legalmente por la posesión de esta droga, sino por su consumo excesivo (fase en la que están las bebidas alcohólicas) y finalmente se llegará a un paso antes de la decisión que se está tomando ahora, portándose como un ciclo, donde se crearán lugares de fumar y no fumar, pero en este caso marihuana y por esta razón muchas personas querrán en ese momento prohibir su consumo nuevamente.

Considero importante darle la razón a la opinión de otros autores de instituciones reconocidas como Forbes, en el aspecto de la “eliminación de violencia” creada por su representante más común en este ámbito, los narcotraficantes. El hecho de hacer legal el consumo y venta de la marihuana no significa una pérdida en los ingresos de los grupos de la mafia, pues a pesar de que esta droga es la más consumida (en un 80% a comparación de otras drogas) no es la única fuente económica del contrabando, pues existen más drogas que reditúan a dichos contrabandistas. La marihuana sólo representa una parte de ingresos de los narcotraficantes pero no su totalidad.

Finalmente, comentar que los mexicanos no aprueban la legalización del consumo de la marihuana si no es para fines medicinales, lo considero como una excusa para la gran insistencia  e interés por los mismos para saber lo que pasaría, pues como un acto (o tal vez estrategia indirecta) psicológico, las personas siempre prestan gran atención a las cosas prohibidas, pues este acto es parte de nuestra naturaleza y si bien considero que existe la posibilidad de reducir los problemas que trae la comercialización ilegal de esta droga en específico, su corona será otorgada a otra sustancia, es decir, se elevarían los problemas de comercialización de otra droga menos nombrada, presentando nuevamente un problema para nuestra nación y las restantes.

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