Neoliberalismo, expresión actual de capitalismo

El neoliberalismo, expresión actual del capitalismo

¿Cómo definir al neoliberalismo? ¿Cómo sintetizar en un enunciado la historia que conlleva el significado? El concepto va más allá del significado, en forma amplia podemos que el “neoliberalismo es el conjunto de ideas extraídas selectivamente del liberalismo económico, en especial del mercantilismo” (Hernández-Vela, 2013: 309). Es la antigua filosofía, es la cara cruel del liberalismo, preponderante en el capitalismo a nivel internacional.

        Ciertamente el neoliberalismo es la expresión de injusticia y desigualdad que expone actualmente el sistema capitalista, en donde su meta, originalmente, era la de promover un reparto más equitativo y justo de la riqueza, tanto en los recursos naturales como humanos, en el cual debiera de desarrollar relaciones entre las sociedades para exteriorizar una  cultura universal en la cual se pregone un mercado amplio, extenso y sin amurallamiento. Sin embargo, la situación es completamente opuesta, yace una marginación racial, económica, social y política que exalta  a los extremos, observamos la ignominia y desafuero por parte de los países capitalistas desarrollados.

         Mientras que el aumento de la pobreza crece, la exclusión y la explotación se extienden escondida en palabras vociferantes jactanciosas que presumen de falacias con cara de verdad. Implantándonos este american way of life – forma de vida estadounidense – que enaltece una vida en el que si trabajas duro puedes lograr un nivel de vida alto y de calidad que atienda a todas tus necesidades e intereses;  nivel de vida que termina por anclarte en este mofa, llamada neoliberalismo.

        Mientras que la globalización ha sido la difusión, principalmente de Estados Unidos, de los países desarrollados para salvaguardar sus propios intereses, manteniendo la esclavitud del siglo XXI, en los cuales los postulados fundamentales del capitalismo actual reflejan la deshumanización que hemos estado elogiando y vanagloriando. Con un Estado mínimo que impulsa la privatización y que ejerce función como protector de la propiedad privada, el libre mercado que difunde la idea de hacernos dependientes de éste puesto que nos impone y nos crea la necesidad de algo qué comprar y qué vender, convirtiéndonos en una mercancía más, en este ciclo del capitalismo globalizado.

        Con un libre mercado en donde no hay reglas ni restricciones, esto da como resultado una desventaja para aquellas empresas que se encuentran en países periféricos con un alto nivel de pobreza, mientras que las empresas en países con gobiernos estables y económicamente bien posicionados aprovechan para expandir su poderío sin reducciones. La desreglamentación que permite el desarme de las normas para permitirle  el eficiente funcionamiento al mercado, la mano invisible, y la imperante necesidad de que el Estado venda todo los bienes públicos y de la propiedad social para generarle al mercado el acceso a distender sus pernicioso objetivo, mundo dependiente de la oferta y demanda.

        Haciendo alusión a lo anterior dicho, “lo que aporta la globalización [es] […] una amplia variedad de procesos está produciendo rupturas en el mosaico de regímenes fronterizos y contribuyendo a la formación de nuevos tipos de fronteras”. (Saskia, 2016: 122).  Cabe decir que el mercado no soluciona todo, ya que la globalización ha sido afectada por economías proteccionistas que crean murallas en lugar de puentes para restringir sus intereses económicos; los subsidios que solo denotan más la dependencia de otro organismos o entidad y el dumping que se puede denominar como el mercado negro dentro del mercado de la demanda y oferta.

Por otra parte, Estados Unidos en su afán de imponerse ante las demás regiones del mundo y autodenominarse como el gran protector del mundo, crea el Consenso de Washington que contiene diez reformas de política económica para que los países latinoamericanos enfrentaran las crisis económicas que atravesaban en esos momentos, sin saber que se dirigían  a la boca del lobo, esto implicaría la imposición de EE.UU en la economía de esos países e indirectamente de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, por decir algunos. A partir de la crisis económica se crea el “Grupo de los 8”, conformado por Alemania, Rusia, Japón, Estados Unidos, Canadá, Italia, Inglaterra y Francia, creado en 1998, siendo el grupo con más fuerzas en todas las instancias internacionales, formándose en bloques para hacer mayoría, aprobando leyes financieras para el libre mercado.

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