Los límites del crecimiento.

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LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO

Alejandra Pérez Coronado

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Los límites del crecimiento

En Abril de 1968 el Dr. Aurelio Peccei convocó a una treintena de personas procedentes de 10 países, entre los que se incluía a científicos, educadores, economistas, humanistas, industriales y funcionarios nacionales e internacionales, con el fin de discutir sobre un tema de especial relieve: el presente y futuro de la especie humana. Ellos abordaron, analizaron y aportaron soluciones a temas de problemática mundial como la pobreza en medio de la abundancia, la degradación del medio ambiente, la poca credibilidad de las instituciones, la nula planeación de la urbanización, la inseguridad en el empleo, la alineación de los jóvenes, el rechazo de los valores tradicionales, la inflación y otras anomalías monetarias.

Asimismo, un equipo de la Universidad de Massachussets dirigido por el profesor Dennis Meadows estudió y determinó los cinco factores básicos que limitan el crecimiento en el planeta, los cuales son: población, producción agrícola, recursos naturales, producción industrial y la contaminación.

Las principales conclusiones son que, si se mantienen las presentes tendencias de crecimiento de población, industrialización y contaminación, los límites de crecimiento se alcanzarían dentro de los próximos 100 años. Esto es posible modificar estas tendencias si se establecen condiciones ecológicas y económicas, donde cada persona tendría la oportunidad de desarrollar su potencial humano individual. Nos estaríamos entonces preparando para un periodo de transición hacia el equilibrio global, donde sería mejor vivir en un marco de límites impuestos con rigor científico,  para evitar tener que hacer frente a las consecuencias de no haber tomado las medidas apropiadas a escala local y global ante la evidencia y llegar a alcanzar puntos sin retorno. Tomar o no acción sería responsabilidad y decisión de los gobernantes, los cuales deberían anticipar y prevenir este tipo de situaciones que afectan la supervivencia del planeta entero.

En 1992 el mismo equipo alertó del incumplimiento de los “límites” en su publicación Más allá de los límites, en donde mencionan que estaba claro que no se habían tomado en cuenta las recomendaciones del informe de 1972, donde mencionaba que el mundo se precipitaba haca el colapso. Doce años más tarde, en el 2004 el peligro ha aumentado y con ello la urgencia de tomar cartas en el asunto.

Las señales de un mundo explotado en exceso se hallan en todo nuestro alrededor: el nivel del mar ha crecido entre 10 y 20 centímetros desde 1900; la mayoría de los glaciares se han reducido y la extensión y espesor del Artico ha decrecido notoriamente. Desde 1998 el 45% de los habitantes han tenido que vivir con ingresos de alrededor de 2 dólares diarios como máximo; el 20% de la población de personas adineradas del mundo posee el 85% del PIB global. Además, desde el año 2000 la pesca en el océano ha sobrepasado los límites que podrían garantizar su conservación; lo mismo  con la sobreexplotación agrícola de los suelos.

Es por eso que, aprovechando la reacción a las crisis presentes –financiera, alimentaria, medioambiental, democrática y ética- es necesario que la gente en una democracia genuina tome las decisiones que permitan construir la paz “en favor de las generaciones venideras”.

En la ONU, los Estados no sólo sustituyeron a los pueblos, sino han cedido buena parte de sus recursos económicos y  responsabilidades a grandes corporaciones transnacionales que hasta la fecha han gozado de impunidad permitiendo tráfico de armas, drogas, capitales, patentes y hasta personas, además de la frecuente utilización de paraísos fiscales que tanto daño causan a escala global. Esto al mismo tiempo que se debilitaba el sistema de las Naciones Unidas y a su vez, la posibilidad de llevar delante de los tribunales a los transgresores  de una lamentable gobernación mundial de las últimas décadas de los grupos plutocráticos que sustituyeron poco a poco los principios democráticos básicos como la justicia social, libertad, igualdad y solidaridad por los que tantas personas habían dado su vida.

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