Llegada de los libros misteriosos

La llegada de los misteriosos libros

El futuro es algo que todos desconocemos, a veces se siente como si, a veces se siente como si nuestra vida pasará demasiado lento y otras veces muy rápido la pregunta es ¿por qué? Nuestro futuro cambia según nuestras decisiones, algo que todos ya deben de saber, en el momento que algo sucede en nuestra vida pueden cambiar muchas cosas y quizás traer consecuencias.

Tal vez ese día de Halloween en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería fuera testigo de uno de esos cambios misteriosos que al Destino se le ocurre tener, si hubiera sucedido después las consecuencias hubieran sido peores, pero, si hubiera sido antes muchas cosas no como lo actualmente.

Lo que no se esperaban los pequeños y más grandes magos y brujas que estaban presentes en el Gran Comedor, esperando saber quiénes eran los anhelados campeones del Torneo de los Tres Magos mirando atentamente las llamas blanquiazules del Cáliz de Fuego que una misteriosa luz cegara a todos, alarmándolos de un posible ataque.

Apenas la luz desapareció todos comenzaron a mirar curiosos que nada había cambiado, pero eso no evitaba que estuvieran alertas, con las varitas en alto, listos para defender de cualquier peligro.

Aunque claro, eso no era lo que estaba pasando ...

- ¿Qué? - Una pequeña y suave voz atravesó en los oídos de todos los presentes en el gran comedor, haciendo que todos volvieran sus cabezas a esa dirección, dándose cuenta que el dueño de tal voz era un pequeño joven de cabello negro muy revoltoso y unos traviesos lentes que ocultaban unos brillantes ojos verde esmeralda que todos conocían - ¿Un paquete? ¿Recibo un paquete, justo ahora?

- ¿Señor Potter? - Preguntó el director de ojos azules que parecía que tuvieran rayos X, pero el brillo que caracterizaba tales ojos desaparecidos

- Este paquete ha aparecido frente a mí, profesor - dijo Harry, mirando con precaución la gran caja de color marrón que estaba frente a él

- Tiene tu nombre - dijo Ron, su mejor amigo, un joven con muchas pecas de cabello rojo flameante y curiosos ojos azules - Harry James Potter - termino de decir al observar la parte superior del paquete con una caligrafía extrañamente familiar

Albus Dumbledore se acercó con rapidez hacía la mesa de Gryffindor, los estudiantes se alejaron de la caja para permitirle acercarse a ella, fue seguido por la jefa de la Casa de Gryffindor Minerva McGonagall, él jefe de la Casa de Slytherin Severus Snape, el Auror Alastor "Ojo Loco" Moody, Bartimus Crouch Sr., Ludo Bagman, Igor Karkaroff y Madame Maxime, mientras los demás profesores tratan de mantener la calma con sus alumnos.

- Todos, retrocedan ahora - ordenó Snape con una voz fría haciendo que todos los alumnos se alejaran con rapidez, como siempre provocando ese miedo a través de su voz a los alumnos de diferentes grados

El ya no tan joven director agitó su varita murmurando en voz baja diferentes tipos de hechizos, frunciendo el ceño al notar que nada ocurría.

- Al parecer no tiene ningún maleficio - dijo después de unos minutos, había comprobado con diferentes tipos de hechizos, pero nada había pasado, obteniendo solo resultados negativos por lo que extendió su mano tratando de abrir la caja. Para su desconcierto, permaneció cerrado, tal y como estaba desde un principio

- ¿Sucede algo malo «Dumbly-dorr» - Preguntó
toscamente Madame Maxime mientras miraba con desconfianza la caja

- En realidad, no lo sé - suspiro pensativo el director - no consigo abrir la caja.

- Creo que claramente está sucediendo algo malo Dumbledore - gruño Bagman con impaciencia

- Tal vez yo no sea el indicado para abrir la caja - dijo dirigir su mirada hacia el único Potter que estaba parado juntos a sus amigos a unos metros de distancia

Harry al notar su mirada no pudo evitar parpadear sorprendido - ¿eh? ¿yo? - dijo mirando hacia atrás esperando que el director se haya equivocado de persona

- ¿Acaso quieres que un niño abra una caja con contenido desconocido que apareció de la nada en medio del Gran Comedor de tu colegio, Dumbledore? - Preguntó Crouch, no luciendo muy feliz ante esa perspectiva

- Puedes leer que tiene su nombre, Barty, claramente estaba destino a él - Asintió ante sus propias palabras - Es lógico que quién hiciera esto se aseguró de hacer todo lo posible para que le llegará, logrando así atravesar las barreras que protegen el castillo, se aseguró que solo él pueda abrirlo y así revelar su contenido

- Estúpidamente fantástico - murmuraba el joven, eso era lo último que necesita en su vida, él solo quería tener un año tranquilo, disfrutando con sus amigos del Torneo y celebrar por quien sea que ganará, pero no, como siempre el destino disfrutaba jugar con su vida

- Vamos, Harry - dijo Hermione, su mejor amiga, una joven de cabello abultado como un león de color castaño claro y unos determinados ojos marrones acaramelados - Entre más rápido termine esto será mejor

- Es fácil para ti decirlo - gruñía Harry agarrando con fuerza su varita mientras se acercaba

Al cerrar la distancia con la caja, la agarra y abrió sin ningún problema. No salió ningún brillo místico o algo parecido, no sabía que había impedido a Dumbledore de abrirlo, era solo una caja común y corriente

Al fijarse en su contenido esperaba algo valioso como alguna reliquia porque después de todo se tomaron molestias al entregarlo, pero al fijarse detenidamente se dio cuenta que era lo último que deseaba ...

- ¿Libros? ¿En serio me han enviado, libros? - exclamó desconcertado el joven

- ¿Qué clase de libros? - dijo Hermione fijándose por encima de su hombro

- No estoy seguro - murmuro agarrando uno de ellos que era de color morado que era medio delgado, mirando la portada mientras lo acercaba su cara - Harry Potter y ...

- ¿Y? - resoplo Moody al ver que no continuaba

- No lo sé, está borroso - frunció el ceño tratando de adivinar lo que decía - no puedo leerlo - le recordaba a la sensación cuando veía sin sus lentes.

- Todos los libros están así - agregó Ron al inspeccionar uno de color Azul oscuro - Todos tienen diferentes grosores y colores, pero el título es el mismo.

- Y todos están en blanco - Observó Dumbledore al abrir uno rojo que al parecer era el más grueso, Snape examinaba uno celeste, McGonagall fruncia el ceño mientras observaba uno fucsia que tenía el título con letras doradas.

Harry se sintió extrañamente aliviado, después de todo por los títulos de los libros se daba cuenta que trataban de él y eso lo asustaba muchísimo. No quiera un libro (mucho menos siete) escritos sobre él, ya había sido mencionado en varios sin su autorización y eso no le gustaba.

...