Noche Y Niebla

“NOCHE Y NIEBLA”

Esta película que trata de contar la historia de los campos de concentración nos habla tanto de éstos y pensado para este presente que ha olvidado la existencia de los campos, un llamado de alerta, casi un mensaje desesperado a los contemporáneos que no quieren ver los escombros y miran aliviados para adelante. Nadie puede olvidar la fuerza de la pregunta "entonces ¿quién es el culpable?". Y el tema central de la película es ese peligro latente, el horror entre nosotros, el enemigo que puede volver en cualquier momento. La barbarie sigue acechando. Por esto la película termina hablando de: ¿cuál es ese peligro del que nos alerta con tanta ansiedad?.

La película omite siempre dar demasiados detalles y nos deja completar las ideas con las imágenes mostradas, digamos que deja volar la imaginación del espectador.

Lo que nos produce horror en la película no son las imágenes escabrosas sino la relación tan cercana entre ese mundo tenebroso y la vida "normal". Es ese mundo tan cercano -la ciudad que se ve tras el alambre de púas, la apacible vida familiar de los jefes del campo el que hace que la pila de cadáveres arrastrados o el cubo con las cabezas cortadas no parezca irreal. Ese otro mundo está muy próximo a nosotros, podemos reconocerlo y reconocernos, y por lo tanto, lo que vemos cobra materialidad. Lo actual del hecho puede representarse porque la película nos muestra con fuerza el costado más terrible de esta historia, que los responsables son hombres que se nos parecen, que no hay mucha distancia entre nosotros y el horror y que esta es una historia humana.

Nos trata de explicar los actos terribles que sucedieron en los campos de concentración. Una serie de imágenes guían nuestra mirada a través de historias comunes de muerte, de humillación y de tragedias de las que fueron víctimas los enemigos del régimen. Pero no solo nos muestra lo que el hombre, con un poco de poder, es capaz de hacer, si no lo que somos capaces de soportar. Las palabras con las que comienza el documental tienen un sentido claro; desde ahí se puede ver la intención del director de señalar la facilidad con la que nos podemos convertir en lo peores asesinos.

Lo que más nos asusta no es aquello que vemos sino todo lo que no podemos ver. Existen tres partes que me parecen maravillosas en las que lo único que hace la película es darnos las pistas para nosotros completar la imagen. En la primera de esas partes observamos desde fuera una de las barracas de un campo de concentración, después nos adentramos y observamos las literas en las que dormían los deportados. Nunca vemos las literas de frente, en cambio vemos en perspectiva la enorme cantidad de camas que había en una barraca. Cuando hacemos la conexión entre el número de literas y el número de personas el horror nos invade. No estamos observando lo que le sucedió a una

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