Origenes De La Diplomacia

Capitulo 1.

Orígenes de la diplomacia organizada

Antes de la guerra de 1914 1918 el ciudadano corriente sólo de modo accidental se interesaba en las relaciones internacionales. Hubo como es natural periodos durante los que la política exterior se erigió en motivo de controversia partidista e incluso de programa, sin embargo, la mayor parte del público se interesaba tanto de los principios de la política exterior como de los métodos de agentes mediante los cuales se ejecutaba esa política. Se partía del axioma de que los fundamentos de la política exterior se basaban en necesidades nacionales inmutables y que como tales quedan fuera del campo de la lucha de los partidos se tenía la idea de que los asuntos exteriores constituían un estudio especializado y esotérico cuyo secretos excedían del alcance de la experiencia del juicio de lego en la materia. Se tendía, en consecuencia, a dejar la dirección de la política exterior al gabinete y sus auxiliares técnicos y confiarles mantenimiento de los "derechos e intereses" nacionales mediante los métodos y remedios que en cada momento les pareciesen factibles y oportunos.

En ese estado de público indiferencia implícita la confianza en que los sucesivos gobiernos harían todo cuanto pudieran por conservar el mayor de los intereses nacionales es decir, la paz. Y si llegare a surgir una situación en la cual los libertadores vitales, los derechos, posesiones o intereses del país cayesen bajo la amenaza de cualquier fuerza exterior la mayoría de la nación apoyaría al gobierno en su decisión de resistir tal amenaza empleando para ello el poder militar y naval.

La guerra de 1914 1918 contribuyó mucho cambiar esa actitud negativa o sumisa. Por una parte se cayó en la cuenta de que un país puede ser llevado a políticas que implican compromisos definidos con potencias extranjeras y de que si surge una crisis de importancia capital el pueblo puede verse enfrentado con la alternativa de tener que repudiar promesas que se formularon en su nombre, por otro lado se comprobó que los efectos de la guerra moderna no quedan limitados a aquellos soldados y marinos profesionales sino que traen consigo para cada uno de los ciudadanos comunes pruebas venosas duras aflicciones y peligros espantosos.

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