Neoliberalismo

Problemas inducidos por el neoliberalismo: Crisis en nuestra salud mental

Hoy en día, la vida de todos nosotros están organizadas por nuestro trabajo. Todo depende de nuestro empleo: nuestras rutinas, nuestra recreación, nuestros niveles de vida, nuestro estilo de vida personal y nuestra vida familiar. Desde la pérdida de empleo hasta los despidos por parte de los jefes, vacían los bolsillos de los individuos dejándolos con elevadas deudas y con sentimiento de pánico.

Los empresarios de hoy usan tácticas devastadoras: despidos repentinos sin previo aviso, lo cual imposibilita la protesta y aísla más al empleado. Al despido le sigue un sentimiento de inseguridad y tensión y más cuando no encuentra un nuevo empleo y las solicitudes de trabajo son rechazadas. Y es todavía más crónico cuando el desempleo lo ven como una falla personal ya que es culpado por los jefes por no tener los atributos necesarios. Son acusados de tener malas destrezas, de ser demasiado jóvenes o viejos, y muchas excusas más. Sin embargo, cuando el desempleado se da cuenta de que esta condición afecta a millones de personas más y que los responsables no son más nadie que la clase dominante y las élites políticas, es menos probable que sufran de depresión.

Otro problema inducido por el neoliberalismo es la reducción de los niveles de vida e ingresos. Los despidos básicamente fuerzan a los trabajadores a buscar otro trabajo con una remuneración más baja o a agotar sus ahorros y en muchos casos a caer en la pobreza. El miedo y la inseguridad frente al no poder pagar las facturas de electricidad, agua, hipotecas, etc., crea una enorme ansiedad y una pérdida de autoestima.

Aquellos trabajadores de la alta sociedad, no todos, mantienen aquella apariencia de respetabilidad incluso cuando las bases materiales han desaparecido. El desesperado intento de mantener las apariencias frente a la movilidad, ha conducido hacia la esquizofrenia como conducta: vivimos como proletarios pero nos rehusamos a reconocer la realidad, pretendiendo ser clase media.

Esta pérdida de empleo de la que llevo hablando, lleva al colapso de un modo de vida, al declive de nuestra vida social, a evitar a los amigos, al aumento de los conflictos internos en la familia y al común sentimiento de aislamiento e impotencia.

La crisis económica del neoliberalismo tiene múltiples efectos antes mencionados y todos se propagan más allá de las condiciones materiales de vida. Afectan al mismo ser humano y a las relaciones más íntimas de esos individuos afectados. Cabe recalcar que cuando hablo de crisis económica, me refiero al crecimiento del desempleo, la mala remuneración y los trabajos inseguros.

Los efectos socio-psicológicos

La personalidad de todos nosotros se ve completamente afectada por el colapso del neoliberalismo, pero las expresiones de la conducta varían de persona a persona y de contexto a contexto. La respuesta inicial de todas las personas es primero un gran shock y luego la depresión, que viene acompañada de una gran ira hacia los jefes o políticos tradicionales. Aquellos que depositan su confianza en empresarios sufren frecuentemente de culpa y aceptan las explicaciones que les dan sus jefes acerca de los fallos cometidos. Normalmente se aíslan y se dan sentimientos de vergüenza y una falta grande autoestima la cual reflejan en su siguiente trabajo. Todo esto lleva a una disminución de la lidio, pérdida del deseo sexual, insomnio y una incapacidad de responder al afecto y de proporcionar el mismo.

Toda aquella hostilidad reprimida hacia los superiores es desplazada hacia los de abajo, refiriéndose a las esposas o esposos, los niños, amigos cercados y demás. En contraste, cuando aquel empleado descontento convierte su problema en algo público, se une a movimientos sociales que canalizan de una forma u otra su agresión hacia fuera, básicamente hacia los empresarios y hacia el estado.

Militancia sociopolítica

La perturbación mental es inevitable con todas las crisis económicas y pérdidas de empleo que se están dando hoy en día, pero el grado y duración puede ser contrarrestado gracias a las propiedades curativas de la organización y acción sociopolítica de masas.

Dicho esto, los efectos de choque de los despidos de las oficinas pueden forzar a los trabajadores y empleados a darse cuenta de muchas cosas. El despido destruye todo, incluyendo la falta de sentido de lealtad y obligaciones mutuas existentes entre capital y trabajo. Aparte de esto, revela en todo su esplendor, la verdadera naturaleza de las relaciones capitalistas, que no son más que la ganancia sobre el sustento, la familia y el mismo trabajador. No le queda de otra al empleado que darse cuenta que la concepción marxista de los intereses antagónicos entre capital y trabajo expresa básicamente su situación personal.

La figura de esta política en nuestro país

El neoliberalismo es una política que ha estado dando respuestas al desarrollo del capitalismo de todo el mundo, incluyendo el desarrollo de nuestro país, Panamá. Nuestro país es un país con muchísimos recursos que lamentablemente han ido a parar a manos de la oligarquía debido a los saqueos constantes que hemos sido victimas todos nosotros. Lamentablemente Panamá se encuentra entre los dos primeros lugres de América y del mundo, con la peor repartición de riqueza, al lado de países tales como Nicaragua, Bolivia y Haití, quienes cuentan con los índices más altos de pobreza y miseria.

La implementación de las políticas neoliberales no se iniciaron o se acrecentaron con el gobierno del ex-Presidente Martín Torrijos, como se piensa. Esta corriente viene de muchos años atrás, aproximadamente desde hace más de 20 años, cuando el gobierno de aquella época impuso el primer Plan de Ajuste Económico (PAE), el cual fue concebido por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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