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Ola Matoneo


Enviado por   •  17 de Mayo de 2014  •  903 Palabras (4 Páginas)  •  359 Visitas

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Yadira, la tragedia después del matoneo

La caída y una presunta mala atención médica la tienen postrada en una cama.

La historia de Yadira del Pilar Perdomo Alta miranda comenzó el 25 de agosto del 2009, cuando, con 16 años, un juego de adolescentes terminó en tragedia. Eso pasó en el Gimnasio Campestre Los Alpes, en La Calera, donde cursaba grado décimo.

Su madre, Ángela Alta miranda Asencio, cuenta que compañeros de clase planearon esconder los inhaladores de la niña en un zarzo, como parte de una broma. Luego le dijeron a Yadira que lo recuperara. "Ella decidió encaramarse y, medio cogida de una baranda, los compañeros le quitaron el apoyo y terminó cayéndose de cabeza sobre un pupitre a una distancia de tres metros de altura. Quedó inconsciente".

Según cuenta la madre, "el diagnóstico de la enfermera de colegio fue que la niña tenía un pequeño golpe y una luxación en las rodillas. Nunca se le prestaron los primeros auxilios". Pero en la ruta escolar el cuerpo de la niña 'gritaba' que algo andaba mal y por eso avisó a su madre.

"Cuando la niña llegó a Bogotá la esperaba una ambulancia de Seguros Bolívar. Estaba totalmente mareada", contó Ángela. El primer diagnóstico que le hicieron en la clínica El Bosque, a donde la llevaron, fue de trauma craneoencefálico, su oído sangraba, tenía afectación de vejiga. Se le había roto la caja torácica, su columna estaba partida en dos e, incluso, sus intestinos habían perdido la sensibilidad. Duro 24 días hospitalizada. De ahí en adelante, la vida para madre e hija ha sido una carrera contra el tiempo para tratar de recuperar la salud de la adolescente.

Cadena de tragedias

La esperanza volvió a esta familia cuando el doctor Solomo Raz fue invitado por el departamento de urología de la clínica El Bosque. Casualmente venía a explicar un avance de la medicina llamado 'implante raquimedular sinergy', que hacía que pacientes como Yadira lograran orinar, deponer y sentir y así disminuir el número de infecciones por implementación de cateterismos.

Entonces, todo confluyó para que la operación se diera sin que le cobraran a la familia por el implante o por los honorarios de semejante eminencia. Todo fue un éxito. Solo faltaba una parte del procedimiento que deberían practicar, según Ángela, urólogos de la clínica El Bosque siguiendo al pie de la letra un manual de instrucciones, videos y charlas dejados por Raz.

"Ellos perdieron el material e intervinieron a mi hija sin tener idea de nada", dijo Ángela. Nunca les dieron explicaciones. Mientras la tramito manía iba en curso lento, Yadira sentía que el implante la electrocutaba y que se salía de su lugar. Según Ángela, muchas de las atenciones médicas remitidas por Faisana fueron inhumanas.

"Un doctor de la clínica Marly dijo que el implante estaba bien.

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