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Los “Orígenes del atraso”: Obstáculos al desarrollo económico en el siglo XIX


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2017  •  Resumen  •  3.397 Palabras (14 Páginas)  •  438 Visitas

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I. Los “Orígenes del atraso”: Obstáculos al desarrollo económico en el siglo XIX

La actividad económica permaneció “centralizada por el estado”, en el sentido de que cada empresa era obligada  operar en forma altamente politizada, el estado se había debilitado en comparación con la era colonial. Era incapaz de remover los obstáculos al desarrollo económico resultantes de la competencia exterior, la caída en la actividad minera, y la carencia de infraestructura de transporte y de capital financiero. El estancamiento económico e industrial que siguió fue consecuencia de la persistente insuficiencia y fragmentación de sus mercados. Las primeras señales de una recuperación moderada aparecieron en la década de 1830 en la minería y en la industria.

En la década de 1820 el gobierno pudo atraer  temporalmente al sector minero a importantes inversionistas extranjeros. Sin embargo, después de algunas décadas de operación abandonaron el país al no haber podido satisfacer las expectativas de que sus negocios fuesen altamente rentables. Entre los factores adversos que les afectaron estuvieron l inestabilidad política y social, la escasez de fuerza de trabajo calificada, y las ineptitudes de los diversos gobiernos en materia financiera y fiscal. En todo caso, para 1850 a no había capital extranjero en la industria y había sido reemplazado por una nueva oleada de inversionistas locales. A pesar de los signos de repunte, no fue hasta finales de la década de 1860 que la economía mexicana en su conjunto empezó a crecer en forma sostenida. Un elemento fundamental detrás de este repunte fue la recuperación del sector minero, la recuperación de la minería de plata, en particular, ayudo a terminar con la crisis de liquidez y con la restricción crediticia que habían afectado tan severamente a los negocio en México durante muchos años después de la independencia.

II. El Porfiriato y los inicios del crecimiento moderno en la economía de México.

Se le reconoce como el primer periodo en la historia de México en que ya como nación independiente, consiguió construir un estado fuerte que además de dar fin a los enfrentamientos civiles, y garantizar un largo período de estabilidad política, creó diversas instituciones económicas  que tuvieron un papel primordial para remover obstáculos fundamentales al desarrollo económico. El robustecimiento del gobierno central fue conseguido de manera eficiente mediante una combinación del uso autoritario de la fuerza y de alianzas con grupos relevantes. Un elemento decisivo detrás de esta estrategia fue el cumplimiento selectivo y la protección de los derechos de propiedad de ciertos grupos para asegurarles sus ingresos y privilegios económicos. Otra precondición fue garantizar un flujo suficiente de ingresos financieros y fiscales al estado para garantizar su capacidad de llevar a cabo políticas sociales y económicas. La reforma fiscal fue otro elemento importante en el aumento del poder del gobierno federal durante el Porfiriato. Esta reforma planteada, de hecho en 1869 por Matías Romero, sentó los cimientos para ampliar la base tributaria.

ORDEN Y PROGRESO

Como una mezcla de las raíces políticas de los liberales y de los objetivos económicos de los conservadores, la ideología del Porfiriato se sintetizó en el lema positivista “Orden y Progreso. Esta ideología positivista surgió plenamente a principios de la década de 1890, fue promovida por los “científicos” que eran un grupo de administradores altamente cultivados, abogados y empresarios que participaban en el gobierno. Consideraban el orden como requisito necesario para el progreso económico.

El progreso se entendía como la transformación de México en una nación industrializada. Lograrlo exigía remover varios obstáculos tradicionales al crecimiento económico como eran:

  • La escasa integración del mercado local
  • La falta de recursos financieros tanto para el estado como para proyectos de inversión a gran escala.

LA EXPANSION DE LA RED FERROVIARIA Y LA INTEGRACION DEL MERCADO NACIONAL

Uno de los mayores logros del Porfiriato fue la integración del mercado local, impulsada con celeridad por la rápida expansión de la red ferroviaria. En 1877 México tenía 570 km de líneas ferroviarias construidas y, solo una línea operaba normalmente entre México y Veracruz. Para 1885 la red cubría 6000 km, en 1890, 10,000, en 1900 llegaba ya a 14,000; y en 1910 su cobertura total era de casi 20,000 km. Desde entonces hasta 1990 se construyeron solamente 6000 km adicionales, es decir, 75% de la red ferroviaria del país fue construida durante el Porfiriato. La mayor consecuencia económica de los ferrocarriles fue la reducción de los costos de transporte y la integración del mercado interno. La confiabilidad, velocidad y bajo costo del transporte ferroviario amplio, considerablemente, el tamaño del mercado interno, incrementando la movilidad y redistribución geográfica de la fuerza laboral. 

EL CAPITAL FINANCIERO Y LA INVERSION EXTRANJERA

Durante el Porfiriato México finalmente comenzó a escapar de la trampa del subdesarrollo financiero en que se había trabado la mayor parte del siglo XIX. El elemento decisivo para lograrlo fue la fusión orquestada por el Estado de los dos bancos más grandes y así crear el Banco Nacional de México (Banamex) al que se le dio una posición de mercado privilegiada dentro del sistema financiero de México. Por su parte Banamex canalizó al gobierno de Díaz suficientes recursos para financiar el gasto público lo que, a su vez, le permitió al régimen proceder gradualmente con el lanzamiento de una reforma fiscal que aumentaría los recursos gubernamentales en el largo plazo. La falta de financiamiento se convirtió en un obstáculo fundamental para la expansión de nuevas empresas manufactureras y, a la vez, acentuó la concentración del aparato productivo. La Bolsa, el embrión de un mercado accionario, se creó en 1985. La inversión extranjera en el sector minero, petrolero y en el agroexportador fue un elemento clave de la estrategia de desarrollo del Porfiriato. De hecho fue activamente estimulada a través de varios incentivos, incluyendo subsidios y exención de impuestos. La inversión extranjera se incrementó por múltiplo de 30. Se concentró en la construcción del ferrocarril, la minería y la compra de deuda pública seguidas de los servicios públicos (electricidad), agricultura y bancos.

LA MODERNIZACION INSTITUCIONAL Y EL AMBIENTE INTERNACIONAL.

En el Porfiriato gradualmente se estableció una política para promover una rápida industrialización, parcialmente basada en la protección comercial selectiva y en el uso de otros instrumentos de política. Se restableció la solvencia crediticia de México en los mercados financieros internacionales y en 1889 el gobierno mexicano llegó a un acuerdo con los bancos extranjeros para reprogramar los pagos de su deuda externa. Debe destacarse que en la modernización que se dio en el marco institucional de operación de la industria, la banca y el comercio, estuvo totalmente ausente en lo que se refiere a relaciones laborales.

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