Marginar Nuestros Aborígenes No Nos Hace Propios De Nuestra Cultura

Colombia es un país bastante diverso en cuanto a pluralidad étnica se refiere. El número de habitantes actualmente es de 44 millones de los cuales un 2% constituye la población indígena siendo así un poco más de 800 mil personas que ocupan aproximadamente el 25% del territorio nacional. (Londoño, D. 2004. 6.). Esto sugiere que aunque son relativamente pocas las personas indígenas su distribución es algo compleja y está asociada a factores como lo son: la búsqueda de una mejor calidad de vida, la necesidad de una mejor educación un poco menos empírica y más científica, el conflicto armado, la pérdida de identidad entre otros.

Los indígenas como población colombiana empezaron a ser reconocidos hacia 1970 cuando las comunidades empezaron a desarrollar un proceso de reafirmación y concientización hacia las urbes, obteniendo como resultado el concepto de multiculturalidad descrita en la constitución de 1991. Además, en 1993 se expidió la ley 605 en la que se especificó el aporte económico por parte del gobierno nacional colombiano a los asentamientos indígenas (Hernández A.). Leyes como esta y como unas cuantas más han generado en el gobierno y aún más en la sociedad el cambio de las relaciones verticales de poder a unas mas de sentido horizontal donde el estado habla de derechos y deberes de las sociedades minoritarias del país. En todo este ámbito de situaciones el estado emprende una serie de estudios con el fin de esclarecer los hechos sobre la paradójica movilización indígena tomando como factores de estudio los ya nombrados anteriormente, pero haciendo énfasis en uno principalmente: El problema del conflicto armado.

El desplazamiento a causa del conflicto armado lleva a varias comunidades aborígenes a dirigirse hacia centros municipales. Este un tema muy polémico que produce muchas consecuencias en el país. Las minas anti-personas, las amenazas, los reclutamientos, la apropiación violenta de tierras o el abuso sexual, son algunos de los problemas más comunes que viven los habitantes por parte de grupos armados. Aproximadamente 70000 de las personas desplazadas internas hacen parte de la población indígena y este número va aumentado cada vez más (ACNUR, 2002-2009 ). Esta migración puede ser fácilmente vista en los censos colombianos de los años 1993 y 2005, donde la primera arroja un resultado del 7% y la segunda arroja un asombroso aumento de 25% de población municipal constituida por indígenas sobre la población total colombiana (Hernández A.). Este aumento tan drástico se debe al autorreconocimiento de aquellas personas sobre estos grupos. Además el aumento también puede ser consecuencia de que los indígenas, al migrar a la capital pueden participar más activamente del censo, haciéndose notar. Pero ¿qué sucede con estas personas?

Lamentablemente la falta de oportunidades sumada al inevitable choque cultural entre lo rural y lo urbano, genera un

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