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ORGANIZACIÓN COOPERATIVAS СEAMSE


Enviado por   •  8 de Abril de 2019  •  Trabajo  •  7.132 Palabras (29 Páginas)  •  107 Visitas

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Proyecto de Investigación

12/11/2018


TÍTULO

Índice

TÍTULO        1

Índice        1

RESUMEN/ABSTRACT        2

INTRODUCCIÓN        3

TEMA DE INVESTIGACIÓN        5

PROBLEMA / PREGUNTAS        11

ESTADO DE LA CUESTIÓN        11

JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN        15

MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL        18

OBJETIVOS        22

DISEÑO METODOLÓGICO        24

CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES        26

RESULTADOS E IMPACTOS ESPERADOS        26

PRODUCTOS DE LA INVESTIGACIÓN        26

BIBLIOGRAFÍA        26


RESUMEN/ABSTRACT

La pregunta que da origen a este trabajo remite al abordaje de la organización de sectores marginales puestos en práctica en las condiciones de recuperación de residuos urbanos. Para tal fin, se plantea indagar sobre los alcances de las organizaciones sociales surgidas en ese contexto laboral, particularmente constituidas en las cooperativas surgidas alrededor de la planta de recuperación de los residuos CEAMSE como respuesta a la necesidad de luchar por sus derechos laborales, entre otros.

Para tal fin se toma el concepto de luchas por el espacio de forma colectiva que en este caso se realizan con la participación de las organizaciones sociales formadas a partir de una actividad laboral específica que como objetivo tuvieron la expansión de sus derechos laborales y el reconocimiento institucionalizado de su actividad como tal. Se quiere pensar en la transformación del espacio físico y social que se quiere dar por un lado y, por otro lado, el alcance que tiene.

Se tomará como un caso ejemplo la desaparición y el asesinato de Diego Duarte, que dio lugar al despliegue de las herramientas de lucha y de organización que permitieron el ingreso al predio de CEAMSE para la recolección y recuperación de los residuos por parte de los quemeros. Esta conquista se enmarca en los logros que tuvo el colectivo por un lado y como la institucionalización por parte del Estado de las condiciones de pobreza a los cuales son sometidos los trabajadores “cirujas” por el otro. A partir de ese caso y la lucha posterior se establecieron dos medidas concretas como el establecimiento de los horarios diarios permitidos para ingresar a “la montaña” y la institución de plantas sociales de reciclado y recupero de basura, en predio del mismo relleno sanitario.


INTRODUCCIÓN

Pasada la mitad del siglo XIX con la asignación de lugares oficiales para la quema apareció un nuevo actor social que vivía de la selección de lo que se pudiera encontrar entre la basura, tanto para su consumo como para la reventa, y al que más tarde se empieza a denominar ciruja. En la década del 90 la agudización de la desocupación y la normativa vigente sobre gestión de residuos, entre otras razones, sostuvieron la actividad de los ahora cartoneros (Salvi, 2001).

La crisis económica, política y social que venía gestándose en nuestro país en las últimas décadas del siglo XX y que tienen como máxima expresión las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 marcan un punto de inflexión en las condiciones de vida de los sectores populares: el aumento de la pobreza y el desempleo a los índices más altos de nuestra historia reciente empuja a muchísimas familias a recuperar materiales reciclables que se encontraran en los residuos de la vía pública, como estrategia de supervivencia. Este fenómeno se observó en los grandes centros urbanos y sus periferias. En el área metropolitana de Buenos Aires en el año 2001 los recuperadores urbanos se contaban en 100.000 sobre un total de 11.000.000 de habitantes[1].

La rápida expansión de esta actividad lo convirtió en una problemática de agenda pública muy rápidamente: el paradigma con el cual la sociedad interpreta este fenómeno fue cambiando. En los siguientes extractos de una nota publicada en el diario La nación el 1 de julio de 2001 llamada “el cirujeo se convierte en trabajo informal” damos cuenta de las nulas formas organizativas de este nuevo sector de la economía popular y las faltas de respuesta estatales.

Una de las consecuencias de esta actividad, quizá la más visible, es el estado de las calles después del horario de oficinas y hasta que pasa el camión que recoge la basura.

“Buscamos disminuir el tiempo de exposición de los residuos en la vía pública para desalentar el cirujeo – explica Gabriela Faustinelli, directora de Higiene Urbana-. Por eso, en zonas donde se generan muchos residuos, como en Puerto Madero o la calle Florida, las empresas retiran las bolsas puerta por puerta”.

El debate sobre la incorporación de los recuperadores urbanos al sistema formal del trabajo en la Ciudad de Buenos Aires aparece ligado al vencimiento de las concesiones[2] a la recolección de residuos domiciliarios, barrido y limpieza. El entonces Legislador de la Ciudad Eduardo Valdés publica una carta de Lectores en el diario La Nación el 12 de julio de 2001[3] en la que sostiene:

Es urgente definir políticas para este tema (reducción de la generación de residuos y transformación como nuevo insumo) contemplando el desarrollo sustentable, la viabilidad económica y el equilibrio ecológico, pero siempre teniendo en cuenta que la política que se diseñe e implemente deberá concebirse anteponiendo el desarrollo humano como prioridad.

En el plano de la organización colectiva aparece lo que caracterizamos como nuevo movimiento social y a comienzos del 2002 se constituyen las primeras Cooperativas de Recuperadores Urbanos, tales como la Cooperativa del Oeste, El Ceibo, Nuevo Rumbo, El Álamo, la Cooperativa Ecológica de Recuperadores del Bajo Flores (CERBAF), entre otras

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