Multiculturalismo. Seminario de Ciencia Política III

Juan Manuel Jiménez Carrazco                       Multiculturalismo       - Sesión 4

Seminario de Ciencia Política III                                       26 de Febrero de 2019

Uno de los temas más importantes a resolver dentro del contexto del liberalismo es el del multiculturalismo. El multiculturalismo como base del liberalismo implica la  aceptación de las diversas formas de pensar, de ideologías que muchas veces pueden ser contrapuestas y especialmente de formas de manifestar la cultura diversas sin que de por medio esté la necesidad de juzgar como superiores o inferiores a las mismas.

En términos generales la cultura desde la perspectiva de Kymlicka (1996)  designa a cualquier grupo que comparte cierto tipo de afinidades o creencias. En este sentido hablar de una cultura social implica una esfera más grande que agrupa a un número mayor de sujetos, los cuales por lo general se encuentran dentro de una misma región o nación.  En el mundo contemporáneo, hablar de una cultura social tiene implicaciones muy grandes, por ejemplo, esta debe de tener una expresión institucional que permita que el sujeto se desarrolle de forma significativa en cualquier actividad humana, desde la comunicación entre sujetos hasta la educación y el gobierno.

El primer punto al respecto del multiculturalismo es el idioma. Parece que en la hegemonía del idioma se encuentra la posibilidad de llegar a una cultura social amplia, dentro de la cual todas las personas que de forma voluntaria o involuntaria decidan volverse partícipes, deberán empezar de forma paulatina a adoptar las nuevas costumbres sin que esto implique que necesariamente deben abandonar sus raíces o su cultura madre, tal es el caso de los inmigrantes. En este sentido, el gobierno debería tener consideraciones con ellos al ser un grupo minoritario que, aun cuando adquieres o no una nueva ciudadanía, los principios morales básicos deben ser suficientes para garantizarles seguridad, salud, probablemente educación entre otros (Kymlicka,1996).

La cultura no puede ni debe ser interpretada como universal, parte del pluralismo se basa en la aceptación de ideas diferentes, de tal manera que  pensar en que una cultura es más o menos razonable que otra implica que existen culturas mejores o peores. En este sentido convendría hacer una distinción entre lo razonable y lo moralmente aceptable, tal es el caso de las actividades propias de una cultura que atentan directamente contra la integridad del ser humano o contra sus derechos, tal es el caso de la mutilación genital femenina, la situación de las mujeres en medio oriente o las comunidades indígenas que dan a las mujeres un rol menor que el de los hombres. En estos casos hay que distinguir el argumento de lo moralmente correcto y la inferioridad cultural en términos de razonamiento, finalmente las culturas adoptan usos y costumbres y eso no las hace malas por sí mismas, sino se catalogan como inadecuadas de acuerdo a sus prácticas.

En el tema de las libertades individuales, los sujetos deben poder elegir libremente aquellas ideas que culturalmente los identifiquen, para lo cual es necesario que tengan un abanico de posibilidades u opciones a elegir y una educación suficiente para poder razonar a tenor de ellas y poder emitir juicios y decisiones personales. Lo ideal sería que los Estados multiculturales y liberales brindaran las herramientas suficientes para que los individuos puedan decidir, aunque esto no siempre sucede. Por otra parte, el respecto a la diversidad es el factor clave para entender la pluralidad dentro del liberalismo, se debe partir del supuesto que las personas tienen ideas distintas y que esto no las hace necesariamente inferiores en términos de razón o moralidad, un ejemplo claro está en las religiones. El pertenecer a una religión y adoptar sus códigos y dogmas no vuelve al sujeto moralmente superior a quien pertenece a otra religión, a quien no profesa ninguna o a quien decide cambiar de sistema de creencias (Kymlicka, 1996).

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