MOTIVOS DE LA ESCASEZ DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

INTRODUCCIÓN

En el presente artículo, se persigue la reflexión de aquellos motivos que han ocasionado el abandono en los últimos años, de la práctica investigativa en la disciplina del trabajo social. Dicha práctica se ha desarrollado en las últimas décadas básicamente desde la disciplina sociológica, la cual ha influido en la evolución del trabajo social.

A principios del siglo XX, el trabajo social no se encontraba inmerso en las investigaciones, si no que se situaba a pie de calle, allí donde los problemas sociales y la necesidad eran más latentes. De este modo, nuestra profesión se centraba en la obtención de la información precisa, para así volcarse en la búsqueda de resolución de aquellos problemas que afectaba a los individuos/as – grupos- comunidades. Es decir, el trabajo social no presenta desde sus inicios una estrecha relación con la investigación, pero sí con ciertas aportaciones en lo referente a la evolución de las metodologías de investigación, ya que tanto la entrevista, como la observación participante, entre otras, eran técnicas que llevaban a cabo.

La primera propuesta científica centrada en la práctica investigativa, vino de la mano de unas de las grandes pioneras en investigación, Mery E. Richmond. Dicha autora dio paso a una nueva etapa para el trabajo social, haciendo especial hincapié en la necesidad de crear una escuela para formar así a los/as trabajadoras/es sociales.

No obstante, en las últimas décadas, la investigación y el ámbito del trabajo social han separado sus caminos tomando cierta distantica. Sin embargo, para poder entender esto, sería necesario replantearse el significado que se le otorga a la investigación en trabajo social y los motivos que nos impiden seguir con dicha práctica tan constructiva.

MOTIVOS DE LA ESCASEZ DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

La motivación de los trabajadores/as sociales por investigar ha decaído en ese “ímpetu” de seguir investigando. Pero, ¿cuáles son los motivos que nos han llevado a alejarnos y como consecuencia empobrecer dicha práctica?

        A decir verdad, hemos caído presos de un círculo vicioso de pura burocratización, del cual nos cuesta mucho salir. Nos encontramos con muchos obstáculos para poder seguir investigando, como la formación para poder llevar a cabo investigaciones, el poco tiempo del cual disponemos, la falta de motivación y de recursos económicos/becas de investigación para poder emprender (Kisnerman, 1985). Esto nos ha llevado a un “estancamiento”, el cual en su momento parecía algo temporal, sin embargo, ha pasado a ser un problema crónico para los trabajadores/as sociales.

        Si bien es cierto, a días de hoy los estudiantes de trabajo social gozamos de varias asignaturas en el ámbito de la investigación, repartidas entre los cuatro años de carrera, que nos permiten formarnos en este ámbito. No obstante, y pese a la importancia que se le otorga, los estudiantes seguimos obcecados en la idea de retirar dichos conocimientos y perseguir objetivos encaminados a un futuro puesto de trabajo fijo.

Esto se debe al poco tiempo del cual disponemos (tanto docente como alumno/a) para abordar en todos sus aspectos dicha práctica. En consecuencia, nuestro tiempo se limita a la adquisición de una serie de conceptos básicos para poder elaborar una investigación social. De este modo, adquirimos una serie de pautas que nos ayudan de cara a futuros TFGS, TFMS, etc. Pero, no se da la suficiente importancia a la estimulación del alumno hacia la práctica investigativa para seguir llevándola a cabo en el trabajo diario y por extensión en la sociedad/contexto que nos rodea.

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