Negligencia Estatal

El lunes 7 de septiembre de 2011, 8 confinados murieron ahogados en el interior de un vehículo asignado al Departamento de Corrección, donde eran trasladados en dirección al campamento penal en Arecibo, ubicado en el Barrio Sabana Hoyos del mencionado pueblo; al caer en una quebrada crecida. Poco antes de la tragedia, personas del lugar le advirtieron que no cruzaran pero estos hicieron caso omiso a las advertencias. Vecinos del lugar que pudieron auxiliar a dos oficiales y dos de los 10 confinados que se encontraban en el interior del vehículo expresaron que uno de los custodios correccionales se negó a entregarle las llaves indicando que los reos podían darse a la huida. Bajo esta decisión de no entregar las llaves, se puede cuestionar la responsabilidad del oficial correccional, de proteger y cuidar la integridad física y la vida de los confinados y el deber de protección de salvaguardar la seguridad ciudadana.

Tomando en consideración ambas posturas debemos reflexionar en cuanto al derecho constitucional y universal que todo ser humano posee; como el derecho a la vida. Sin embargo, ante estos hechos los oficiales correccionales se vieron obligados a tomar una decisión la cual tuvo como consecuencia la muerte de la mayor parte de los confinados. Sin embargo estos oficiales no ejercieron sus funciones debidamente al dejar perecer estos confinados y no realizar esfuerzos razonables suficientes para salvarle la vida a estos. No obstante según medios noticiosos informaron que basado en el reglamento interno de dicha agencia establece que ante una situación de emergencia los reclusos deben ser liberados, razón por la cual se puede entender que dichos funcionarios desconocían o no tuvieron interés en ayudar los reclusos para no arriesgar una vez más su vida. Cabe señalar que los funcionarios fueron sumamente negligentes al exponer sus vidas atravesando por la carretera inundada, pese a las advertencias de los vecinos del lugar, ya que el sentido común indica que ante una situación de peligro inminente se deben tomar las debidas precauciones y evitar el peligro. Por lo antes expuesto se deja ver la problemática social donde radica el menosprecio hacia la vida de otro ser humano.

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