¿POPULISMO O NEOLIBERALISMO EN LA 4T?

¿POPULISMO O NEOLIBERALISMO EN LA 4T?

Ante el nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, surgen dudas respecto al modelo económico a seguir, si realmente Andrés Manuel López Obrador es populista, y sobre todo,  qué importancia tiene que el nuevo gobierno posea un ideología populista o no.

Ante esta última cuestión, es importante estar conscientes de que la importancia de ser o no populista radica en el riesgo que puede llegar a representar para la democracia, pues a lo largo de la historia, está nos ha mostrado que un gobernante populista puede convertirse en uno autoritario, gracias a la legitimidad suficiente obtenida con el tiempo.

El “populismo” es un término poco claro, cargado ideológicamente, pero que desde el punto de vista de la política económica se resume  como el uso dispendioso de los gastos públicos, el uso intensivo de los controles de precios, la sobre valuación sistemática del tipo de cambio y las señales inciertas de la política económica, que tienen efectos deprimentes en la inversión privada.

En los últimos años, la economía mexicana fue capaz de enfrentar la caída en el precio del crudo y en la producción petrolera sin entrar en una crisis seria como en el pasado, y algunos estados crecen de manera alta y sostenida. Sin embargo, AMLO heredo un crecimiento promedio mediocre. El país tampoco ha podido incorporar al empleo formal y bien pagado a los mexicanos que entran al mercado de trabajo y enfrenta una profunda desigualdad regional, con niveles de pobreza altos y crecientes. AMLO ha podido culpar de esta situación económica al neoliberalismo, el conjunto de reformas estructurales impuesto a partir de la crisis de 1982; considera que dichas reformas en los últimos treinta años son la causa del problema de hoy en día. Ante esto, es clave analizar lo que expresa y cuestionar como va a solucionar tal problema.

Aunque sus críticos lo han acusado de populista, el presidente ha mencionado que busca regresar al modelo del desarrollo estabilizador, a las dos décadas de alto crecimiento y baja inflación del llamado milagro mexicano. Prometio crecer por lo menos al 4% anual y mantener baja la inflación, todo de la mano de una política social con transferencias directas a los beneficiados, financiadas con uno de los recortes al gasto público más agresivos de la historia de México, medidas intervencionistas en algunos mercados y un programa de inversiones públicas en el sureste del país.

Sin embargo, el gobierno de México, desde el inicio del sexenio ha estado envuelto en la polémica de ser un gobierno populista, puesto que desde campaña se diseñó un perfil de candidato del pueblo, buscando romper con el estatus del sistema presidencial que el Partido Revolucionario Institucional traía consigo desde hace más de 70 años incluyendo la alternancia del poder que tuvo el Partido Acción Nacional (PAN) por doce años. El discurso de López Obrador cuya intención era convencer a la población de unirse a su causa y acabar con el neoliberalismo impuesto por los tecnócratas, mejor conocidos como la mafia del poder tuvo el impacto deseado, sin embargo, dicho discurso lleva gran carga de tintes populistas, lo cual podría verse como un peligro para la democracia que existe en México, ¿Por qué?

Pues bien, ante el discurso de AMLO apelando a lo sentimental, los comicios en los órdenes de gobierno Federal, Estatal y Municipal a favor de MORENA fueron alarmantemente altos.

Ahora bien, desde los primeros días del gobierno se cumplieron algunas de las promesas de campaña tales como quitar la pensión a los ex presidentes y el aumento del presupuesto para los programas sociales, todo esto con el respaldo de la población que participaba en las consultas populares que se realizaron para legitimar de manera inconstitucional la cancelación del proyecto del Aeropuerto en Texcoco y dar paso al Aeropuerto Internacional Santa Lucía o la construcción del Tren Maya, y todo esto formando parte de una estrategia de control sobre las políticas públicas que el gobierno de México implementaría a través de dar un valor moral a las acciones del Presidente; sin embargo, estas acciones traen consigo el riesgo de que el régimen de MORENA tienda a volverse autoritario e incluso totalitario.

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