Mineria ilegal

Reflexión Minería ilegal

La identificación de puntos o áreas donde se realiza minería ilegal cada día aumenta, en la región avanza un cáncer de forma constante que  causa caos a su paso, la fiebre de oro , al igual que la explotación de otros minerales son el eje principal de la destrucción que se lleva a cabo en regiones apartadas y alejadas de las principales metrópolis, allí no existen autoridades o entidades que ejerzan control ni que se encuentren interesadas en disminuir el enorme daño que se desarrolla en estas zonas, que deja como resultado la destrucción y afectación permanente del ambiente, sumado a los  problemas sociales y económicos que impactan las comunidades cercanas, sometidas a convivir con la degradación desmesurada de su entorno,  que por consiguiente altera sus vidas, sus costumbres y su salud. Las cifras en realidad son aterradoras, las imágenes satelitales y los drones han permitido divisar casi que de forma inmediata el avance del daño que se genera en medio de la selva y en los alrededores de las cuencas de los ríos.  

Los dragones, dragas y excavadoras hacen parte de la maquinaria utilizada para abrir paso hacia la búsqueda de minerales en proporciones desmedidas, se encargan de arrasar con ecosistemas completos y potenciar centenares de veces el daño que durante décadas anteriores se causaba, estas máquinas que pesan toneladas y se encuentran valoradas en millones de pesos, son los principales instrumentos con los que se deforesta, se excava, se remueve el suelo y se retira el material. No obstante, ninguna persona da cuenta de lo que allí sucede, nadie sabe ni ve nada hasta el momento en que se evidencia el abandono de la actividad, que deja pozos de aguas tóxicas, contaminadas de metales pesados y tierras áridas y muertas, donde anteriormente se encontraban selvas repletas de vida. El Mercurio y el Cianuro se encargan de desaparecer la capa vegetal, que sustenta la vida, pero estas sustancias además ocasionan contaminación al suelo y a los cuerpos de agua que constituyen las principales fuentes del recurso hídrico de las que se proveen las  personas que  allí habitan para desarrollar sus actividades diarias; En poblaciones nativas e indígenas cercanas a las áreas de explotación minera se encuentran porcentajes altísimos de contaminación por metales pesados que afectan gravemente la salud.

En las últimas décadas el negocio de la minería ilegal se ha convertido en objeto de interés por parte de guerrillas y grupos armados, ya que dicha actividad es bastante rentable, posicionándose como una de las principales fuentes de financiación del conflicto, por esto la explotación de minerales despierta e impulsa grandes esfuerzos por su control y avance, esto ocasiona que el daño se extienda a más puntos y en mayor escala, hasta el límite en que la fragmentación y el deterioro generado abarcan áreas de enormes proporciones, que no permiten diferenciar entre unos puntos y otros. Las Áreas Naturales Protegidas no son la excepción, estas finalmente resultan afectadas de forma directa o indirecta por los impactos que producen este tipo de actividades, en zonas de alta riqueza natural.

La minería ilegal también se encarga de potenciar los altos índices de miseria, promovidos por la generación de empleo a los actores sociales que se encuentran en el territorio donde se explota, a cambio de sueldos de hambre, que se suman a el daño ya causado por la actividad minera.  Al final solo queda devastación, daños, enfermedades, pobreza, miseria y desolación, gracias a la ambición y la codicia de unos pocos que son los que verdaderamente obtienen beneficios a costa de la destrucción del medio ambiente y el deterioro de la vida de miles de personas, con el agravante de la ausencia institucional que se apropie de su defensa y por lo contrario apoyados en entes que en lugar de buscar el bienestar general apuntan a satisfacer los intereses particulares, esto queda demostrado en la falta de regulación que tienen los minerales para ser exportados, hasta un 70 % del oro de exportación proviene de minería ilegal, que es retirado del territorio sin ningún tipo de objeción o inconformidad por parte del Estado.

Caso representativo Drummond

Al revisar el informe “El carbón de Colombia ¿Quién gana quien pierde? Minería, comercio global y cambio climático”, podemos recopilar una serie de ideas de lo que representa la multinacional Drummond para el país. A comienzos del año 2013 se protagonizó uno de los mayores desastres ambientales en el país, en Ciénaga, - Magdalena, un embarque de la compañía minera arrojó aproximadamente 500 toneladas de carbón al mar, específicamente donde se encuentra el puerto de salida hacia los países bajos, a las orillas del mar caribe. Cabe resaltar que el accidente no fue reportado por la empresa.

Para comenzar con una breve introducción a la problemática vamos a revisar la parte económica que se encuentra ligada a la multinacional. Drummond en el 2012 dejó en Colombia aproximadamente, 183 millones de USD en impuestos, 278 millones de USD en regalías, el equivalente al 25% de las regalías de minería en el país, Colombia es el quinto mayor productor de Carbón en el mundo, el debate y la cuestión moral es ¿Cómo? Países del primer mundo consumen energía “limpia” que es producida de tal manera que sus afectaciones sociales y ambientales son tan profundas y aumentan cada año la llamada deuda ecológica y social. (Lewin & Arriete, 2013)

Ahora bien, al revisar estas cifras entramos en colisión con diversos mitos que sesgan la manera de comprender las afectaciones profundas ambientales y sociales de este caso.

1. La minería de carbón genera grandes beneficios tributarios (impuestos y regalías) para el Estado colombiano.

“la Contraloría General de la República comparó los recursos fiscales generados por empresas mineras en Cesar y La Guajira con aquellos generados por la empresa Ecopetrol en el sector de hidrocarburos (petróleo). El estudio reveló que Ecopetrol paga trece (13) veces más impuestos que las empresas Drummond y Cerrejón juntas, y más de 8 veces el valor que paga por concepto de regalías (en comparación con estas dos empresas carboneras)” (Lleras, 2014, pág. 312)

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