PERROS CALLEJEROS EL MONSTRUO DE SU HOGAR

EL MONSTRUO DE SU HOGAR

KEILA IX-CHEL CEBALLOS ESPEJEL

 "La verdadera benevolencia, o compasión,

Se extiende a través de toda existencia y se entiende con

El sufrimiento de toda criatura capaz de sentir."

Addison, Joseph (1672-1719) Escritor y político inglés.

         
Abandonados, nacidos, perdidos, así es como los animales conocen ese lugar frio y de maltrato en su nuevo hogar “la calle”. Los seres en esta situación han sido considerados para la sociedad como un problema de salubridad, higiene y hasta imagen, pero los defensores de animales defienden una postura un tanto distinta, argumentando que son criaturas que merecen vivir en un hogar confortable y con los cuidados necesarios para garantizar una vida plena y feliz. Y es entonces donde inicia la pregunta, ¿Los albergues son un buen lugar para que estos animales vivan?, Pues bien, la mayoría de estos lugares se encuentran totalmente saturados debido a la gran cantidad de perros y gatos que llegan, además son instituciones públicas que en su mayoría se mantienen únicamente de donaciones de personas y no siempre permiten cubrir todas la necesidades que se tienen.

Por otro lado si estas instituciones no existieran los animales tendrían una vida con mayor riesgos en la calle, y poca oportunidad de tener un nuevo hogar con dueños responsables que les den lo que necesitan para una vida en condiciones óptimas, La página web el Cromo anuncia una encuesta realizada en Estados Unidos, donde el 70% de las personas creen que los perros sin hogar, a menos que tengan una enfermedad incurable o sean irremediablemente agresivos, tienen que ser cuidados de por vida. (2014, párr.2).  En tanto a esto la mayoría de las personas podría optar por una vida en albergue con esperanza de que consigan un hogar, a solo encontrar enfermedades, abusos, traumas, maltratos e inclusive la muerte. En la calle, los albergues tratan de poder apoyar a estos animales y evitar que sigan sufriendo, el problema es que no siempre cumplen su objetivo.

Ahora, hay que distinguir los tipos de refugios que existen, Según la periodista Carol Rincón existen 4 tipos de refugios: Protectoras de animales: son centros gestionados por voluntarios, Intentan no sacrificar nunca a ningún animal, a no ser que padezcan una enfermedad incurable o similar., Agencias de control animal: Suelen ser organizaciones contratadas para recoger los animales de la localidad en la que operen., Santuarios de animales: estos lugares son centros donde recogen animales que vivirán allí el resto de sus vidas, que ya no buscan un hogar., Refugios de puertas abiertas: lugares donde aceptan a cualquier animal sea del tipo que sea y se encargan de buscarle un nuevo hogar o refugio. Perreras: en estos lugares, se mantiene a los animales durante un tiempo. Una vez pasado ese tiempo, si nadie los  reclama o adopta, los sacrifican. (2014, párr.4).

Ahora bien, no todos los refugios son malos, simplemente se van ajustando a las necesidades de animales y a la sociedad, es difícil decidir si es mejor una perrera o un santuario de animales, pero al final será mejor que estar en la calle y exponerse a situaciones mucho más difíciles, desgraciadamente la existencia de estas instituciones provoca que los dueños que abandonan estén en un estado de confort sin preocupación alguna, es lamentable que dueños saquen a sus mascotas a la calle, porque estos son seres capaces de sentir y esto fue comprobado según un estudio científico. Un grupo de investigadores de Hungría, tomo imágenes de los cerebros de once perros mediante resonancias magnéticas y se encontraron que reaccionaban a las voces de la misma manera que lo hacen los humanos, especialmente, los sonidos con carga emocional como las risas y los lloros. (2013, párr.3).

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