Opinion sobre politica de consumo de drogas

Escrito de opinión argumentada sobre las drogas en Bogotá D.C

Maria Alejandra Bohórquez Zambrano

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El debate sobre el consumo de drogas y el espacio que se utiliza para hacerlo es un tema de especial atención en esta temporada del año. Debido a que es un asunto delicado y de suma importancia ha sido incluida en las propuestas de los cuatro candidatos a la alcaldía de Bogotá D.C como se evidencia en “El debate de la gente” de Agosto. Para profundizar esta cuestión en la sociedad colombiana, se ha recurrido a la lectura “Patrullando la dosis personal” de Lemaitre y Albarracín y de los artículos 33 y 140 del Código Nacional de Policía y Convivencia. A partir de lo anterior, se entiende que se debe mantener la dosis personal y aumentar la educación para la prevención y facilitar los caminos de desintoxicación.

Basándose en lo anterior es pertinente explicar porqué se debe mantener la dosis personal. Investigando un poco sobre el asunto en el texto de Lemaitre y Albarracín (2011) se sabe que en la Constitución de 1991 el porte de la dosis personal era penalizada ya que violaba el derecho al libre desarrollo de la personalidad. No obstante, la Corte Suprema de Justicia un tiempo después declaró inconstitucionales los artículos y leyes que penalizaban al porte de pequeñas cantidades porque violaba el derecho al libre desarrollo de la personalidad y la primacía de la autonomía personal. Dicha primacía establece que cada individuo tiene libertad a tomar decisiones de su propia vida, que no afecten a terceros, y que el Estado debe respetar. En razón de lo expuesto creo firmemente que se debe mantener la dosis personal, pero desincentivar el consumo de ella.

Tal y como se mencionó en el párrafo anterior lo primordial en el tema de las drogas y microtráfico de la capital colombiana es educar a la población y brindar sencillas formas de seguir un camino hacia la desintoxicación. En muchos de los casos los consumidores de estupefacientes probaron por simple curiosidad y sin saber muchas de las consecuencias que se generan al haber consumido por primera vez. Esta ignorancia se debe a que es una cuestión un poco taboo y, por lo tanto, poco tratada en las familias e instituciones educativas. Si educamos a toda la población, especialmente a niños y jóvenes, les estamos dando herramientas para que se enfrenten a situaciones y tengan la oportunidad de elegir y no solo probar porque “me dijeron que se siente chévere”.

Por otro lado, la desintoxicación es una opción que pocos adictos tienen ya que se necesita un buen capital económico para acceder a ella. Es por eso que se deberían aumentar las rutas hacia la desintoxicación y mejorar las instituciones que lo están haciendo ahora para así aumentar las tasas de las personas que se desintoxican. Si abrimos este camino le estamos dando a los consumidores la capacidad de salir de ese círculo, rehacer sus vidas donde estén limpios y buscar un mejor futuro. De este modo no los condenamos a seguir volviendo a ese círculo, a recaer, porque no fuimos capaces de extenderles la mano y ayudarlos con su enfermedad. Si disminuimos la cantidad de personas que consumen, a través de la prevención y desintoxicación, no hay demanda y por tanto se reduce el microtráfico.

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