Mi Último Año en el Liceo Guatemala

Mi Último Año en el Liceo Guatemala

He vivido un año lleno de experiencias. Como primer recuerdo que se me viene a la mente es tener maestros nuevos, o estar en el mismo salón con personas que casi ni conocía, pasar la mejor semana Champagnat de mi vida, ya que fue la primera vez que concursé en baile, tener mi velada, tener todo lo que solo se vive una sola vez como graduando, no cabe duda que he vivido un año lleno de experiencias.

He pasado malos momentos en el colegio. No fue hasta hace poco en donde tuve las experiencias más desagradables, por ejemplo, perder cinco materias en primero básico, o tener una probatoria en tercero básico por motivos indebidos. Lo único malo del último año fue un golpe en el ojo izquierdo, y es por eso que pienso que he pasado malos momentos en el colegio.

Conozco a las mejores amistades. Este año he tenido la oportunidad de conocer a personas increíbles, personas que nunca pensé que se volverían indispensables en mi vida, gente con quien en el paso del tiempo perdí el contacto, pero lo retome este año y es maravilloso contar con otras personas que han sido parte fundamental de mi desarrollo como persona y por eso agradezco tener a las mejores amistades.

Hacer las tareas ahora es una carga. Antes pensaba que cruzar el último año del colegio era fácil, que no iba a tener un ambiente de estrés, este año resultó todo lo contrario, es pesado cargar con tener que graduarte y tener un futuro asegurado al mismo tiempo, pero eso se siente más pesado cuando tengo pruebas, o algún trabajo largo, por eso ahora hacer las tareas es una carga.

La nostalgia que tengo al recordar. Es impresionante como pasa el tiempo, este año a un mes y medio de que acabe todo me pongo a pensar, tengo once años de estar en este glorioso colegio, y todo se resume a estos instantes, se resume a este esfuerzo que pongo sobre los obstáculos de ser un graduando, las experiencias buenas o malas, me han servido para crecer y prepararme para otro mundo afuera, es difícil agradecer y decir adiós a una de las mejores etapas de mi vida, las lágrimas de mis ojos son el ejemplo claro de la nostalgia que tengo al recordar.

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