Moisés Lira Serafín

Moisés Lira Serafín, fue el primer novicio en la Congregación de Misioneros del Espíritu Santo y fundador de las Religiosas Misioneras de la Caridad de María Inmaculad7a.

Nació en Zacatlán, Puebla, el 16 de septiembre de 1893, hijo de Pedro Lira y María Serafín, siendo el hermano menor.

Su infancia fue demasiado difícil, solo imagínense, su madre murió un poco antes de que cumpliera los cinco años, el abandono de su padre para volverse a casar. A pesar de estas circunstancias el era alegre, juguetón y hasta travieso.

De la única manera en cual pudo continuar con sus estudios fue gracias a su benefactora, la madre Victoria Ortega. Decidió entrar a la Congregación, pero a causa de la persecución religiosa de ese tiempo, sufrió frio, hambre, malos tratos y la zozobra de ser fusilado. Fue liberado y regreso a puebla.

Moisés fue la primera semilla, el primogénito. En los inicios, él y el padre Félix, vivieron de una gran fe, en extrema pobreza; sin embargo recibieron una gran riqueza, un fuerte influjo espiritual de su Fundador. Profeso sus primeros votos el 4 de febrero de 1917. Continúo sus estudios eclesiásticos en la ciudad de México y más tarde en la ciudad de Morelia, fue ordenado sacerdote pero fue hasta navidad de 1922, pronuncio sus votos perpetuos.

Esta gran persona, este gran héroe, visitando a enfermos se contagio gravemente de la viruela negra y fue un gran milagro su recuperación. El padre Moisés fue enviado a roma a estudiar.

A su regreso fue un insigne promotor vocacional, tuvo un carisma especial para los niños, una gran caridad para los sacerdotes, los pobres, los enfermos y los desamparados.

El padre Moisés en 1934 fundó la congregación de las misioneras de la caridad de María inmaculada, una congregación que hoy en día es indispensable para la comunidad cristiana.

El se distinguió en su obediencia y espíritu de fe, en su humildad y sencillez, fue un hombre de oración y de un espíritu de sacrificio.

El siervo de Dios comunicaba una apacible alegría. Su apostolado fue el de la bondad.

El domingo 25 de junio de 1950 muere en olor de santidad. Sus restos morales descansan en el panteón Español de la ciudad de México.

El padre Moisés Lira Serafín vivió la virtud la virtud de la justicia siempre y de manera no común.

Para terminar me gustaría recordar una frase que todos la tenemos que analizar y reflexionar “Yo solamente hago siempre el agrado de mi padre.”

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