Movimientos estudiantiles del último siglo

Tellez Maldonado Alan Roman. 522

Movimientos estudiantiles del último siglo.

A lo largo de la historia de nuestro país, México ha sufrido sin cesar las injusticias y los despotismo de autoridades que abusan de sus poderes y las aprovechan para el beneficio de la burguesía mexicana en lugar de cumplir con su propósito intrínseco, el cual es defender los derechos e integridad del pueblo mexicano, viéndonos así obligados a aceptar y olvidar de manera colectiva las trasgresiones e incongruencias del Estado hacia nosotros, hasta el punto de volverse algo común e incluso rutinario para nosotros. Sin embargo, la exageración y el uso continuo de este autoritarismo ha tenido como consecuencia el despertar de las masas en búsqueda de un cuerpo gubernamental más consciente de los grupos sociales menos beneficiados, por lo cual los mexicanos, 49 años después, nos negamos a olvidar los sucesos ocurridos el día 2 de octubre de 1968.

La primavera de 1942 dio origen al despertar de consciencia de la gente mexicana con respecto a las discrepancias hacia el alumnado y sus requerimientos y necesidades. En este año, como demanda de parte de los alumnos del Instituto Politécnico Nacional en reconocimiento legal para los títulos que concedía el Instituto, más aparte otras reclamaciones relacionadas a problemas materiales que enfrentaban maestros y estudiantes, se realizó una marcha en manifestación, buscando presionar al secretario de Educación Pública, en ese tiempo Luis Echeverría Álvarez. El presidente Manuel Ávila Camacho se negaba a reconocer los títulos expedidos por el IPN y proyectaba la desintegración del Instituto Politécnico Nacional, por lo que la manifestación fue sorprendida por bomberos y policías federales, quienes, con armas de fuego, hachas y bastones, mataron e hirieron con brutalidad a los estudiantes y el cuerpo de profesores.

El movimiento de 1942 constituyó la primera reacción estudiantil ante los ataques del poder a las instituciones de educación popular. A partir de éste, más movimientos (como los de 1949, 1952 y 1956) tuvieron lugar, alrededor del país y por distintas causas, todos con un denominador en común: culminaron gracias a la intermisión violenta y genocida por parte del gobierno a través de las fuerzas armadas. Con cada atentado hacia el cuerpo estudiantil, el Estado se veía cada vez más comprometido y antagonizado por parte del sector escolar y el proletariado, no solamente por los ataques ya mencionados sino también por el movimiento insurgente obrero ocasionado por el desequilibrio económico que había traído el creciente desarrollo industrial, el cual beneficiaba a los pocos individuos quienes se encontraban en la clase alta y desfavorecía al resto de la población. Por esta razón, los movimientos estudiantiles comenzaron a ganar más adeptos, y, en ocasiones (como en la marcha de 1956), llegaron a contar con más de 100,000 seguidores, inconformes con la indiferencia de aquellos quienes tenían el poder y la falacia llamada “democracia” que regía el país.

Pasados casi 30 años llegó el movimiento estudiantil que hasta la fecha sigue siendo el más importante y recordado de México. El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y el IPN participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue reprimido por el gobierno mexicano mediante la matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El genocidio se cometió en contra de una manifestación pacífica por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia fraguada por el gobierno mexicano en contra del Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento.

Gracias a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano. Muchos sobrevivientes de la masacre describen el 2 de octubre de 1968 como el peor día de sus vidas, entre un amplio número de recuerdos externados y opiniones no cabe duda alguna de que los siguientes muestran el terror y la corrupción vivida alrededor de ese día.

“Recuerdo haber escuchado el primer disparo y no supe lo que pasaba, me di cuenta que estaban matando a mis compañeros y amigos cuando comenzó a ser una balacera y para entonces yo ya estaba corriendo con dirección al centro de la ciudad, nunca había corrido tanto en mi vida y nunca lo he vuelto a hacer.”

“Yo estaba en mi 3er año de intercambio en Francia y solo recuerdo que me enteré del movimiento a causa de una llamada que realice a mi hermana, ella estaba muy preocupada por nuestro primo por que no aparecía y en ese momento me conto todo lo sucedido, nosotros vivíamos a 5 calles de la plaza de las 3 culturas y estábamos demasiado preocupadas, lo que más me impresiono fue la corrupción de los medios internacionales de la época, en las noticias francesas solo me enteré de un choque automovilístico.”

“Ese día me organice con más o menos 50 compañeros para ir a la plaza de las 3 culturas, después de ese día solo quedamos 23 de los más de 50”

“Recuerdo que corrí como nunca para poder llegar a los pasillos de Tlatelolco, pero la imagen que más tengo guardada en mi cabeza es cuando volteé a ver a mis compañeros y solo logre ver que uno fue alcanzado por una bala, era un chico que estaba 3 metros de m.””

“Me acuerdo que después de lograr salir de la plaza de las 3 culturas unos compañeros estudiantes y yo abrimos una coladera y nos metimos ahí, no sé cuánto tiempo pasamos metidos en la coladera pero para mí fue una vida entera.”

“Para buenas mis hijos estaban muy chiquitos en ese año, pero aun así entre padres de familia nos cuidábamos y preferimos no dejarlos salir, decían que el gobierno estaba agarrando estudiantes por parejo.”

“Mi mamá me hacía esconderme debajo de su cama cada que alguien tocaba la puerta, vivíamos sobre Ricardo Flores Magón, a 5 minutos de donde pasó todo y aunque yo no estuve en el movimiento teníamos miedo porque se andaban metiendo los militares a los departamentos, al otro día mejor nos fuimos por Neza a casa de una tía.”

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