Capitalismo Neoliberal
Enviado por asdasd12351 • 17 de Junio de 2013 • 9.283 Palabras (38 Páginas) • 472 Visitas
La gran crisis del capitalismo neoliberal
The Great Crisis of Neoliberal Capitalism
Humberto Márquez Covarrubias*
* Doctor en Estudios del Desarrollo por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Actualmente se desempeña como profesor–investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Correo electrónico: <hmarquez@estudiosdeldesarrollo.net>.
Fecha de recepción: 19 de agosto de 2009
Fecha de aceptación: 15 de noviembre de 2009
Resumen
El objetivo de este trabajo es ensayar una explicación sobre la crisis del capitalismo contemporáneo y develar nuevas aristas del desarrollo desigual. Esta crisis representa la declinación del proyecto de reestructuración y expansión capitalista neoliberal encabezado por las instancias del imperialismo colectivo, y posiciona a la humanidad entera en una encrucijada epocal: el capital o la vida. Ante la respuesta tentativa del gran capital, que aún contempla la superexplotación laboral, la devastación ambiental y la acumulación centralizada, se postula la necesidad de generar alternativas de desarrollo posneoliberal o poscapitalista, a fin de generar mejores condiciones de vida y trabajo para la mayoría de la población y así, poner en el centro la necesidad de garantizar la reproducción de la vida humana en el planeta.
Palabras clave: Crisis, capitalismo, desarrollo desigual, centro–periferia, neoliberalismo.
INTRODUCCIÓN
La eclosión de la gran crisis del capitalismo contemporáneo en la alborada del siglo XXI desnuda los mecanismos orientados a concentrar capital, poder y riqueza en manos de una delgada élite transnacional en el marco del desarrollo desigual entre países centrales y periféricos y, en contraste, evidencia el crecimiento de las desigualdades sociales en el mundo. De manera inevitable, afloran los riesgos inmanentes a la desmedida explotación del trabajo, la depredación ambiental y la financiarización de la economía, además de los peligros derivados de las escaladas de violencia y guerra. Para el sistema capitalista, hoy como nunca antes, la vida humana representa un recurso desechable, cuya existencia se encuentra en predicamento en distintos ámbitos del planeta, mientras el capital, en tanto forma suprema de las relaciones sociales, tiene primacía absoluta.
La mayoría de la población se sorprendió, en 2008, con la irrupción de una severa crisis cuyo epicentro se encontraba en el corazón mismo del capitalismo mundial, Estados Unidos. El grueso de analistas y medios de comunicación atribuyen este descalabro a una burbuja especulativa en el sector hipotecario y a la desregulación del capital financiero, impelido por la especulación y la codicia, como si estos estados mentales fuesen ajenos a las compulsiones del capital. Esta crisis, sin embargo, es más profunda y severa de lo que se presume, y sus causas son históricas, estructurales, institucionales y políticas, por lo que su compleja dinámica interpela a los sistemas productivo, financiero y comercial articulados por la estrategia de expansión capitalista ejecutada desde la década de los setenta del siglo pasado, y que hoy en día experimenta sus estertores.
El propósito de este artículo es hilvanar algunas ideas para explicar críticamente la crisis sistémica del capitalismo neoliberal y develar sus expresiones novedosas. Aquí se argumenta que la crisis representa la declinación del proyecto de expansión capitalista neoliberal encabezado por los monopolios y oligopolios transnacionales, los estados imperiales y los organismos internacionales, instancias que dan cuerpo al llamado imperialismo colectivo (Amin, 2005), y que posicionan a la humanidad entera en una encrucijada epocal: consecuentar los intereses del capital o anteponer las necesidades de reproducción de la vida (Hinkelammert y Mora, 2008). Ante la respuesta tentativa del gran capital, que aún contempla mantener y profundizar la superexplotación del trabajo inmediato e incorporar a su dominio el trabajo científico–tecnológico, además de privatizar, mercantilizar y devastar el medio ambiente y mantener la institucionalidad neoliberal y sus políticas de ajuste estructural, sin importar el destino de la población desposeída, se postula la necesidad de generar alternativas de desarrollo en el horizonte posneoliberal y, más aún, poscapitalista, a fin de generar mejores condiciones de vida y trabajo para la mayoría de la población y, en suma, garantizar las múltiples necesidades que supone la reproducción de la vida humana y el metabolismo social hombre–naturaleza.
EL DEBATE SOBRE LA CRISIS CONTEMPORÁNEA
La emergencia de la actual depresión económica mundial retrotrae el debate sobre las crisis, pero su carácter profundo y multidimensional pone a prueba las teorías y explicaciones convencionales y heterodoxas. Al unísono, la mayoría de los analistas y los medios de comunicación ha concluido que la actual es una crisis financiera. Desde el pensamiento crítico, las explicaciones marxistas se sobreponen para recuperar las tesis de sobreacumulación (sobreproducción y subconsumo), crisis estructural y sistémica; aunque también se reedita, con menor éxito, la teoría del ciclo económico. Una visión más panorámica y de largo plazo, por otra parte, conjuga distintos elementos para caracterizar la crisis como sistémica o civilizatoria. El debate transcurre por, cuando menos, ocho posicionamientos analíticos, que en ocasiones aparecen contrapuestos y a veces, en aras de una mejor explicación, se complementan.
Crisis de la globalización financiera
Considerada como un colapso de la globalización, la crisis actual —etapa cumbre, desafiante e inevitable del capitalismo basada en la desregulación y liberalización financiera—, es tratada por la mayoría de los analistas y los medios de comunicación como un problema anclado puramente en la órbita financiera. En general, la idea es que una burbuja financiera explotó en el sector hipotecario de Estados Unidos, debido a que se otorgaron créditos insolventes, y la alta morosidad generó una crisis financiera que se propagó a la industria de la construcción y al resto de la llamada economía real de Estados Unidos y del mundo. Como resultado, sobrevino la paralización del crédito, episodios de corrupción y bancarrota. La receta más difundida por economistas como Krugman, Samuelson y Stiglitz, a la que se adhieren los economistas de todo el mundo, contempla la regulación del capital financiero, contención de la codicia y mayor intervención del Estado. No obstante, los gobiernos diseñan programas para rescatar a las grandes corporaciones financieras e industriales en apuros, lo cual no deja de ser una variante del modelo dominante que puede ser designado como un neoliberalismo regulado
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