PROBLEMÁTICAS EN LA GUAJIRA, COLOMBIA

PROBLEMÁTICAS EN LA GUAJIRA, COLOMBIA        

Problemáticas en la Guajira, Colombia

La Guajira es un departamento colombiano que limita con el Mar Caribe, Venezuela y con los departamentos del César y Magdalena (Encolombia, 2018), gracias a esto y también a su diversidad cultural, su gente, sus playas, desiertos y exóticos paisajes, la Guajira destaca por su potencial turístico, sin embargo, no solo es relevante por el creciente turismo, este departamento también es un gran productor de carbón, sal marina y gas. El departamento cuenta con el Cerrejón, uno de los principales yacimientos de carbón en el país, también cuenta con las salinas de Manaure, las bananeras en el Municipio de Dibulla, varios gasoductos que llevan gas domiciliario a más de 8 millones de viviendas en todo el país y el parque eólico de Jepirachi, todo esto hace parte de los aportes que tiene este departamento con el país.

Aunque la Guajira es un gran productor para el país, su realidad es muy distinta a lo que se esperaría, a este departamento ingresan limitados recursos y gran parte de ellos se pierde, incluso algunos gobernantes no alcanzan a terminar sus periodos luego de ser destituidos por corrupción y desviación de recursos, sumado a esto, el departamento cuenta con el mayor índice de pobreza y pobreza extrema no solo del caribe sino también del país siendo este del 62,97% para el 2020, esta cifra aumentó respecto a la del año anterior por causa de la pandemia (Martínez, 2021). Sumado a esto, para el 2021 se contabilizaron 107 personas muertas como consecuencia de disputas entre diferentes clanes indígenas por conflictos que no pudieron ser solucionados bajo su propio sistema normativo o sistema de justicia propia. Este departamento también se ve afectado por episodios de contrabando de gasolina, cigarrillos y licor entre los productos mas relevantes que son pasados ilegalmente a través de Maicao, a la fecha las autoridades han incautado contrabando valorado en 360 millones de pesos en whisky y cigarrillos (Fiscalía Colombia, 2022). Al mismo tiempo otro de los retos de la Guajira es la dinámica migratoria, solo en el departamento se encuentran cerca de 106.749 personas provenientes de Venezuela, siendo la Guajira el séptimo departamento con mayor acopio de venezolanos (Bueno, 2022). Para combatir el contrabando, organizaciones como la Sijín, Sipol y Polfa adelantan constantes investigaciones apoyados en las denuncias e informes de la ciudadanía lo que permite una rápida acción en contra de este flagelo. Por otra parte, para brindar apoyo a la población migrante, se han establecido lugares como el Centro de Atención Integral (CAI) que se ubica a las afueras de Maicao en donde brinda atención a dos tipos de perfiles migrantes, el primero de ellos son los migrantes que pueden permanecer en el centro hasta 40 días y también los migrantes transitorios que se quedan durante 3 días para recuperarse del viaje y de allí continúan hacia el interior del país u otros países.

Ahora bien, otro problema que padecen los guajiros es la deficiente cobertura del servicio de agua, en municipios como Dibulla, el agua en gran parte de los hogares solo llega 1 vez por semana y en ocasiones tarda hasta 1 mes en llegar, razón por la que se debe almacenar en tanques, albercas y pozos para poder racionarla hasta que nuevamente se pueda recoger y almacenar agua. En las zonas rurales y rancherías del departamento, la escasez del recurso hídrico se encuentra más marcada, solo en el municipio de Uribia cerca de 400 familias sobreviven recogiendo agua de jagüeyes cada vez más secos, en estos pozos también toman agua animales silvestres y habitantes de los corregimientos aledaños que en ocasiones deben caminar varios kilómetros para recoger agua de color amarillezca y no apta para el consumo humano. Lo realmente inquietante es que cerca de comunidades como Cocoma, existen micro acueductos que han dejado de funcionar por falta de mantenimiento. Esta problemática sumada a que solo el 21,1% de la población indígena tiene acceso a servicios de acueducto, 11,8% a servicios de alcantarillado y 13,2% a recolección de basuras expone a los habitantes de estos corregimientos a padecer de una crisis sanitaria constante.

Por lo anterior, como toda comunidad que pierde su manera de sustentarse y su acceso al agua, la situación humanitaria es demasiado preocupante. A esto se suma un deficiente acceso a salud, migración, constante abandono de sus medios culturales, por esta razón los índices de pobreza aumentan y quienes cargan con la mayor carga son los niños en especial los niños wayuu (Barney, 2021). Como consecuencia de esto, en el 2020 se contabilizaron 63 muertes en menores de edad por causas de desnutrición infantil, viéndose más afectadas las zonas rurales y rancherías donde se encuentra un gran porcentaje de población wayuu que en algunos casos, sufre de pobreza alimentaria, malnutrición y escaso acceso a agua potable. A esto se suma la falta de información en la construcción de políticas para evaluar el impacto de la alimentación en la salud de los niños. Todo esto se ve evidenciado en el indicador de desnutrición crónica donde la Guajira obtuvo el porcentaje más alto, de 26% en comparación con la media nacional que fue de 10,8%. Adicionalmente para el 2021 se alcanzaron a contabilizar cerca de 17 niños muertos por desnutrición infantil y estos son solo los casos que fueron reportados (Loureiro, 2021).

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