Los pueblos cazadores y recolectores eran nómades

                                       Familias caminadoras

Los pueblos cazadores y recolectores eran nómades, porque se trasladaban a los lugares donde abundaban los animales que podían cazar o pescar, y a donde podían recoger frutos y semillas de las plantas. Entre los pueblos cazadores y recolectores estaban los wichis, pampas, onas y los tehuelches.

Hace seiscientos años atrás, para los tehuelches que habitaban en Santa Cruz y Chubut, estas largas caminatas eran algo habitual. Hacia el fin de todos los inviernos, las familias tehuelches levantaban sus campamentos cercanos a la costa atlántica  y comenzaban una larga marcha. Allá iba el jefe o cacique guiando a su grupo. Las mujeres, con los toldos al hombro. Los hombres, armas en mano, atentos… muy atentos a los peligros y dispuestos a cazar a todo animal que se le cruzara. El grupo marchaba por senderos conocidos. De tanto en tanto, se detenía en lugares también conocidos, para comer, lavarse y descansar. Hacia el fin del verano, luego de tres meses de viaje, los tehuelches acampaban en los hermosos valles cordilleranos, en la época en que maduran las frutillas y los calafates. Meses después, estos grupos indígenas nómades, como se llama a quienes no tiene un lugar fijo para vivir y cada tanto se mudan, ya estaban instalados nuevamente cerca de la costa atlántica. ¿Por qué serian tan caminadores los tehuelches? Los tehuelches sabían cazar a las mil maravillas y andar por lugares  que nos llenarían de miedo. Pero no sabían ni cultivar la tierra ni criar animales. Eran cazadores-recolectores, es decir, vivían cazando guanacos y ñandúes, y recolectaban frutos, raíces y unos huevos gigantes que pone el ñandú. Por eso, cuando estos animales se trasladaban buscando comida, los tehuelches iban detrás de ellos, para cazarlos y poder alimentarse.  

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