Los Cambios Sociales En El Mundo
Enviado por pipiruza • 6 de Septiembre de 2012 • 4.660 Palabras (19 Páginas) • 1.327 Visitas
Los cambios sociales en el mundo.
El movimiento de los países no alineados y el nuevo orden internacional de la información(NOI) podrían servir, en principio como boleto de partida para un somero viaje por la historia de los vaivenes y debates en torno a la comunicación en la segunda parte del siglo veinte, territorio histórico por excelencia de la expansión de los medios masivos en todo el mundo.
Ya a partir de 1955 – caía en Argentina el segundo gobierno peronista – se hablaba desde los países del tercer mundo (concepto flamante forjado a partir de la situación geopolítica posterior a la segunda guerra) de la lucha a favor de la independencia política y económica de las naciones pobres como paso previo a la "descolonización de la información".
Argel - en 1973 – Túnez – tres años después – se presentan como oportunidades fragmentadas donde las tres "A" (América, Asia Oriental y África) debaten y gestan propuestas de circulación equilibrada y objetiva de la información, siempre relacionadas con un rol activo y regulador de los estados nacionales, en contra de la doctrina del free flow o "flujo libre" sostenida desde los países centrales. En la práctica, se produce el surgimiento de un primer pool de agencias de información (diez al principio) cuyos destinos fueron diversos pero, en general, tendieron a sucumbir frente a las grandes estructuras de recopilación y transporte de información de los EEUU y de Europa Occidental.
En su momento, la propuesta desde los países centrales fue la misma que en otras áreas conflictivas con el Tercer Mundo: subvencionar... apoyar... prestar fondos para el desarrollo, siempre medido, de las economías e infraestructuras informativas de la periferia.
El correlato político-estratégico de esta tendencia se da a principios de los sesenta en Latinoamérica con la denominada
"Alianza para el Progreso" impulsada por el ex presidente norteamericano John Kennedy.
El plan Kennedy era movilizar cuantos recursos hicieran falta – por lo menos tantos como los destinados al plan Marshall – y lanzar una campaña publicitaria de grandes proporciones capaz de presentar la Alianza para el Progreso como una alternativa concreta frente a la Revolución Cubana (1959). O "revolución en libertad" o "revolución comunista".
" ¿Por qué el presidente Kennedy afirma que la Alianza para el Progreso quiere que se realice la reforma agraria y se ponga fin a la explotación económica?. ¿No se habrá vuelto MARXISTA – LENINISTA?.No. Yo sé quien la ha enseñado a hablar de esa manera – se contestaba a sí mismo Fidel Castro en la Habana de los primeros años de la Revolución -. Fuimos nosotros, los cubanos." La respuesta no estuvo presente solo en esas declaraciones. En la última convención de la ONU en que Cuba pudo participar – Punta del Este (agosto de 1961) – el delegado cubano Ernesto Guevara atacó la orientación de la Alianza por no destinar la ayuda a un verdadero desarrollo económico escamoteando los problemas de fondo en América Latina. "No nos den limosnas, déjennos crecer por nuestra cuenta", concluyo el Che.
Desde los países centrales, el férreo control estatal sobre la cuestión informativa era visto como un atentado al free flow, históricamente ligado al concepto de libertad de prensa. Pero a principios de la década del setenta aparece una nueva variable en escena: : ¿Que fuerzas controlan los estados nacionales?.
Golpes militares
El Estado Al Reves
La rítmica serie de golpes de estado en el cono sur (Chile, Argentina. Paraguay, Uruguay y Brasil), tuvo como eje la consolidación de las oligarquías nacionales y regionales con los poderes centrales del globo. La fórmula, entonces, se subvierte: el estado no está en poder del pueblo, entonces regula, participa activamente y utiliza todos los medios a su alcance para minimizar el flujo informativo y propagandear su gesta patriótica, aconsejar a los padres cómo deben vigilar a sus hijos para que no se hagan guerrilleros o promocionar (¡OH, contradicción!) las ventajas de las economías liberales como paso previo para que las industrias nacionales crezcan.
El aparato del estado funciona – como nunca en la historia de estos países – en el rol de una gigantesca central de inteligencia dedicada a la guerra psicológica.
En la Argentina, por ejemplo, el único canal de TV devuelto durante el proceso a sus antiguos dueños luego de las expropiaciones del tercer gobierno peronista (1973/76) fue el 9 de Buenos Aires. Y la razón no fue precisamente la libertad de prensa ni nada que se le parezca, sino que sus antiguos dueños se negaron a aceptar las indemnizaciones previstas y la justicia se vio obligada a fallar en contra del régimen. Los interventores militares aparecen como los grandes "zares de la televisión" y se generaliza una férrea censura sobre noticieros y programas periodísticos. Listas negras, desaparecidos... exiliados... cuento conocido para la gran mayoría de los argentinos. "Que me lean o no, finalmente, puede ser una cuestión de vanidad y quienes me conocen saben muy bien que no la tengo – contaba un exiliado Julio Cortazar en una entrevista del 77´ – pero el hecho de que la Junta del General Videla en la Argentina haya prohibido la publicación de mi libro de cuentos genera un hecho asfixiante para los miles de compatriotas que podrían haberlo leído: se ven separados de la producción intelectual de sus mejores hombres (...) Existe un clima de desierto espiritual y cultural... viven casi transformados en robots".
De esta manera – siguiendo la clasificación del investigador brasileño Texeira Coelho - se quiebran los contenidos originales del modelo de política cultural nacionalista. Aquella política entendida históricamente como tendiente a privilegiar las formas culturales autóctonas, sean de extracción popular o erudita, a la preservación y la difusión de las tradiciones autenticas y más antiguas de un pueblo, se transforma en una fachada discursiva, y lo que se ve por TV y se escucha por radio son series y música norteamericanas. Es paradigmático, en este sentido, el caso de los varios artistas folklóricos, que se vieron acosados, cuando no amenazados, exiliados o desaparecidos por las letras de sus canciones.
Horacio Guaraní, Mercedes Sosa, Leda Valladares, Victor Jara, Violeta Parra, Chico Buarque o Alfredo Zitarrosa eran para los gobiernos de facto del cono sur los representantes del imperialismo mas atroz: el marxismo internacional.
El tercer mundo
Mientras tanto, la historia del siglo seguía su marcha y las presiones del tercer mundo logran llevar el debate sobre la democratización
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