LA CRISIS ACTUAL, EL CAPITALISMO NEOLIBERAL Y LA FALACIA DE LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA
Enviado por jsebastian1996 • 1 de Septiembre de 2013 • 1.621 Palabras (7 Páginas) • 555 Visitas
El hondo proceso de transformación actual obliga a reconsiderar las viejas categorías económicas, los sujetos productivos, el papel del Estado y la política económica. La reestructuración capitalista de hecho disolvió las grandes fábricas donde el mismo antagonismo social estaba mejor organizado. Ahora están desmanteladas y subdivididas en distritos, empresas de redes, firmas de actividad central y sectores productivos diseminados por el territorio. Los cambios en la estructura productiva y los procesos reestructuradores del sistema capitalista han originado necesidades diferentes, modificaciones en las figuras productivas, alteraciones en la subjetividad tanto del trabajo como del no trabajo, y transformaciones en la estructura, el papel y la conducta del Estado.
La actual crisis económico-financiera en la que se encuentran sumidos muchos países desarrollados, ante todo de la Unión Europea, está muy relacionada con las últimas transformaciones y adaptaciones del sistema capitalista. Las consecuencias de esta situación crítica pueden ser imprevisibles mientras siga en pie la Unión Europea pues enmarca conceptos como globalización, mercado, privatización, competitividad, concurrencia, desregulación y librecambio.
El proceso de terciarización, está basado en la reorganización industrial y la conversión tecnológica, así como los cambios que afectan la esencia de los servicios y la producción.
Surgen nuevas figuras y composiciones de clases que sufren cambios, interactúan entre sí y quedan integradas en lo que es compatible con los procesos productivos capitalistas.
Las privatizaciones masivas de empresas públicas, el imperio de los mercados, la globalización económico-financiera, la creciente especulación, la progresiva desaparición de las regulaciones estatales y la libre circulación de mercancías y capitales no han conseguido un mayor bienestar para la mayoría de la población europea. Estas políticas neoliberales han sumido al mundo desarrollado en la recesión, causando en primer lugar una crisis financiera profunda, después una crisis de la deuda sin precedentes y luego el desempleo y la precariedad para millones de personas.
El actual orden económico capitalista determina la reubicación social. Debido a esta reubicación, las diferentes formas del trabajo asalariado aumentan en vez de disminuir, los sujetos más débiles, menos funcionales, compatibles y consolidados son seleccionados. El desempleo masivo o la ausencia de trabajo, la precariedad del mismo y la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos reducen el consumo y retroalimentan las crisis. La vida económica se paraliza y el sector productivo no consigue dar salida a sus productos.
La superproducción, según el pensamiento marxista, es la causa última de las crisis. En primer lugar se produce una etapa de especulación desmedida que en los sectores más diversos aporta una prosperidad generalizada que impulsa a que se produzca más de lo que puede asumir el mercado. Las crisis estallan en la economía financiera especulativa para extenderse después a la economía productiva.
El fascismo alemán, detonante principal del desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial, también se puede considerar que fue consecuencia de la misma crisis que sumió a su pueblo en la inflación, el desempleo masivo y la pobreza. El mercado no es un mecanismo benigno que funciona mejor cuando se le abandona a sus propios recursos, sino que requiere una buena cantidad de violencia externa para establecer y mantener las condiciones de su funcionamiento.
La izquierda ha sido incapaz de responder de manera efectiva a la crisis financiera actual, y más en general al rechazo del Estado hacia la iniciativa pública y a la puesta en marcha de políticas a favor del mercado durante las tres últimas décadas. A la social democracia europea le pasa algo similar a lo que ocurre con el capitalismo, que no puede actuar de otro modo y sus políticas y objetivos resultan inmanentes con su ideología.
El Estado del Bienestar como la propia creación de la UE se debieron a la toma de una posición defensiva por parte del capital y la burguesía. Los cambios pueden dar lugar a verdaderas democracias o a una mejor distribución de la riqueza, medios de producción pero los ricos no quieren lo mismo que los pobres. Los que se ganan la vida con su trabajo no quieren lo mismo que los que viven de dividendos e inversiones. Los que no necesitan servicios públicos (porque pueden comprar transporte, educación y protección privados) no quieren lo mismo que los que dependen exclusivamente del sector público.
El capitalismo social, modo de producción, cuyo objetivo inmanente es la acumulación y reproducción del capital, no puede renunciar a la explotación de la mano de obra, a la depredación de los recursos naturales, al saqueo de los países dependientes y a la propiedad de los medios de producción. La cultura capitalista, derivada en realidad de su modo de producción, exalta el valor del individuo frente al colectivo, garantiza la apropiación privada de la riqueza conseguida con el trabajo de todos, intenta maximizar las ganancias con la mínima inversión posible.
La globalización al servicio del capitalismo mundial
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