Moral y Medio ambiente

Moral y Medio ambiente:

Desde hace algún tiempo estos dos términos están profundamente relacionados. Hace muchos años se observan, viven y sufren cambios climáticos muy notorios, producto de nuestra ignorancia e inconsciencia frente al cuidado del medio ambiente. Ya estando en el problema mismo del calentamiento global que trae consigo un sinfín de alteraciones en el mundo ecológico o casa que en la cual vivimos (ecología viene del término Griego “oikós”, que significa “casa”), se ha creado una mayor conciencia frente a lo que le hemos hecho a nuestro hogar. En este último punto es en donde la moral juega un rol fundamental, ya que a nivel de sociedad ya se tiene un nivel de instrucción mucho mayor sobre los cuidados para con el medio ambiente, por lo tanto el botar desechos, el no reciclar, etc. son actividades que la sociedad condena, así podemos discriminar cuando hacemos lo correcto y ayudamos al medio ambiente y cuando hacemos lo incorrecto no ayudando para nada al medio ambiente estando en conocimiento de las consecuencias que producen nuestros actos, acortando cada vez más la vida de nuestro planeta.

Moral y Medicina:

Siempre se han enfrentado los médicos a problemas morales pero la tecnología médica ha complicado los problemas éticos de la medicina. Los problemas sobre las responsabilidades morales de los médicos se originan como resultado de puntos de vista distintos sobre cuáles son los mejores intereses del paciente: el punto de vista de la medicina y el del paciente. La instrucción moral del médico se ha hecho de forma bastante explícita, un rasgo indispensable de la educación médica. El fin de la ética médica es contrarrestar la limitación de las simpatías, que puede perjudicar el encuentro entre el médico y el paciente. Los principios morales dirigen al médico hacia deberes y virtudes que fomentan los mejores intereses del paciente más que los intereses propios del médico.

Moral y Economía:

Se debe tomar a las instancias éticas de justicia y de solidaridad como elementos integrantes de la teoría y de la praxis económica. El beneficio no debe considerarse como el objetivo primario de la empresa; el objetivo debe ser innovar producir a costes competitivos y crear nuevas riquezas para toda la comunidad. Ya no se considera un beneficio aceptable aquel que se obtiene sustrayendo riquezas a las generaciones presentes y futuras, alterando el equilibrio ecológico, destruyendo recursos no renovables. La racionalidad ética y la racionalidad económica no les parecen ya a muchos marcados por una divergencia irreversible, sino llamadas más bien a una posible convergencia.

...