Mas alla de las murallas
Enviado por Karly Villanueva • 22 de Junio de 2017 • Documentos de Investigación • 2.723 Palabras (11 Páginas) • 240 Visitas
La comida ya estaba servida, Lauren se ocupó de arreglar el pequeño comedor que tenían para que yo me sintiera a gusto. Realmente nuestras vidas son muy diferentes, bajo una de sillas del pequeño comedor se encontraba un libro soportándola para que esta no se tambaleara. La pequeña mesa estaba igual o peor, si bien esta no usaba un libro como soporte, se notaba lo vieja y desgastada que estaba. Sutilmente observe que incluso la madera con la que estaba hecha no era de buena calidad.
Pero nada de esto arruino el maravilloso momento que estaba viviendo al ver al Lauren reír y convivir con su madre. Ella realmente tiene una sonrisa maravillosa.
-La comida estuvo deliciosa, Señora Tomlinson.- La halague y realmente no mentía, la comida había estado genial, jamás había probado algo así. El sabor era muy diferente a lo que estaba acostumbrada en palacio.
-No es nada Mila, amo cocinar para mis hijos y también para sus amigos.-Me comento dándome un guiño, cosa que hizo sonrojar a Lauren quien se quejó inmediatamente.- ¡Mamá!-
-Lo siento cariño pero es cierto.-Le contesto su madre.- Además fue Lauren quien cocino la mayoría, yo solo la supervise.-
-No es cierto.- Contesto Lauren.
-Lo que digas cariño.-Dijo su madre riendo quien se levantó de la mesa dejando un tierno beso en la cabeza de su hija para después retirar.- Pórtate bien con Mila.-Le dijo antes de irse.
-Lamento eso, mi madre es un poco…-
-Tu madre es encantadora.- Le dije sinceramente.- Es una mujer llena de vida y alegre.-
-Lo sé, no sé qué hubiese sido de mi si ella no me hubiera encontrado.-Lauren paso su mano por su cabello acomodándolo un poco, el tema al parecer no le agradaba mucho por lo que no quise indagar más en el asunto.
-¿quieres dar un paseo?-Pregunto ella, obviamente cambiando el tema.
-Me encantaría.-
Lauren recogió los platos, limpio la mesa y a ayudo a su madre a lavar los mismo. Aun cuando me ofrecí a ayudarlas ambas se negaron. Al parecer no solo en el castillo no me dejan hacer nada. Lauren se despidió de su madre y le informo que saldría con conmigo, esta le pidió tuviese cuidado y que nos acercáramos a la Muralla.
-No entiendo su preocupación por la torpe Muralla.-Se quejó Lauren.
-La muralla no es torpe, Lauren.-Le dije y ella volteo a verme divertida, arqueo una de sus cejas y soltó una pequeña risa.
-Que graciosa.-Dijo riendo falsamente.- Da igual, hoy llamaron a mi hermano al parecer el rey pidió nuevos trabajadores.-Me comento Lauren e inmediatamente recordé a los hombres que mi padre había contratado.
-Supongo que es por más seguridad.-
-Lo que sea.-Respondió Lauren un poco irritada.- ¿Y en que parte de GoldenTown vives?-
Muy bien Camila, y ahora que harás aparecer mágicamente una casa.
-Yo eh…- Estaba por responder cuando una voz me saco de mis pensamientos.- ¿Camila?-
¡Mierda!
-¿Camila eres tú?-
Dinah bajo de uno de los carruajes que ese momento pasaban junto a nosotras. Aunque evite mirarla a la cara, esta se fue acercando hacia mí. Lauren al verla hizo una reverencia, algo obligatorio al ver a alguien de la nobleza. Ella me miraba por el rabillo del ojo esperando que yo hiciera lo mismo. Cosa que Dinah noto inmediatamente y comenzó a reírse, para mantener mi mentira tuve que hacerle una reverencia a Dinah. Lo que hizo que esta soltara otra carcajada.
Dinah se aclaró la garganta y dijo.-Creo que me he equivocado.-
Lauren observaba todo muy confundida, y más porque de por si mi miraba estaba asesinando a Dinah quien no paraba de reír. Uno de los guardias se acercó a nosotras y yo nuevamente intente esconder mi rostro. Y nuevamente falle en el intento.
-¿Señorita Camila?- Pregunto el guardia mirándome.
Gracias al cielo a Lauren se le ocurrió hablar.
-¿Por qué la llaman Camila? Su nombre es Mila.- Tanto el guardia como Dinah se miraron y esta última solo sonrió.
-Me permites hablar con la señorita ahm…. ¿Mila?-Le pregunto Dinah a Lauren claramente aguantándose la risa.
-Por supuesto.-Respondió Lauren inclinando su cabeza y permitiendo que Dinah se acercara a mí.
Dinah me tomo por el brazo y me jalo fuera del lugar.
-¡¿Pero tú en que estás pensando?!- Me grito.
-Cálmate que Lauren puede oírte.-Le dije.
-¡¡Estás loca Camila Cabello!!-
-¡No lo estoy!-
-No claro que no.-Dijo está poniendo sus ojos en blanco.- ¿Así que ella es la chica?-Me pregunto curiosa.
Muy bien Dinah menudo cambio de conversación.
-Sí, es ella.-
-Es linda, tienes buen gusto M-i-l-a –Dijo riendo.
-Oh, cállate y déjame en paz si seguimos hablando será sospechoso.-Le recordé.
-Tienes razón, lo mejor será que me vaya.-
-Dinah…-
-¿Si?-
-Por favor no le digas a Justin que te hice reverencia.-Le dije con mi cabeza agachada notoriamente sonrojada por lo anterior. Dinah volvió a reír.
-Tranquila tu secreto está a salvo conmigo, de igual manera ahora que me retire debes hacerlo de nuevo.-Me recordó.
-Tu eres un ser despreciable.-Le dije mirándola enojada.
-Sí, si lo sé y así me amas.- Me dijo mientras caminábamos a donde se encontraban Lauren y el guardia que por suerte no dijo ninguna palabra.
Al regresar Lauren me pregunto.
-¿Pasa algo malo?-
-No, todo normal.-
Nos despedimos de Dinah y continuamos caminando por GoldenTown.
-¿Por qué la señorita Dinah te llamo Camila?- Pregunto repentinamente Lauren.
-Ahm no lo sé.- Respondí.
-Sabes, la primera vez que te juraba que eras la princesa Camila, pero eso es imposible ella jamás sale del castillo a menos que estén sus padres presentes.-
-Si… me han dicho que me parezco a ella.-
-Podrías incluso intercambiar lugares con ella.- Me comento Lauren quien me miraba.-Ambas son muy bonitas.-termino de decir haciéndome sonrojar.
-Ven.- me dijo ofreciéndome su mano.
-¿A dónde vamos?-
-Al lugar donde nos conocimos quiero mostrarte algo.- Me dijo Lauren.
Tome su mano y no sé si fui solo yo o ella también pudo sentir la conexión que hubo cuando nuestras manos se tocaron. Ambas miramos nuestras manos entrelazadas para luego mirarnos y sonreír.
Corrimos por las calles de piedras, Lauren sujetaba mi mano con firmeza. Y yo al darme cuenta de las locuras que estaba haciendo. Quién lo diría la princesa de un reino tan grande corriendo con harapos y más que nada con una de las chicas del pueblo. Si el rey se enterara seguro sufriría un infarto.
...