Los señores del narco.
Enviado por Héctor Ruiz Baños • 1 de Mayo de 2017 • Ensayo • 3.326 Palabras (14 Páginas) • 276 Visitas
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………….3
DESARROLLO…………………………………………………………………………….4
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………10
INTRODUCCION
El libro “Los Señores del narco” es una obra propalada por Anabel Hernández, la cual está basada en una investigación científica aplicada al ámbito del periodismo. Este ejemplar ilustra la historia de México a través de los últimas tres décadas en su carácter de los mayores índices de corrupción y desentendimiento por parte de las autoridades competentes inclusive a rango de altos mandos. Es decir, involucrando desde Presidentes de la República, secretarios de Estado, Procuradores de la República, Gobernadores y que decir de los elementos que detenta el pueblo de México como fuerzas armadas y que deben de ir siempre de manera oportuna en aras de su protección y combate a la delincuencia organizada y demás fechorías que cometen los capos y todos sus agremiados en organizaciones criminales, tras el fracaso de la abrupta “guerra contra el narcotráfico” se observa un México herido y una herencia presidencial del más nauseabundo linaje.
En el México contemporáneo o a partir del pos modernismo ya que no se sabe a ciencia cierta desde cuando inició, pero se ha desencadenado la propagación de un virus que en opinión personal, se merece el galardón como la más indeseable y patibularia iniciación conformada o seguida de una serie de delitos, asesinatos, secuestros, tráfico de armas y tráfico de drogas, el narcotráfico. Reincidiendo en que con claridad no se conoce la fecha de su activación, ya que desde tiempos asaces retrospectivos se usan las drogas o existe el consumo, bien conocido es que sus raíces se regaron en el Estado de Sinaloa. Especialmente en el municipio de Badiraguato de donde son originarios afamados capos como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca alias “Don Neto”, y el narcotraficante que por muchos años ha sido el más buscado y considerado como el más poderoso y de mayor peligro: Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el mismísimo “Chapo Guzmán”.
El Chapo Guzmán no era más que un pobre diablo que en cuestiones de su formación académica solamente llegó hasta tercer grado de primaria, oriundo de una familia humilde y de una comunidad conocida como La Tuna, perteneciente a Badiraguato, Sinaloa. De donde se dice que “las tortillas se calientan a balazos” y en donde el único modo de vida que conocen los habitantes de dicha localidad se involucra en cuestiones relacionadas con el narco, siendo algunos sembradores, otros vendedores, otros traficantes y algunos fungen como albaceas en los cárteles de Guadalajara –en aquel entonces- y hoy el cartel de Sinaloa. El cual es considerado a nivel mundial como la organización de tráfico de enervantes más poderosa del mundo; aunado a su opulento jefe máximo el Chapo Guzmán. Este antes cifrado no era más que un individuo metido en las patas de los caballos en sus inicios cuando joven, debido a que por encima de el en el Cartel de Guadalajara siempre existieron jerarquías superiores a él.
La banda criminal a la que pertenecía detentaba una estructura sólida dentro de la cual se hablaba de elementos ulteriormente inolvidables, como Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los cielos”, Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto”, Rafael Caro Quintero, Mario Ismael Zambada García “El Mayo”, Héctor Palma Salazar “El güero” Manuel Salcido Uzueta “el Cochiloco”, Juan José Ezparragoza “El azul”, Miguel Ángel Félix Gallardo “El jefe de jefes”, los hermanos Arellano Félix y Joaquín “El chapo” Guzmán. Guadalajara era el paraíso de los narcos, ellos podían hacer y deshacer cuanto tenían en mente, además de tener protección e impunidad por parte de los gobernantes y fuerzas armadas, facilitando su tránsito y destino que desde siempre han tenido como objetivo los Estados Unidos. Pero comenzaron a distanciarse tras algunas indisciplinas de “el chapo” y el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en una balacera ocurrida durante el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en el aeropuerto internacional de Guadalajara.
Todo el mundo pensó que se trataba de un acto accidental tras haberse desatado la tirotiza y que el cardenal fuera transitando desafortunadamente por el lugar, pero en la necropsia se hizo el hallazgo que el prelado recibió a corta distancia catorce impactos de bala, lo que significa que el ataque iba dirigido hacia su persona, fue entonces, que se argumentaba era un suceso realizado por el crimen organizado con pleno conocimiento e intención. Amado Carrillo envió a sus hombres de segunda fuerza a investigar entre todos sus elementos quien había sido el responsable de tal barbarie, porque infinidad de veces se dijo que fueron los hermanos Arellano Félix, que fue Guzmán Loera… pero todo se quedó hasta la fecha en un misterio. Joaquín Guzmán Loera en sus dos detenciones y declaraciones ante Ministerio Público asegura no haber tenido nada que ver, a pesar de haber sido marcado como sospechoso número uno debido a su comportamiento lleno de parranda, holgorio y falta de prudencia. Por su parte, los Arellano niegan haber tenido parte en ello, inclusive su madre les retiró la palabra en vista de que ella fue muy allegada al presbítero durante su estancia en Tijuana.
Más adelante vinieron algunas detenciones y desuniones que comenzaron a generar conflictos en el grupo para sino debilitarlo, generar poder en cada uno de los restantes. Es decir entre los Arellano y Guzmán, entre Caro Quintero y Guzmán, Amado Carrillo y Héctor Palma en contra de Guzmán quienes terminaron por entregarlo. Realmente el chapo fue la manzana de la discordia que comenzó a tomar medidas agravantes en el grupo al pelear con sus compañeros y jefes nuevamente gracias a su rebeldía y falta de comprensión. Aunque se dice que la veracidad ostenta una versión que su captura únicamente fue una cortina de humo o distractor social intentando frenar las quejas de la población hacia el gobierno, después del asesinato del párroco Posadas Ocampo. Guzmán fue capturado en Guatemala y llevado a Tapachula, Chiapas a cargo de una brigada de soldados y comandantes guatemaltecos, muy jóvenes por cierto. Se presume que iba con la cabeza cubierta y la visión obstruida, así mismo las manos atadas y lo llevaron de Chiapas a Toluca de Lerdo, la capital mexiquense en donde estuvo recluido, se bañó y fue trasladado al penal de máxima seguridad del altiplano.
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