Maltrato Y Abuso Animal
Enviado por GwenLiddell • 5 de Marzo de 2013 • 3.633 Palabras (15 Páginas) • 509 Visitas
Maltrato a animales de compañía
Abandono y abuso animal
Comprar un animal para destinarlo a compañía de humanos supone tratarlo como un recurso a nuestra disposición. Además, implica la muerte de otro animal que podría ser adoptado de un refugio o perrera.
Las perreras de las distintas administraciones capturan a los animales abandonados para deshacerse del “problema” de que estos existan. Por otro lado protectoras o particulares rescatan a estos animales e intentan compasivamente y sin casi recursos salvar sus agónicas vidas encauzándola oportunamente a través de una adopción responsable. Esto sucede en el caso de los perros y gatos, pero también, desde hace un tiempo, en el de los llamados 'animales exóticos'. Así, se dan abandonos en bosques y estanques de mapaches, hurones, serpientes, tortugas, peces e incluso, chimpancés y coatíes. Por lo que en los 'centros de recogida' ya se pueden encontrar los citados junto a iguanas, avestruces, ardillas, etc.
En nuestra web puedes encontrar un listado de sitios donde adoptar.
No hay argumento para el que compra, más que el de puro capricho de poseer algo que se valora por precio, belleza o exotismo lejos del acto compasivo del humano que se acerca con el corazón y la razón, a rescatar otro ser.
Si vas a hacerte cargo de un animal...
• Comprende, ante todo, que un animal no es un juguete: es un ser con la capacidad de sufrir y disfrutar. No se regala ni se compra. Implica la suficiente responsabilidad como para que, tanto la decisión de tenerlo como la tarea de velar por él, sea una cuestión de adultos, no de niños.
• Plantéate primero el bienestar de ese animal. ¿Dispones de tiempo para él? ¿De un espacio adecuado a sus necesidades? ¿Puedes afrontar sus gastos?
• No compres nunca un animal. Evitando la compra contribuyes a parar el ciclo que genera la cría y posterior abandono de animales. Mucho menos si se trata de un animal exótico cuyo bienestar, por mucho empeño que pongas, es muy difícil que puedas conseguir, y no tendrás un compañero, sino un animal enjaulado.
• Esterilízalo para evitar nuevas camadas. Nunca sabes dónde pueden acabar los descendientes. Además muchos animales sin hogar necesitan una oportunidad.
• Adopta siempre. Adoptando un animal, realmente ayudas, en cierto sentido, a dos: al que compartirá tu vida y al que ocupará su lugar en el albergue del que lo sacaste.
• Puedes darle una alimentación vegana. El pienso cárnico provoca la muerte de millones de animales cada año: pollos, cerdos, vacas, peces… En la actualidad hay varios piensos sin ingredientes de origen animal: Amidog y Yarrah Organic Vegetarian para perros, y Amicat para gatos. Dichos piensos cubren todas las necesidades nutricionales de los animales, y, al usarlos como la comida de los animales con los que vivimos, no estamos condenando a muerte a otros.
Si no puedes hacerte cargo de él
• Jamás lo abandones ni lo lleves a una perrera. No tendrá la menor oportunidad de vivir.
• Es tu responsabilidad, y de nadie más. Busca a alguien que se ocupe de él por ti. Puedes hacer mil cosas: desde indagar entre familiares y amigos hasta solicitar la ayuda de una protectora de animales que te ayude a seleccionar a alguien que pueda responsabilizarse de su cuidado.
Si encuentras un animal abandonado…
• No mires hacia otro lado, intenta darle tu ayuda.
• Si consigues cogerlo, llévalo al centro veterinario más cercano, donde procederán a leerle el microchip y localizar a sus dueños en caso de que se haya escapado o perdido.
• Si no tiene chip, de nuevo recurre a tus contactos y a protectoras de animales para que te ayuden, si tú no sabes, a seleccionar a un buen dueño. También puedes intentar ponerlo en lista de espera de algún albergue o casa de acogida, pero lo más importante es que entiendas que ese animal encontrado por ti, es tu responsabilidad, y de nadie más: hay mucha gente dispuesta a ayudar, pero debes comenzar poniendo de tu parte.
PELEAS CLANDESTINAS
Las peleas de perros son una práctica ilegal que se realizan de forma encubierta en muchas ciudades.
Estas peleas suelen ser organizadas por gente sin escrúpulos, desequilibrados mentales y por gente muy acomplejada, que necesita sentirse "grande" de alguna manera y no les importa sacrificar sus perros en el intento e, incluso, adiestrar a sus animales para la lucha, sabiendo que van a morir en ella.
Estos perros se convierten en animales agresivos, imprevisibles, inestables, desequilibrados, con los nervios a flor de piel. En ocasiones, incluso, acaban volviéndose contra sus propios dueños.
Las "técnicas" de adiestramiento son de lo más cruel y abusivas: dejar a los animales horas colgados de una cuerda por sus propios dientes para fortalecer la mandíbula, hacerles correr en una cinta andadora horas y horas para desarrollar su musculatura, descargas eléctricas en el ano para desatar su agresividad antes de los entrenamientos y peleas, etc.
Sin alimento, a oscuras, golpeados y drogados, los perros comienzan a ser entrenados a los tres meses de vida, alcanzando la madurez para la pelea a los dos años.
El proceso degenerativo es duro. El perro, generalmente de conducta noble, es maltratado para que odie al mundo. Se les adiestra para matar comenzando a atacar los puntos débiles del rival: las patas y el hocico. "Es habitual que para el entrenamiento se les ate a un coche y se les obligue a correr con el fin de que fortalezcan las piernas; se les hace la noria, consistente en perseguir un cacho de carne que gira en círculo; o la goma, método con el que el perro salta y se queda en vilo, mordiendo un objeto y girando sobre sí mismo en el aire para reforzar la mandíbula".
Para fomentar el instinto asesino, los entrenadores utilizan cachorros, gatos y otros animales pequeños como carnada. Estos animales pequeños son inmovilizados, y los perros que, anteriormente fueron castigados y privados de alimento, los matan.
Los amos del animal suelen rociar con productos tóxicos a su perro para que el rival merme su potencial al mezclar el compuesto químico con la saliva. Esta conocida trampa ha hecho que los perros sean lavados antes de las peleas como medida de precaución. Los más listos embadurnan de vaselina al cánido para que el agua no haga ningún efecto.
Mientras un perro es preparado para su antinatural pelea, su propietario explica otra de las torturas que forman parte de la breve vida de su yacimiento de dinero. "Lo mejor es hacerles pasar mucha sed y no darles agua, así sangran menos cuando los enganchan". Si su can no es despedazado, sus heridas, como navajazos humanos, serán cosidas en
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