María Trejo
Enviado por MariaTrejo4 • 15 de Abril de 2015 • 2.311 Palabras (10 Páginas) • 233 Visitas
Los Programas de la Televisión Mexicana como Mal Ejemplo para los Jóvenes
Hoy en día, los programas televisivos mexicanos resultan ser un mal ejemplo para la juventud, puesto que no quedan muchos programas que sean dirigidos a educar de una manera sana a la sociedad. El consumidor o televidente es y ha sido siempre el principal ingreso económico que tienen las empresas televisivas. Ahora, cualquier persona puede jugar el papel de televidente, y es triste el decir que en nuestra sociedad los niños y los adolescentes son los principales televidentes en México. Los niños que se encuentran en pleno crecimiento, tienden a ver la televisión como método de entretenimiento o simplemente porque “no encuentran algo más que hacer” (Pilato, 2013) y lo hacen teniendo como entretenimiento programas violentos, exageradamente dramáticos, misóginos, sexistas, denigrantes y groseros, lo cual empieza a detener el avance de la juventud, pues ésta se queda en un estanque de dudas entre lo que está bien para cada individuo, lo que en los programas dicen o enseñan que está bien, y lo que está mal pero no se entiende con claridad.
¿Usted recuerda su infancia? Nosotros recordamos perfectamente la nuestra; regresar de la escuela, comer, hacer la tarea y salir a jugar todo el día con nuestros amigos al jardín. Todos hemos escuchado a nuestros padres hablar de su infancia. No había un momento en el que no estuvieran afuera de su casa jugando; era algo común entre las personas de aquella época. Desafortunadamente todo esto ha cambiado casi por completo dado que actualmente la sociedad se ha vuelto excesivamente materialista y se ha sustentado de una manera exorbitante en la tecnología; enfocándonos directamente en la televisión.
Cómo mencionamos anteriormente, la televisión mexicana en los últimos años ha estado transmitiendo programas (cuyo valor educativo es prácticamente nulo) que causan un gran impacto en la sociedad joven del país. Existen múltiples ejemplos de cómo dichos programas han impactado a la sociedad; tenemos la telenovela de 2004 “Rebelde” como una gran prueba. En esta telenovela la palabra “wey” era utilizada comúnmente para dirigirse a los demás. Usaban términos violentos para dirigirse a los otros sin que pasara nada, todo era considerado en cierto sentido como una burla. También era evidente la falta de respeto hacia la autoridad y hacia la moral. Todo esto impactó a la sociedad tanto que hasta ahora, 11 años después del lanzamiento de dicha telenovela, seguimos utilizando “wey” para dirigirnos hacia los demás; seguimos hablándonos de forma violenta y no hacemos nada al respecto; la falta de respeto a la autoridad es algo puramente lamentable; y todo esto se debe a que cuando lanzaron esta telenovela nuestra generación, por ejemplo, estaba en pleno crecimiento. Nuestra mente estaba vulnerable y era inocente. Y por eso fue que, para nuestra generación, el utilizar esas palabras folclóricas y llevar a cabo ciertos actos, denigrantes en su totalidad, era totalmente normal y bien visto ante nosotros.
¿Qué provocó esto? El impacto se refleja en que muchas personas, al usar la palabra “wey” ni siquiera se preocupaban por saber el nombre de la persona a la cual se estaban dirigiendo. Al vernos bien ante nuestros amigos utilizando palabras altisonantes y conceptos denigrantes hizo que llegáramos a pensar que si utilizarlos con ellos estaba bien, con cualquier otra persona sería igual, pero estábamos en un gran error. Como consecuencia, el respeto entre los jóvenes y entre familias se fue perdiendo. La autoridad en la escuela ya no significaba nada. Los jóvenes hacían lo que querían y era un orgullo para ellos que los llamaran rebeldes, ya que los hacía sentir importantes o simplemente se sentían “en onda”.
A la telenovela “Rebelde” le han seguido muchas otras con la misma temática, como “Lola, érase una vez”, “Atrévete a soñar”, “Miss XV”, “Niña de mi corazón”, etc. Y todas tienen la misma base de la juventud poco respetuosa, liberal y altanera que (se dice) México tiene. ¿Cómo no tener una juventud grosera si lo único que se nos ha enseñado por medio de la televisión es que no importa ser grosero y liberal mientras se es “chavo”? Con una novela les bastó para transformar y mal educar a toda una generación, y así sucesivamente fue pasando con las siguientes telenovelas que les tocaron a las siguientes generaciones, como lo indica el profesor Haiek en su ensayo “La Televisión Mexicana”, 2014.
Lo que se ha estado usando desde hace ya unos cuantos años hasta la fecha es meter una creencia religiosa en los problemas de la sociedad mexicana; estos programas como “La Rosa de Guadalupe” son la simple continuación de dichas telenovelas sólo que en forma de capítulos basados en problemáticas de la sociedad. El impacto que se presenta en este programa es que nos enseñan que mientras creas y seas fiel a algo bíblico, tu problema se resolverá, no importa cuán malo haya sido y no importa quiénes fueron los afectados, siempre hay “justicia divina”. Esto, aunque duela, nos hace crear esperanzas falsas o sin sentido alguno, pues no siempre se hace justicia a cada caso, y los que al final de la historia son los más afectados son los mismos televidentes inocentes seguidores de dicho programa. Como consecuencia llega la desilusión y la desesperanza, dejando a la juventud con una autoestima muy baja. (Ortiz, 2014)
Pero estos no son los únicos programas que llegan a ser malos modelos para los jóvenes, también están aquellos programas mexicanos que utilizan problemas de la vida cotidiana y las desgracias de los otros para entretener al público, ejemplo: “Laura en América”, el programa de Televisa que se transmite en horario estelar, cuando es el tiempo de la comida familiar. Lo que se está viendo en estos programas es la mediocridad con la que se nos ve a los mexicanos. Las personas que acuden al programa tienden a ser atacados y “violentados por la misma conductora que se dice defensora de los derechos humanos” (Anónimo, 2013). El programa se quiere ver mejor que la misma autoridad de México, pues han llegado hasta a resolver secuestros y rescatar personas desaparecidas hacía años. Lo que el impacto de este programa provoca es que los jóvenes entienden que tratar a las personas de mala manera, discriminarlos y denigrarlos está bien mientras sea en nombre de los derechos humanos. A fin de cuentas los niños imitan lo que ven y al ver este tipo de cosas, eso es lo que terminan haciendo: violencia.
Por otro lado, la televisión tiene una fuerza persuasiva increíble. Constantemente lanzan a los artistas más “guapos” o “candentes” del momento, lo cual no es nada más que otro estereotipo de lo que, según
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