Marxsicismo
Enviado por diazmiloher • 6 de Enero de 2012 • 552 Palabras (3 Páginas) • 388 Visitas
El marxismo, entendiendo por tal la corriente o la suma de corrientes que constituyeron los seguidores de Marx tras su muerte en 1883, fue, como las grandes doctrinas socialistas del siglo XIX, una ideología. Y compartió con ellas rasgos como éstos: una notable amplitud de sus contenidos (incluye una concepción del mundo, una filosofía de la historia, un programa detallado, etc.); la interrelación entre sus elementos en un sistema de ideas con una acentuada aspiración a la coherencia (otra cosa es que esa coherencia fuera alcanzada, cosa que no ocurre en general en las grandes ideologías); la finalidad de fundar identidades colectivas; un relativamente alto grado de explicitación (las ideas y creencias que integran esas ideologías no son algo vago o impreciso sino que están formuladas insistentemente en abundante literatura).
El marxismo ha sido la ideología más implantada en el movimiento obrero, e incluso ha llegado a ser ideología oficial de varios Estados, como ocurrió en el caso de la Unión Soviética.
La creación de organizaciones sobre la base de las grandes ideologías del siglo XIX (marxismo, con todas sus variantes posteriores, marxismo-leninismo, trotskismo, maoísmo…, y anarquismo, especialmente) tiene ciertos inconvenientes. Cabe destacar entre ellos:
El hecho de que operan como sistemas de identificación rígidos, demandan la adhesión en bloque y apasionada; no admiten las medias tintas.
Entre sus funciones está la de procurar una seguridad intelectual, lo que alienta el inmovilismo. Se levantan resistencias a las innovaciones, de las que se teme que puedan desestabilizar al grupo que toma esas ideas como cemento de su identidad colectiva.
La ortodoxia tiene más éxito que el sentido autocrítico.
Las ideologías trazan fronteras cerradas, poco permeables, poco aptas para la comunicación y el intercambio con lo que queda fuera de ellas. Unen en el interior pero a base de extremar la separación con el exterior, con lo que promueven la endogamia y el sectarismo.
El mundo real es visto con numerosos prejuicios que la propia ideología alimenta, lo que favorece el autoengaño y un despegue de la realidad.
En nuestra trayectoria, la crítica del marxismo fue acompañada de una crítica de las restantes ideologías socialistas y de las ideologías rígidas, compactas, del estilo de las del siglo XIX, como base de ideas para formar colectivos disidentes y resistentes.
Así, llegamos a una situación en la que se gesta la voluntad de no seguir tomando el marxismo como base de nuestra unidad y de nuestra identidad colectiva. Lo que se abre paso más bien es una situación en la que, junto a un esfuerzo crítico y autocrítico colectivo, caben diversas opiniones personales hacia el marxismo.
La situación actual es que a nadie se le pide ni una
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