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Multiculturalismo Y Nuevos Movimientos Sociales: Una Mirada Desde Una Educación A La Diversidad.


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2011  •  4.085 Palabras (17 Páginas)  •  2.257 Visitas

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Multiculturalismo y Nuevos Movimientos Sociales: una mirada desde una educación a la diversidad.

Antonio Lobato Junior

alobatojr@hotmail.com

Doctorando en Educación

Universidad Distrital, Bogotá, Colombia.

Resumen

Nuestros pasados de conquista, dominio y control se mantienen entre nosotros a través de señales como la educación masiva, el consumo, la intolerancia y el racismo. Los nuevos movimientos sociales, hoy concentrados fuertemente sobre las cuestiones culturales de identidad y de raza, nos ayudan a repensar en una pedagogía que nos conduzca a una educación a la diversidad. El análisis de la realidad, el denuncio y la visión crítica de los modelos educativos que poseemos nos pueden ayudar en este camino cuyas conclusiones no se alcanzan a vislumbrar en este momento de nuestra historia.

Palabras Clave: Cultura, Multiculturalismo, Educación, Diversidad

Abstract

The massive education, the consumption, the intolerance and the racism are kept between us, as consequences of our past of conquest, authority and control. Today, the new social movements concentrated strongly on the cultural issues of identity and race; help us to rethink about a pedagogy that leads us to an education of diversity. The analysis of the reality, the denouncement and the critical vision of the educational models can help us to understand the conclusions that at this moment in our history are not clear.

Keywords: Culture, Multiculturalism, Education, Diversity

1. Introducción

El epígrafe pensado para este texto intenta llamarse a sí mismo o nombrarse como “Multiculturalismo y Nuevos Movimientos Sociales: una mirada desde la educación a la diversidad”.

Intentaré hacer un recorrido superficial socio histórico con aspectos de carácter mundial y otros de carácter latinoamericanos, para después acercarme al fenómeno de la relación entre el multiculturalismo y los “hoy posibles” nuevos movimientos sociales, concluyendo con una posible mediación de la educación, y sus “nuevas” búsquedas. Hemos partido de algunas preguntas: ¿Cuáles son las posibilidades de una educación a la diversidad en nuestro continente? ¿De dónde podemos partir para estructurar de manera efectiva una propuesta educativa como tal? ¿Cómo se articula el multiculturalismo y los nuevos movimientos sociales? ¿Cuáles son los síntomas de xenofobia, racismo e intolerancia aún presentes en nuestra sociedad actual? ¿De dónde viene esta manera de reaccionar?

La mayor parte de la historia de muchas regiones en el mundo que hoy llamamos “países”, está escrita bajo el relato de la conquista o del dominio del otro. Los grupos ordenados políticamente necesitaban conquistar la tierra, el oro, y el mar. Guerras completas, largas y sangrientas estaban estructuradas con el objetivo de dominar el enemigo, conquistar la mujer amada, conquistar almas, ríos, matas, puentes, cuerpos, espacio. Algunos países de manera especial necesitaban seguir peleando hasta el punto que su economía, su seguridad, sus tesoros, sus riquezas, dependían de la cantidad de guerras que alcanzaban a desarrollar a lo largo de un cierto período de tiempo.

Se trataba de conquistar y dominar el diferente. El raro, el distante en la manera de ser, de juzgar, de hablar. El diferente en la manera de vestir, de comer, de vivir, de trabajar. El diverso en la manera de acumular, de guardar. Al extremo, el diferente en la manera de pensar. Es decir, en la manera de representar simbólicamente la realidad. “¿Eres diferente?: te conquisto y te domino”. En Brasil escuché un dicho popular que tiene sus versiones en otros países que dice que todas las guerras del mundo son motivadas por tres pedazos: “O por un pedazo de tierra, o por un pedazo de oro, o por un pedazo de falda”. La diferencia por lo tanto estaba vista como una amenaza a la identidad.

La cultura, categoría cuya pluriconceptualización a lo largo de la historia confirma la dificultad que tenemos en definirla o comprenderla (Candau, 2002: 72), seria, podríamos decir, el término aquí más adecuado para sintetizar el objeto a ser conquistado y dominado por el más fuerte, por el más rico, o el más preparado.

Esta lógica de fuerza y del dominio del diferente, se expresa entre nosotros de muchas maneras. Ser más fuerte y dominar ha cambiado de formas y maneras. Pero..... desde el regalo de una espada china que se da al sobrinito, hasta un tanque de guerra que Brasil le vende a Angola.... o el avión que se estrella contra un edificio en todas estas actitudes, subyace el deseo de conquista y dominio.

Hoy esta manera muchas veces explícita, pero en general muy sutil de conquistar y dominar el diferente y su forma de pensar, pasa en gran escala por la cuestión del consumo. Antes nuestras sociedades, más agrícolas que urbanas, eran compuestas sobretodo por productores, por plantadores y recolectores de lo que la tierra producía. Se vivía para plantar y colectar. Todo giraba alrededor del esfuerzo familiar, social, en tornar la tierra fértil, productiva, hacer con que los animales producieran fuerza, leche,.... Hoy si que producimos, y mucho más. Somos muchos. Pero estamos aquí no para producir, sino para consumir. El eje central se movió. Antes nos alimentábamos para seguir produciendo. Hoy producimos para consumir. Y consumir de variadas maneras, de variadas formas. Conquisto al otro cuanto más demuestro que soy un excelente consumidor. Domino mi espacio, mi pedazo de falda, de tierra y de oro, consumiendo.

Hoy seguimos queriendo conquistar y dominar. Pero el espacio a ser subyugado es el espacio visual, una imagen light, una comida diet para un cuerpo con un nuevo lay out. Atrayente a los ojos, apasionante para la luz, vislumbrante para los reflectores.

Nos identificamos más como consumidores. Y no más como productores. Somos sobretodos consumidores. Y esto de una cierta manera nos “unifica”, nos ecualiza, nos pone en pie de igualdad. Pero en una igualdad excluyente, una igualdad que no tolera el diferente. Nos ecualizamos y mantenemos el otro dominado, sacándolo de nuestro círculo si no cumple con algunos requisitos.

2. América Latina en contexto de búsqueda.

¿Cómo situamos América Latina en este cuadro de dominio y conquista a lo largo de la historia? No me arriesgaría ir muy adentro en este tema porque no soy historiador. Una cosa si podemos afirmar dentro de esta perspectiva de generalidades históricas: fuimos y somos la parte conquistada, dominada y subyugada. Antes por poderes de fuerza militar y política. Hoy por poderes de mercado y de consumo.

Eso nos ha puesto en una situación delicada en varios aspectos

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