No Hay Ladrones

Gabriel García Márquez.

“En este pueblo no hay ladrones “, es un cuento que forma parte del libro Los Funerales de la Mama grande, publicado en 1962, el cual está conformado por ocho siete cuentos más que reflejan el universo de Macondo. A diferencia de otros de sus escritos, en estos cuentos se reflejan situaciones y hábitos típicos comunes en la sociedad, las mujeres representan la razón y actúan con sentido común, mientras que los hombres se dejan llevar por el instinto y tienen conductas alocadas e imprácticas, llevándoles a cometer errores que cambiaran su vida. Las historias están construidas sobre la necesidad de interponer la verdad oficial a la verdad aparente, para lograr esto existen elementos de intriga, para llegar a desenlaces con una carga de posibilidades interpretativas.

“En este pueblo no hay ladrones”, en este cuento se narra la historia de Dámaso, un hombre joven y a puesto, que es mantenido por Ana su mujer, 17 años mayor que él y encinta, ella es una lavandera humilde, es paciente, inteligente, sumisa y siempre se preocupa por Dámaso. El conflicto de la narración, surge cuando Dámaso, decide entrar al billar de pueblo que pertenece a Don Roque, para robar lo que encuentre, sin embargo no hay mucho que robar, y como no quiere salirse con las manos vacías toma las bolas del billar y 25 centavos que se encuentran en un cajón, Ana se vuelve su cómplice ayudándolo a guardar las bolas, e investigando que es lo que se rumora en el pueblo acerca del robo. En el pueblo se cree que ninguno de los habitantes es capaz de robar, así que se culpa a un fuereño, en este caso un negro que estaba de paso, es detenido en medio de una trifulca en el cine, es castigado al ser golpeado e interrogado por los policías que no solo buscan las bolas de billar, sino también 200 pesos que Don Roque afirmaba le habían robado, a pesar de que Dámaso es testigo del sufrimiento del negro en manos de los policías, no se conmueve por él, ni

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