Max Weber y los movimientos sociales

Bautista Alvarado Blanca Samadhy

Teoría social II

Examen 2do parcial

Max Weber

Uno de los recuerdos más fuertes que tengo de mi niñez es la música que escuchaban mis padres, recuerdo una niña flaca y cabezona tambaleándose arrítmicamente con la música de the Doors, the Beatles, led zepellin y demás intérpretes de la época, recuerdo escuchar con avidez Universal Estéreo en el tercer piso de la enorme casa de mis abuelos, lugar donde crecí con mis padres, dos jóvenes nacidos en 1970 y 1971, quienes realmente no vivieron esa época pero la relación social en la que se desarrollaron con sus tíos y familiares mayores los llevo al gusto por la contracultura de esa época, esas interacciones fueron transmitidas a mi yo de 1994; recuerdo a mi madre decir que en mi vida pasada yo había sido un hippie revoltosa de los 70´s.

Evidentemente, en esa etapa de mi vida yo no tenía idea del cambio cultural y de poder que imperaba en la época, ni tenía idea de que el entender que es y el cómo se forma el poder es quizá comprender el código fuente de la sociedad. Naturalmente existen diversas formas de poder con sus distintas articulaciones pero no hay que olvidar que su mayor rasgo es la imposición de la voluntad propia dentro de una relación social.

Incluso, yo no tenía idea de que una de las principales y más antiguas formas de poder es la religión, la cual en gran medida ha dictado el uso y la costumbre desarrollando sus repetidas acciones de uno a muchos sujetos homogenizando a la sociedad, sin embargo, donde hay poder, siempre hay contrapoder.

Tan simple como que las sociedades se construyen con base en intentos constantes de dominación y sus contrapartes. Podemos mencionar la tierra plana, el geocentrismo, la teoría creacionista y que el refutar estas ideas eran fuertes contradicciones a la iglesia cristiana.

Ya que en eso consiste la dinámica del cambio social, pues en cada momento los que estamos viviendo son relaciones institucionales de dominación que persisten hasta que entran en conflicto con nuevas formas de resistencia a la dominación.

En torno a la década de los 60’s – 70’s, en la etapa postrera de una revolución cubana liderada por Fidel Castro y el Che Guevara, en el marco de una guerra fría que prescinde de armas, en Estados Unidos. Para que posteriormente los estudiantes de la Sorbona de Paris se levantan en un Mayo Francés, la guerra de Vietnam y el nacimiento de una contracultura con un estandarte de captura y libertad sexual patrocinada por el obsequio mexicano: la píldora anticonceptiva; en la época en la que los opiáceos, el LCD y los alucinógenos fue inmortalizada por la música y por eventos como Woodstock y Avándaro.

Período histórico que cuestiona globalmente todas las formas de poder en la cual incluso se permitió la apertura de religiones orientales a América. En México, el nacimiento de la clase media asentada en Tlatelolco fuertemente influenciada por la TV a color –otro regalo de México para el mundo- , en esta misma etapa la clase estudiante de diferentes clases sociales fuertemente influenciadas por las teorías socialistas que proponen el derrumbe y el abuso del capitalismo, en vísperas de los juegos olímpicos, una época en la que la sociedad ya estaba “hasta la madre del señor presidente”, en la cual el Partido Revolucionario Institucional se había distinguido por controlar a la sociedad en su forma de vestir, beber, disfrutar, escuchar, bailar, expresar e incluso quejarse o usar minifalda, es decir, “se vivía” una falsa democracia.

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