Los Adolecentes En La Escuela Secundaria
Enviado por ArnulfoMZ • 23 de Enero de 2012 • 1.859 Palabras (8 Páginas) • 644 Visitas
Los Adolescentes en La Escuela Secundaria
Los procesos de cambio en la adolescencia no presentan un carácter siempre idéntico, sino que muestran notables diferencias entre unos adolescentes y otros, aunque existen elementos comunes entre ellos. Tales diferencias dependen de los recursos de partida (evolución previa) con que cada adolescente afronta la transición, razón por la cual la transición adolescente tiene un carácter de construcción; y las formas de relación e interacción entre el adolescente en desarrollo y las personas que le rodean, según el contexto en que se encuentre (transición personal), carácter de construcción personal.
Las capacidades y recursos previos, informan y condicionan, pero no determinan por completo la transición adolescente, ya que obedecen a la interacción social y en particular a las relaciones interpersonales, directas, del adolescente tanto con los adultos como con sus compañeros de edad y el de los distintos contextos.
Si usted cursó la secundaria, independientemente de la modalidad por la que optó, generalmente cambiaba de clase a clase todo el día y tenía un maestro distinto para cada materia. Durante los últimos 20 años, se han realizado muchos cambios en la manera que los adolescentes son educados. Y se siguen haciendo cambios a medida que aprendemos más sobre cómo se desarrollan y aprenden en esta edad.
La mayoría de los adolescentes que ingresan a una escuela nueva descubren que existe un gran cambio. Han estado acostumbrados a ser los mayores en su escuela; ahora de nuevo se encuentran entre los menores. Muchos compañeros son nuevos, así como las rutinas diarias y el trabajo escolar. Y cuando combinamos estos cambios con los cambios estresantes que los adolescentes sufren a esta edad, no resultará sorprendente que esta etapa tenga un impacto negativo sobre su motivación y su autoestima.
La conducta del adolescente debe ser normada, sobre todo dentro de una escuela, porque se encuentra en una etapa de cambios constantes, tanto físicos como emocionales, es un ser carente de identidad, sin un criterio propio; ya que el alumno no sabe quién es, debe al menos saber lo que se espera de él, por lo tanto requiere ser orientado en la toma de decisiones.
Por estas razones muchas escuelas secundarias tienen programas para asistir en la transición. Por ejemplo, a veces invitan a los alumnos de primaria a visitar la escuela secundaria para que se vayan familiarizando con el edificio y cómo encontrar sus salones de clase.
O a veces los administradores de las secundarias y las primarias se reúnen para dialogar sobre los programas que cada escuela ofrece. Los consejeros escolares quizás se reúnan para dialogar sobre cómo ayudar a los estudiantes a lograr una transición más fácil. Estas y otras actividades pueden ayudar a que la escuela sea más accesible.
Las prácticas educativas son formas particulares de interacción, parte fundamental de la mediación social necesaria para apoyar y orientar el paso de los adolescentes a la vida adulta y su inserción como miembros plenos de la sociedad. Dentro de esas prácticas educativas, la educación escolar debe ser un contexto básico y el apoyo más relevante a la transición adolescente.
La escuela actúa como un contexto relevante en la formación por parte de los adolescentes de su auto concepto y su identidad personal, de su autoestima y sus expectativas para el futuro. Tiene un papel de contexto intermedio (transicional), entre formas de actuación propias de la etapa infantil y aquéllas distintivas del estatus adulto. Ofrece la posibilidad de ensayar y regular formas de comportamiento y habilidades implicadas en el ejercicio del estatus adulto.
Planifica de manera explícita su acción educativa, favorece un proceso de “reconstrucción crítica” de informaciones e influencias que reciben los adolescentes, ayuda al establecimiento de conexiones entre diferentes contextos relevantes para la transición adolescente.
La educación escolar puede plantear guías de una educación sexual en los niveles informativos, nunca morales, debido a que la sexualidad está intrínsecamente ligada a una valoración moral y que no es en la escuela donde se construye la moralidad sexual, sino en la familia. La escuela debe ser neutral en este aspecto, sin embargo es necesario que los alumnos reconozcan el entorno escolar como un lugar público en donde debe imperar el respeto hacia las costumbres y valores de los demás.
Lo anterior debe tomarse de manera seria y ponerlo en práctica prioritariamente en escuelas ubicadas en comunidades indígenas, donde su población tiene demasiado arraigadas sus costumbres, tradiciones y valores negativos como el machismo y la sumisión de las mujeres.
Los sentimientos que se generan en el adolescente siguen siendo los mismos (aislamiento, rebeldía, resentimiento, curiosidad, etc.), aunque cada adolescente posee personalidad y capacidades diferentes. Aunque existan fluctuaciones en sus niveles hormonales, los adolescentes de cualquier proveniencia y con una gran variedad de características todavía pueden absorber grandes cantidades de información. Y pueden sacar mucho provecho de un plan de estudios sustancioso.
El adolescente asume diferentes roles, se esfuerza igual por mantener su individualidad que por pertenecer e identificarse con un grupo en especial. La mejor manera de desarrollar en el alumno el sentido de pertenencia es el trabajo en equipo, el papel del maestro es asignar los roles que cada integrante tendrán para la elaboración de cada trabajo.
A medida que ellos desarrollan sus destrezas cognoscitivas, son capaces de completar proyectos cada vez más complicados y más largos y de explorar temas de mayor profundidad. Como consecuencia, algunas escuelas ofrecen oportunidades dentro y fuera de la escuela para que los alumnos participen en actividades deportivas, y en programas donde puedan aprender idiomas extranjeros, música, artes dramáticas, y el uso de la tecnología.
Muchas
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