México en la OEA
Enviado por orlando_eg • 15 de Octubre de 2019 • Resumen • 1.506 Palabras (7 Páginas) • 147 Visitas
Universidad Nacional Autónoma de México.
Organización Internacional
Actividad de Aprendizaje.
Orlando Espinosa González.
El papel de México en la OEA.
La OEA es un foro hemisférico de carácter político compuesto por todos los países de las Américas que, por igual y de manera interdependiente, fortalece a la democracia, promueve y protege a los derechos humanos, impulsa al desarrollo integral, y fomenta la seguridad multidimensional, en favor del bienestar con justicia e inclusión social, de los pueblos de las Américas (OEA, 2019).
Este documento busca entender cómo es que México ha ido formando sus lazos con la OEA a través del tiempo y sus acciones, se tiene el objetivo de ver cómo ha evolucionado la actitud de México presentando las características y objetivos que se persiguen dentro de la OEA a través de un recuento de la participación de la delegación mexicana en la organización.
México es uno de los fundadores de la Organización de los Estados Americanos, cuando se incluyeron provisiones para la creación de tales mecanismos regionales en la carta de la Organización de las Naciones Unidas.
Se tenía la esperanza de que este organismo sirviera para estimular el desarrollo de los países miembro según las particularidades de la región, sobre todo favoreciendo el mantenimiento de la paz, el fortalecimiento de estructuras democráticas y el establecimiento de cooperación económica.
La misión de México en la OEA es representar dignamente al país ante la Organización de los Estados Americanos y estrechar las buenas relaciones de amistad, solidaridad y cooperación entre los gobiernos y los pueblos, de acuerdo con los objetivos de política exterior que fije para tal fin el Gobierno de México.
Su visión es ser una Representación Diplomática eficiente en el cumplimiento de los objetivos de la política exterior de México a través de acciones en los distintos ámbitos político, económico, social, cultural, jurídico y de cooperación internacional.
Es por ello que México ha participado de manera activa y comprometida en cada uno de los momentos clave de la gestación y construcción del sistema interamericano, a partir de la Primera Conferencia Internacional Americana en 1889-1890 y el surgimiento de la Unión Panamericana en 1910 (SRE, 2019).
La actitud de México ante la creación de la OEA en un inicio fue determinada en gran parte por lo relativo a la ayuda económica que prometía considerables ventajas en la región. Sin embargo, la actitud de México ha ido cambiando conforme los años, adaptándose a las perspectivas políticas y económicas del país.
México ha formado sus posiciones en determinados aspectos de la vida política de la OEA, por ejemplo, México desde la firma de la Carta de Bogotá, se ha opuesto y ha guardado un recelo ante el fortalecimiento de los aspectos militares de la OEA, así se sabe que México se opondrá a las propuestas de favorecer la tendencia militar de la OEA y dará su voto aprobatorio a los proyectos de no intervención, siendo parte de la tradición política de México.
También México se ha distinguido en expresarse en términos puramente jurídicos, motivadas por situaciones históricas bien determinadas, la implicación de factores sociales, económicos y políticos.
Con ello México se ha abstenido de fundamentar sus posiciones aludiendo a los problemas políticos que dominaban el panorama continental y muchas de las declaraciones que ha hecho México tuvieron su origen en el disgusto que provocaba las fisuras o el derrumbamiento de la construcción jurídica.
Hasta cierto punto México se ha mantenido en posiciones neutrales siempre haciendo uso de uno de los máximos principios de la ideología en las relaciones internacionales mexicana: la no intervención, además del uso del uso del juridicismo, debido quizá para no comprometerse de manera directa, en los conflictos que surgían en el seno de la OEA, aunque debido a ello se ha presentado una tendencia a distanciarse del organismo regional, otra característica de nuestra política interamericana (De Brody, 1965:290)
Sin embargo, esta actitud no siempre fue así México durante los años 40 fue entusiasta defensor de la idea panamericana, defensor del regionalismo y el enorme interés desplegado en la firma de la Carta de Bogotá dan prueba de ello. Aunque como se dijo anteriormente este entusiasmo estaba impulsado por una visión optimista que se podría derivar en las ventajas del sistema regional interamericano, ventajas y aspectos positivos que no llegaron a consolidarse. Así que a partir los años 50 México empezó a perder su simpatía con la organización.
Esto fue específicamente en 1954 durante la adopción de la Declaración de Caracas, cuando México abandono este entusiasmo por el inter americanismo y regionalismo e inicio una política de distanciamiento frente a la OEA, muestra de ello fue cuando México no presento ningún proyecto destinado a expandir las actividades de organismo mientras que otros grandes de la región como Brasil si lo hacían, esta indiferencia se hizo notoria en el periodo de 1954 a 1964, y era más que notorio ya que el país participaba en otros proyectos de política exterior pero no en el de la OEA (De Brody,1965).
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