Mario bunge. Capítulo IX: Ciencia y universidad

Capítulo IX: Ciencia y universidad

Este capítulo comienza explicando que las universidades de casi todo el mundo fueron centro de formación de élites, no sólo intelectuales sino también formales, es decir, formaban un grupo selecto y minoritario de personas que en este caso serían estudiantes. Cómo bien lo dice la lectura, su principal función era formar dirigentes y profesionales. Muchos de sus estudiantes ingresaban a la administración y eran muy pocos los que optaban por ser científicos de laboratorio o de campo.

Las universidades del Tercer Mundo siguen siendo una una fábrica de profesionales, pero ¿a qué se debe la explosión universitaria? La multiplicación tanto de universidades como de estudiantes se debe principalmente a ascender en la escala social. En lo personal, al paso de las generaciones, en mi familia se nos ha venido inculcando el llegar más lejos que otras generaciones y con llegar más lejos me refiero a ascender en la escala social, es por eso que se me hizo importante recalcar este punto ya que es muy cierto.

Esta explosión universitaria ha traído consigo muchas cosas que benefician pero también ha tenido efectos secundarios negativos. Uno de ellos es que el Tercer Mundo destina una fracción muy elevada del presupuesto educativo a la universidad, y como consecuencia la educación primaria y secundaria pierde su prioridad, es algo muy malo ya que la educación de primaria y secundaria son muy importes para la formación de un estudiantes desde valores hasta conocimientos que son muy útiles con el paso del tiempo. Con lo mencionado al final la lectura nos lleva a otra de las consecuencias que sería un elevado número de estudiantes que ingresan a las universidades no están preparados adecuadamente para seguir con el curso o bien desertan del estudio y como consecuencia trae consigo que los instructores bajen el nivel de enseñanza.

Otra cosa que recuerdo del autor es que nos menciona que existe una cantidad enorme de “gente inmadura” que toma el puesto de profesor. Y en efecto, existen muchas universidades donde el profesorado universitario está compuesto, en gran parte, por jóvenes que aún no obtienen su doctorado ni han elaborado trabajos originales para ser publicados y se me hace algo completamente cierto ya que por experiencia propia en la Universidad me ha tocado un profesor que no tenía ni idea de lo que se trataba su clase por lo que optó por enseñarnos algo muy diferente a la materia, no digo que lo enseñado haya estado mal pero era una materia de la cuál teníamos que obtener conocimientos importantes y eso repercute en los semestres siguientes. “La calidad de la enseñanza que imparten es pobre” bien nos dice el autor y cómo consecuencia los alumnos salen peor preparados que ellos.

Estás múltiples consecuencias se habrían evitado si dicha transformación de universidades se hubiera planeado. Hay tantos aspectos negativos, que ya no quedan universidades propiamente dichas sino como el autor nos dice sólo son “fábricas de diplomas de poco valor”.

Se podría decir que el remedio para este acontecimiento es que todos los jóvenes prueben tener la capacidad para estudiar, cualquiera que sea su origen social. Esto nos lleva a que una universidad en democracia debería no hacer discriminaciones económicas ni políticas; y que la mayoría de los graduados esté en condiciones de ser útil a la sociedad.

La pregunta en la que se enfoca este capítulo es si puede haber buena ciencia y técnica en la universidad del Tercer Mundo, la respuesta es que debería haberla y muy pocas veces la hay con continuidad. Para hacer ciencia o técnica es muy importante una preparación especializada que sólo se puede conseguir con muchos años de aprendizaje difícil, también se necesita personas competentes en diversos niveles e instalaciones como en los laboratorios, bibliotecas, talleres, seminarios, etc. También es muy importante la tranquilidad, estabilidad y continuidad. La ciencia básica tiene más posibilidades de florecer dentro de la Universidad que fuera de ella, siempre que sea una Universidad auténtica y no sólo de nombre.

En muy pocas palabras la universidad del Tercer Mundo tiene tres grandes males: preparación insuficiente de sus alumnos, improvisación de sus profesores y la politización de unos y otros.

En conclusión a este capítulo se puede decir que la única solución global, es mejorar la condiciones económicas, culturales y políticas de la sociedad, de tal modo que estén en condiciones de sostener una universidad que funcione regularmente y esté organizada en torno a la investigación en todas las áreas del conocimiento.

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