Negociación . El diálogo
Enviado por Maria Celeste Chocobar • 27 de Septiembre de 2022 • Documentos de Investigación • 965 Palabras (4 Páginas) • 81 Visitas
Negociación
El diálogo en su complejidad es fundamental en todo momento. El diálogo debe ser considerado como una
circunstancia fundamental de aprendizaje. Comenzando con el argumento de la propia evaluación hasta las formas
en las que se va a llevar a cabo y el lugar que cada uno tiene que asumir responsablemente. Muy significativo es el
convenio entre todos los implicados de los criterios que se van a aplicar en el momento de la corrección, de la
apreciación y el modo en que se va a comunicar la información, de las posibilidades de apelar las decisiones sobre
corrección y calificación, y de los criterios a seguir en caso de no llegar a acuerdo en la nota. No se trata de ceder
ante los alumnos, sino de ocuparse con ellos y en su beneficio, que terminará siendo aprendizaje. Porque de la
evaluación se aprende.
En nuestro ejemplo, Daniel negocia con sus estudiantes el día de la entrega de un trabajo.
Ejercicio transparente
Es lo que garantiza la difusión y el entendimiento de los criterios que se han de emplear. En toda evaluación, los
criterios de valoración y de corrección han de ser explícitos, públicos y claros, y negociados entre el educador y los
alumnos. A mayor claridad, mayor equidad y justicia.
Como parte de un continuum
Se trata de un proceso que debe estar integrado en el currículum y en el aprendizaje. No son tareas discontinuas,
aisladas o insignificantes en el proceso.
Tampoco es un apéndice de la enseñanza. Valorar solo al final, bien por unidad de tiempo o de
contenido, es llegar tarde para asegurar un aprendizaje pertinente y significativo. En este caso y en ese
“La evaluación debe estar, siempre y en todos los casos, al servicio de quienes son los protagonistas
en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, y especialmente al servicio de los sujetos que aprenden”
(Álvarez Méndez, 2001, p. 14).
uso, la evaluación solo llega a tiempo para calificar, condición para la clasificación, que es paso previo
para la selección y la exclusión racional. Desempeña funciones distintas a los fines educativos,
artificialmente necesarias; pero los principales beneficiados ya no son los sujetos que participan en el
proceso. (Álvarez Méndez, 2001, p. 13).
De carácter formativo
“Es uno de los conceptos inequívocos en su expresión que justifican prácticas equívocas” (Álvarez Méndez, 2001, p.
15). Basta comprenderla en la literalidad: que forme, intelectual, social y humanamente, la evaluación es parte
integral del pensamiento crítico.
En nombre de la evaluación formativa se justifican prácticas, muy dispersas y muy arbitrarias también,
que forman muy poco y de las que nada aprenden los alumnos ni el profesor; pero sirven a propósitos
que van más allá de los objetivos tanto de quien la ejerce como de quien la padece.
Toda actividad y toda práctica de evaluación educativa que no forme, que no eduque y de la cual los
sujetos no aprendan, debe retirarse de los niveles educativos. Si de la evaluación hacemos un ejercicio
continuo, no hay razón para la frustración, ya que siempre llegaremos a tiempo para intervenir en el
momento oportuno, cuando se necesite nuestro apoyo. (Álvarez Méndez, 2001, p. 16).
Proponer técnicas de triangulación
Si se propone que los estudiantes son responsables de su propio aprendizaje, también lo tienen que ser
de la evaluación del mismo y de su calificación. Nadie mejor que el sujeto que aprende para conocer lo
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