Los Conflictos sociales de la minería retrasan el desarrollo sostenible de Cajamarca

Los Conflictos sociales de la minería retrasan el desarrollo sostenible de Cajamarca.

Juan C Carranza

En los últimos 15 años el Perú ha sufrido una serie de cambios socioeconómicos en torno a la actividad minera, ya que es uno de los primeros países productores de minerales; Más aún, siendo este sector, el más propenso a ser escenario de conflictos sociales. Asimismo Cajamarca, no se encuentra exenta de dicha problemática, donde las expectativas creadas hacia el desarrollo, es interrumpida por el daño al medio ambiente, exacerbando conflictos sociales hasta el punto en que podrían desalentar a los inversionistas o retrasar el inicio de nuevos proyectos. El presente ensayo busca explicar cómo los conflictos sociales afectan el desarrollo de un pueblo, en este caso Cajamarca y como es que las empresas y el estado, necesitan cambiar y/o mejorar estrategias para mantener buenas relaciones con su entorno, en este caso las comunidades de la zona de impacto. En este sentido primeramente resumiremos la historia de la minería en el Perú, seguido de los conceptos  de conflicto, conflicto social, y desarrollo sostenible, composición y percepción de la población con respecto a la actividad minera y como es que las comunidades se organizan para movilizarse en contra de la actividad minera para generar conflictos sociales.

El aprovechamiento de los recursos naturales está presente en la vida del hombre desde épocas remotas, además el Perú tiene una larga tradición en la explotación de sus recursos naturales, en especial en la explotación de sus recursos mineros, las culturas pre-hispánicas que se desarrollaron a lo largo de los Andes, tuvieron conocimiento de cómo explotarlos; dándoles diversos usos, desde la orfebrería a la fabricación de armas (Santos,  2006), con la llegada de los Españoles con la ambición de los metales preciosos el imperio Inca llego a su fin, la organización colonial con la mita minera destruyo la economía agraria nativa causando hambrunas y pandemias desde allí se asocia a la minería con explotación y miseria, en la década de los 90 se tuvo una ola de privatización y las nuevas empresas no sólo se dedicaron a explotar yacimientos conocidos sino que iniciaron la actividad minera en zonas donde nunca se había realizado o se había dejado de operar por centurias, si bien las empresas transnacionales trabajan bajo el enfoque de la “nueva minería” es decir con responsabilidad social y ambiental ha existido una serie de perjuicios que ha llevado a conflictos sociales con lamentables consecuencias (Guzmán, 2011),

Se define al conflicto social como proceso complejo en el cual sectores de la sociedad, el Estado y/o las empresas perciben que sus posiciones, intereses, objetivos, valores, creencias o necesidades son contradictorios, creándose situaciones que podría derivar en violencia y atraso, de esta manera evitan que un pueblo se desarrolle, coincidiendo (véase, Arana, 2002; Wieviorka, 2010). La defensoría del pueblo (2016) menciona que en los últimos 15 años se presenta en nuestro país un tipo de conflicto frecuente. No es armado pero puede ser violento, no busca destruir el sistema político pero cuestiona el funcionamiento del Estado, además la minería probablemente sea la actividad que más conflictos genera (Muñoz & Zhang, 2011), la minería también genera un clima crecientemente conflictivo con su entorno local y regional (Zegarra, Orihuela & Paredes, 2007), La inestabilidad generada por estos conflictos en efecto trae consigo serios problemas de  gobernabilidad y tiene consecuencias económicas y sociales que pueden mermar seriamente las perspectivas de desarrollo sostenible (De Echave, 2007). Por otro parte Bebbington y Burneo (2007)  sostienen que los conflictos sociales pueden constituir caminos hacia el desarrollo sostenible de institucionalidades más modernas, mucho depende de cómo las elites, los gobiernos y las entidades estatales respondan a estos conflictos

El concepto de desarrollo sostenible ha sido objeto de gran discusión y controversia durante décadas, la información con respecto a este concepto es abundante y discordante, Gallopín (2003) menciona que el concepto de desarrollo sostenible es muy distinto al de sostenibilidad. La definición de desarrollo sostenible que se cita con mayor frecuencia es la propuesta por la Comisión de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1987 en lo cual lo definió al desarrollo sostenible como el “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias”, Gallopín (2003) menciona que para avanzar hacia el desarrollo sostenible se necesita: (a) Eliminar las rigideces y obstáculos acumulados; (b) Identificar y proteger la base de conocimiento y experiencia acumulados que son importantes como los cimientos para avanzar; (c) Sostener las bases sociales y naturales de adaptación y renovación, e identificar y acrecentar la capacidad necesaria de renovación que se ha perdido; y (d) Estimular la innovación, la experimentación y la creatividad social.

Los conflictos sociales que existen entre las empresas mineras de Cajamarca y las comunidades de su entorno es uno de los problemas para el desarrollo sostenible de Cajamarca, Tanaka, Revesz, Diez, Ricard y, Glave y Kuramoto (2002) mencionan que las comunidades locales tienen una composición muy diversa, se agrupan y afirman alianzas a partir de la posición que asumen frente al conflicto. Un caso estudiado por De Echave, Diez, Revesz, Huber, Tanaka y Lanata (2009) detallan que la percepción de la población es que la actividad minera trae grandes impactos negativos, en donde los riesgos ambientales amenazan las actividades agrícolas habituales. En síntesis para De Echave et al (2009) menciona que cuando las poblaciones se sienten seriamente afectadas por la actividad minera tienen motivos para organizarse y movilizarse en contra de las empresas mineras. Por otra parte la baja utilización de mano de obra calificada, requerimientos de empleados altamente calificados crean problemas con la población local que esperan tener algún puesto laboral en la explotación minera y observan con malestar la presencia de personas foráneas.

A pesar que en Cajamarca existen importantes proyectos mineros las cifras de pobreza y desempleo son alarmantes, Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) la pobreza extrema en Cajamarca presenta intervalos de 16.6% - 23.9%  en tanto más del 50% de la población es pobre, ubicándose así como el departamento más pobre del Perú. En cuanto a la minería el Instituto Peruano de Economía (IPE, 2016) en el año 2005 señalo que la minería en Cajamarca se convirtió en el principal sector, sobrepasando largamente al sector agrícola. Para el 2015, la importancia de la minería se ha reducido significativamente, un estudio realizado por Mendoza y Gallardo (2011) identificaron como uno de los factores al crecimiento en Cajamarca es la alta conflictividad social en torno a la actividad minera. A pesar que las empresas mineras han cambiado su modelo de responsabilidad social y su relación con la comunidad, continúan surgiendo nuevos conflictos.

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