Obligaciones

En todas las sociedades del mundo, los ciudadanos asumen sus derechos y obligaciones que deben cumplirlo a cabalidad, más allá de tenerlos especificado en las leyes, donde se incluye la coercibilidad. En efecto, existen normas de conducta ciudadana que van más allá de la norma y forman parte de la ética y valores, lo cual nos diferencia de las lacras que hacen daño a la colectividad.

En los sistemas democráticos se profundizan a todo nivel los derechos ciudadanos, los cuales son reclamados al considerar están siendo atropellados. Además se tienen diversas instituciones que velan precisamente por el cumplimiento de tales derechos, incluido si difusión en todos los niveles, siendo ya común escuchar hasta a los niños reclamar sus derechos, los cuales son enseñados en las escuelas.

La pareja de los derechos ciudadanos se llama obligaciones ciudadanas, aquella que se pretende hacerla invisible o no tomarla en cuenta, porque son consideradas molestosas y hasta atentatoria a los intereses ciudadanos. Ocurre en todos los niveles la desvalorización de las obligaciones, como en la escuela, donde se enseña los derechos que tienen los niños y adolescentes, pero no se hace hincapié que también deben obediencia y respeto a sus progenitores, aquellos que son denunciados bajo cargos de agresión psicológica o física, cuando proceden a llamar la atención.

Y esas obligaciones se las debe cumplir en todos los niveles y a lo largo de la existencia del ciudadano. Existen aquellas a nivel de negocios, otros a nivel de buena vecindad y hasta la unión conyugal está regida por un contrato que registra una serie de obligaciones de cumplimiento obligatorio, bajo pena de sanciones en caso de inobservancia y/o incumplimiento.

Con el Estado se asume una serie de derechos ciudadanos, pero también obligaciones aceptadas de manera tácita, como la obligatoriedad de pagar impuestos y/o tributos o colaborar en la medida de las posibilidades a mejorar las condiciones de vida de la sociedad.

El cobro de esos tributos al fisco vienen contempladas en varias figuras jurídicas y existe la coerción para su estricto cumplimiento. Hay algunos que son cobrados de manera permanente y el ciudadano no los considera como tales, como aquellas compras diarias en las que no se pide la factura, cuyo porcentaje será evadido al fisco.

Existe la conciencia para exigir derechos y también debe existir la misma mentalidad para cumplir con las obligaciones, las que deben practicarse a diario, principalmente con las facturas, aquellas que eluden entregar si no son pagadas, cuando debería ser un espontáneo acto ciudadano. La mentalidad de cumplir con las obligaciones debería ser al revés, exigiendo la factura, a sabiendas que cierto porcentaje está sirviendo para que el Estado lo devuelva transformado en obras.

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