Los impactos y los daños causados por el conflicto armado

 Lina María Marín Trujillo – 0303951

Ángela Gabriela Pereira Ortiz – 0304003

Daniela Soriano Romero – 0304016

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¡BASTA YA!

Colombia: memorias de guerra y dignidad

Reseña

Capítulo 3: Los impactos y los daños causados por el conflicto armado

La prolongación del conflicto armado en Colombia por más de 50 años, ha dejado como principales víctimas a los civiles y ha causado en la sociedad una huella imborrable de impunidad, dolor y sufrimiento.

El impacto ocasionado por la guerra en el territorio colombiano ha sido incalculable. Millones son las victimas que han cobrado décadas de conflicto armado; y es que la guerra no precisa edad, sexo o religión, su degradación ha llegado a tal punto que cada evento de violencia genera daños en familias y comunidades enteras, instituciones, organizaciones públicas y en la sociedad colombiana en general.

Gonzalo Sánchez, expone en este capítulo las consecuencias que han dejado tantos años de impunidad, de indolencia social y de abandono por parte del estado a las víctimas del conflicto armado. Han sido los sobrevivientes de la guerra los que han tenido que llenarse de valor y de fuerza para volver a empezar, muchas veces con una familia destruida, con zozobra respecto a su futuro, con tristeza y nostalgia luego de haber perdido sus hogares, sus tierras y a sus seres amados. Todo esto frente a un estado ausente, que ha olvidado a sus muertos y ha desamparado a sus víctimas.

Y es que las consecuencias del conflicto armado colombiano no se reflejan solamente en el número de vidas perdidas. Los daños morales, sociales, culturales y políticos que fueron causados a las víctimas han originado efectos negativos en su relación con el mundo. Las victimas sienten su dignidad degradada, muchas otras se sienten culpables por continuar sus vidas sin sus seres amados, sienten el rechazo de algunos sectores de la sociedad y se sienten burlados e indignados al ver como el estado muchas veces no ejerce la justicia debida o la esperada por ellos y sigue permitiendo que sus victimarios continúen sin responder por todo el daño causado.

La vida de los sobrevivientes de la guerra ha cambiado drásticamente, todas sus creencias y costumbres fueron perturbadas por la situación violenta del país. En los territorios rurales en donde se ha vivido la guerra directamente ha sido impuesto un nuevo orden social por parte de los grupos armados, y los habitantes de estas zonas han sido obligados a aceptarlas y acatarlas. El autor, Gonzalo Sánchez, al respecto afirma que” la nuestra no ha sido solo una guerra por el territorio, también ha sido una guerra por la imposición de nuevos órdenes sociales basados en valores autoritarios”.  Aunado a lo anterior y como si no fuera suficiente la humillación y el sometimiento de las víctimas, los grupos armados atacan todo símbolo de unión o progreso social buscando debilitar a la población; destruyen colegios, puestos de salud, puentes, se apoderan de las casas y de las tierras que quieran, también generan daños ambientales y ponen en riesgo a pueblos indígenas y comunidades afrocolombianas que deben abandonar sus territorios ante la voladura de los oleoductos, la contaminación de las aguas, la tala de árboles y la extracción minera; actividades que atentan contra estas minorías, vulneran su autonomía y quebrantan el legado histórico del país.

Además de esta tragedia que tienen que vivir las victimas rurales y “comunes”, se les suman también las victimas que ha dejado el paso de la política, como por ejemplo ha sucedido con los partidos liberales y conservador que fueron sometidos a la violencia judicial que como resultado deja procesos interminables, y refleja temor en cuanto a la participación política  y como se mencionó anteriormente fulgura impunidad total.

Sin embargo el autor menciona explícitamente quienes han sido las víctimas, aquellas que pierden su dignidad, su futuro, las esperanzas de seguir adelante, lo poco o mucho que tenían, un gran porcentaje de las víctimas se evidencia en las mujeres que han sido afectadas por esta guerra, han tenido marcas no solo en su integridad como mujeres, sino en su cuerpo y en su mente. Mujeres que tuvieron que ver como mataban a su esposo a sus hijos, y que por esta han tenido que sacar fuerza por mas adversidades que se le presenten para poder sacar adelante a sus hijos, a su familia, después de haber perdido todo lo que habían construido tener que rehacerlo, en el mayor de los casos solas, en otra ciudad, donde no encuentra posibilidades ni ayuda por parte del gobierno, donde tienen que sufrir más rechazo y aceptar trabajos pocos dignos para poder continuar con su vida y la de su familia, Mujeres que han querido demostrar a esta sociedad machista que ellas también pueden ser líderes y luchar por esta comunidad por la que han sido asesinadas para callar su voz. Pero por más que estas mujeres víctimas del conflicto armado intenten superar las huellas que dejaron en ellas la guerra, será imposible olvidar los momentos tan desgarradores y atroces que tuvieron que vivir, el hecho de haber perdido todo y tener que comenzar de cero, de vivir en el constante miedo y dolor por todo el sufrimiento causado por el conflicto armado.

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