OPINIÓN DE LAS NUEVAS GENERACIONES

En el recorrido que logramos los dedicados a la preservación de fauna silvestre, encontramos una multitud impresionante de anécdotas e historias que nos van contextualizando como entes que combinan la ciencia con la imaginación popular, y el particular ingenio latinoamericano, lo más sencillo es desdeñar estos mitos y hacer una burla de ello, lo que separa de manera importante la visión científica, de la cultura, sin observar que una empapa a la otra y en ocasiones se sincronizan en su origen, la ciencia no es más que el resultado de la experimentación, o acaso ¿se podría juzgar a un hombre que no conoce el fuego por intentar tomarlo con sus manos?.

Estas referencias me llevan a un escenario caótico de comunicadores de la ciencia que no conectan y expertos que no trasmiten, muchas culturas, religiones y filosofías, definen el conocimiento como una oportunidad de compartir experiencia, es la oportunidad de sacar al hombre de la caverna, de las sombras,  y por ende, al que más se le da, más se le pide, o bien, siendo más sencillo en el discurso y orgulloso miembro de una generación fundada en la cultura pop, diré con donaire “ Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

¿Pero porque en una nota netamente promotora de la ciencia, hago una referencia tan coloquial?, Es muy simple, afirmo sin temor a replica, que menos, es más, vivimos una época donde abusamos de lo abstracto y de la relatividad aplicada en todo,  esto para los dedicados a la difusión de la ciencia representa la primer barrera para transmitir el embeleso por la razón y el enamoramiento del pensamiento lógico, ocasionando simplemente la cerrazón de conciencias que pudimos transformar.

El miedo no es otra cosa que la ausencia de conocimiento, ¿pero que tanto de lo que conocemos afecta al ser humano? ¿Qué tanto de lo que conozco, puedo definir por verdadero? Y por último ¿Qué tanto de lo que conozco que es verdadero, puede ser funcional?, esto pareciera un dilema socrático, pero no es tan complejo como parece, depende mucho del trabajo de los comunicadores de la ciencia y de cómo están funcionando sus alcances, hasta el momento estamos fracasando, vivimos una época donde la extinción es parte  de todos los días, y la poca conciencia que idolatra a los ferales, desplaza y extermina a nuestra fauna silvestre es parte del ejercicio de una sociedad poco informada.

Por lo que afirmo que el verdadero problema no viene de los que simplemente actúan bajo la venda de la ignorancia, sino para los tiranos que resguardan el conocimiento, cual piedra filosofal, sin la inteligencia de transmitir lo que se conoce y se comprueba, con el que lo necesita.

Actualmente en la zona del altiplano tenemos el mayor índice de falsos envenenamientos, por lo que la información de los especialistas al público en general, representa sin duda no solo una iluminación académica, también el salvamento de muchas vidas, existe gente que afirma que algunas lagartijas como la BARISIA IMBRICATA, conocida como ESCORPIÓN tienen un veneno tan letal que podría matar a un ser humano, y aun cuando está comprobado científicamente que este animal no tiene veneno, las personas  en una mayoría arrasadora tiene esta creencia aferrada en su cultura desde hace más de 400 años, por lo que generalmente es difícil comprobar con ellos que sus conocimientos son falsos, realmente es un proceso lento y artesanal, sin embargo el problema, es que algunos por experiencia comprueban su teoría acerca de la toxicidad del escorpión, en la actual investigación que realiza el Centro de Educación Ambiental Herpetario Kukulkan, encontramos que sí, existen personas que presentan sintomatologías de un envenenamiento, e incluso casos de personas que murieron por esta mordida.

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