Oro en el gran pajaten

ORO EN EL GRAN PAJATEN

En un día común en la universidad estábamos investigando algunas cosas que tenían que ver con etnografías culturales, hicimos el trabajo de investigación y nuestro trabajo salió en la portada de la universidad debido a nuestro esfuerzo sobre la investigación. Pasaron días y muchas personas nos felicitaban por el excelente trabajo que nos fuimos reconociendo por la sociedad poco a poco. Pasaron meses y recibimos una llamada del señor Carlos Torrealva Juárez informándonos que había descubierto un lugar etnográfico e histórico, nos dijo que supo de nosotros y que quisiera que nuestro equipo ayudase en la investigación sobre el lugar, nosotros sin pensarlo dijimos que si debido a que queríamos demostrar nuestras capacidades, coordinamos con el señor Carlos y nos dijo que vayamos lo más pronto posible. Dentro de una semana el equipo de trabajo ya estaba listo para la aventura, el avión casi por despegar, todos emocionados. Pasaron horas de vuelo y al fin conseguimos llegar, nos esperaba una gran investigación, llegamos al hotel y descansamos porque todo iba a comenzar el siguiente día.

Un nuevo día y todos ansiosos por el proyecto que realizaríamos, nos fuimos al complejo arqueológico y encontramos al señor Carlos Torrealva Juárez, nos informó que estuvo viendo un poco el lugar con unos amigos de primaria que fueron el arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi y el arqueólogo Duccio Bonavia, ellos fueron en realizar la primera investigación. El señor Carlos nos informó que al acabar de investigar nos tenía una sorpresa, entonces nosotros nos pusimos las pilas, un amigo mío dijo que podría ser la ciudad perdida de la selva entonces decidimos crear ese mito “EL DORADO”, después de días de investigación descubrimos que era un lugar la cual es rico en oro, después de semanas investigando el señor Carlos Torrealva nos reunió a todos y nos dijo que antes de que llegáramos había escondido un tesoro dentro de él gran pajaten y era para encontrarlo, todos nos pusimos a buscar el tesoro, buscábamos y buscábamos, día tras día y no hallábamos nada, el estrés y angustia era grande. Pasó una semana y el seños Carlos nos reunió de nuevo para decirnos que el tesoro estaba en la punta de nuestras narices y que era una riqueza entonces todos fuimos a ver si había algo relacionado con bolsas de billetes o algo pero nos dimos cuenta que el tesoro ya lo habíamos hallado antes que era el oro, entonces fuimos al señor Carlos y le dijimos: hallamos el tesoro y es el oro; nos dijo que era lo más simple que podíamos hallar pero con harto valor y que era una riqueza de nuestro país, riqueza que el complejo arqueológico el gran pajaten tenía con abundancia.

Eso nos dio una lección, que no toda riqueza serán billetes sino que también puede ser nuestra cultura, lenguas y gastronomía.

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