Mercado, el primer proceso de evaluación

No existe duda, que el ser humano esta  programado para evaluar; desde el momento en que nos levantamos hasta la hora de irnos a dormir, estamos continuamente tomando decisiones, un hecho que lógicamente también se traslada en el ámbito empresarial. La evaluación del desempeño en una empresa se ha convertido en un aspecto clave para las empresas, sin embargo como en las lecturas leídas, si echamos un “vistazo” hacia atrás, así como la empresa ha ido evolucionando con el devenir de la historia, vemos como los procesos de evaluación también se han ido transformando con el paso de los años.

A mediados del siglo XIX en el pleno “Boom” de la Revolución Industrial, los empresarios de la época podían medir de manera muy sencilla el rendimiento de las máquinas que utilizaban, es decir cuántas unidades eran capaces de producir al día gracias a la tecnología existente en ese momento; sin embargo  a la hora de medir la productividad de sus trabajadores no contaban con elementos que les permitiesen evaluar ese desempeño.

 El primer proceso de evaluación llevado a cabo y del que se tiene constancia tuvo lugar a principios del siglo XIX en una fábrica textil de New Lanark, Escocia, llevado a cabo por el empresario Robert Owen, uno de los principales impulsores del movimiento obrero británico. Dicho proceso consistía en medir el rendimiento diario de los obreros en dicha fabrica con un sistema mediante el cual a cada obrero le era asignado un libro en el cual sus supervisores anotaban diariamente comentarios sobre su desempeño, y en secciones clasificadas por colores que indicaban los niveles de rendimiento, lo cual tuvo un efecto de mejora que supero cualquier expectativa. Posteriormente en 1842, el Gobierno de Estados Unidos a través del Congreso establece una Ley de carácter nacional, mediante la cual se instaura la obligatoriedad a las empresas de llevar a cabo procesos anuales de evaluación a sus trabajadores.

Estas primeras iniciativas dan lugar a que en principios del siglo XX las técnicas de evaluación cada vez fueran más avanzadas. Las empresas comienzan a medir competencias y habilidades requeridas para determinados puestos, además de analizar cuantitativamente el rendimiento de sus empleados. Más adelante esa información, será utilizada para realizar comparativas de los diferentes perfiles de los trabajadores. Para poder medir esta nueva forma de trabajo aparecen varias modalidades de evaluación prevaleciendo finalmente dos de ellas: basada en competencias y basada en objetivos; sin embargo en ese momento,  el problema de esos modelos radicaba en que estaban basados en un modelo productivo, arraigado en la sociedad industrial que los había visto nacer. La gestión del talento necesita contemplar más profundo e inmateriales, más allá de la orientación de resultados por lo que han surgido métodos que  tienen como objetivo específico referirse a la evaluación del desempeño por competencias, clasificándose de acuerdo con ello a lo que miden: Características, Conductas o Resultados.

Entonces, la evaluación del desempeño cobra importancia para las organizaciones debido a que es una herramienta que permite hacer un diagnóstico del desempeño actual de los trabajadores, brindar la retroalimentación necesaria, elaborar una serie de planes de mejoras en el desempeño y conocer el potencial de evaluado. Es necesario tener presente que este tipo de evaluación del desempeño, nunca es un fin en la empresa sino un medio a través del cual, si se lleva a cabo adecuadamente en tiempo, forma y modelo de evaluación correctas se lograran  obtener los objetivos y ventajas planteados al planear dicha evaluación, reflejándose en el desempeño organizacional de la empresa. Por lo tanto, hay que considerar a la evaluación del desempeño como un sistema compuesto por varias etapas, en donde la correcta aplicación y existencia de cada una permitirá lograr los objetivos de la misma.

Como he mencionado, debido a que la evaluación del desempeño no es un fin si no un instrumento para mejorar los recursos humanos con los que se cuenta, pues mediante este sistema se pueden identificar los problemas de supervisión, de integración del trabajador en la empresa o en el cargo que ocupa, de falta de aprovechamiento de su potencial o escasa motivación. La empresa utiliza al final los resultados la hora de decidir cambios de puestos, asignación de incentivos económicos o la necesidad de formación o motivación de sus empleados; por otro lado los trabajadores también obtienen beneficios como conocer las expectativas que tienen de ellos sus jefes y así de algún modo ver canalizados sus problemas.

Siendo así que la evaluación del desempeño se convierte en una herramienta muy importante y por qué no hasta decirlo de vital importancia para la toma de decisiones en una empresa, específicamente en el área de recursos humanos debido al nivel de competencias exigidas de acuerdo a los objetivos establecidos por la empresa y  que hoy en día se utiliza también como un proceso que se utiliza para conocer el nivel de rendimiento que pueden tener los empleados en una organización y no solo eso, también se puede utilizar  para otorgar un ascenso y se pueden definir las compensaciones para los mismos (Bohlander, G. 2002).

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