Negratud en Brasil

Comentario sobre el ‘extracto 3’

Brasil es una nación en donde la gente es producto de una mezcla entre europeos, indios y africanas. Actualmente Brasil se encuentra enseñándole al mundo que tiene una democracia racial, donde todas las personas son considerados iguales ante la ley, pero tal vez la realidad no es así. El gobierno proyecta esta idea de igualdad al mundo, a través de la iconografía del pueblo mezclado y feliz, que canta y baila a samba. Sin embargo, a través del extracto, escrito por Patricia de Santana Pinho que se concentra en la cultura afrobrasileña se puede ver que, si la superficie de la iconografía brasileña se retire, se revela la realidad racista debajo. Santana Pinho echa un vistazo a la historia brasileña y busca encontrar la repuesta al porqué todavía existen prejuicios y actos de desigualdad hacia la gente afrobrasileña de hoy.

Un concepto que aparece durante el extracto es la ideología del mestizaje. Después de que Brasil declarara la independencia, se embarcó en un viaje turbulento de discriminación racial para encontrar una identidad nacional. En la década de 1930, Gilberto Freyre, un sociólogo, publicó un libro llamado "Casa grande e senzala" que abordaba el tema del mestizaje (la mezcla de los europeos, los negros y los indios). Freyre tomó la negatividad que rodea esta noción y ‘lo glorificó y argumentó que hizo a los brasileños únicos entre todas las naciones’ (Eakin, 2017). Cuando Getulio Vargas obtuvo el poder en Brasil, puso esta ideología al centro de su régimen, utilizó la cultura popular de música, futbol y el carnaval, para mostrar y afirmar al mundo que el país fue una democracia racial. El mestizaje etiquetó a todos como mixtos e iguales, pero creó una obsesión con cómo mezclados eres. Los afrobrasileños son considerados el menos mezclados, que a su vez, ha resultado en la discriminación y representación negativa de negrura.

Santana Pinho aborda la esclavitud y cómo se ha llegado a los prejudicios hacia la gente negra de hoy. Brasil tenía la mayoría de los esclavos africanos en América Latina, con su economía basada en la importación y el trabajo de los esclavos. Los esclavos eran propiedad de sus dueños europeos y no tenían derechos ni oportunidades, a menudo, recibían un trato peor que los animales. En las regiones de café, los esclavos se utilizaron para llevar los sacos de café que pesaban alrededor de ‘150 libras… tan pesada carga que desgarraban sus músculos y les dejaban destrozados físicamente’ (Williams, 1930). La esclavitud brasileña fue abolida hace 132 años, sin embargo, es ‘la base del racismo socioeconómico de hoy’ (Walters, 2012). Por ejemplo, cuando te centras en el sector de salario mínimo en Brasil ‘los hombres blancos en el trabajo tienen un salario medio de 40,716 reales brasileños, mientras que los hombres de raza negra ganan una media de 19,368 reales brasileños’ (Hasenbalg & Huntington, 1982/3). Brasil no puede acreditar sus estatus de una democracia racial si los afrobrasileños en el mismo trabajo que realiza la gente blanca no reciben la mitad de su salario como promedio. La realidad es que las ideologías de la esclavitud brasileña crearon una plataforma de prejuicios raciales hacia la población negra de hoy.

Santana Pinho destaca cómo el eurocentrismo sigue dictando los estándares de belleza de hoy. Al principio, cuando los portugueses colonizaron África, utilizaron su literatura y arte para presentar, en la cultura occidental, los africanos como incivilizados, bárbaros, primitivos y viles (Shaw, 1929). Estas ilusiones inundaron Europa y junto con el sentimiento general de superioridad blanca, construyeron una representación ignorante y negativa de la apariencia negra. Hoy, todavía puede ver esta ideología europea en la sociedad brasileña a través de la manera que la gente negra está socializada para parecer menos negro. Por ejemplo, las afrobrasileñas están acostumbradas a llevar su pelo encrespado o con permanente. Además, el tratamiento de queratina, usado para enderezar el pelo rizado alrededor del mundo, fue inventado en Brasil que muestra la prominencia de la necesidad para parecer mas blancos. En los últimos anos, las muyeres negras han abrazadas su pelo natural y ‘el afro se ha convertido en un símbolo de resistencia’ (Lopes, 2018). Sin embargo, esto es solamente un cambio reciente y debería considerarse, que la lucha en contra de prevalencia de eurocentrismo de larga duración en la sociedad brasileña es una nueva cosa; y la excepción igual de la belleza negra aún no es un lugar común en Brasil.

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