PROCESO HISTORICO
Enviado por LEIDYSR • 11 de Abril de 2014 • 5.394 Palabras (22 Páginas) • 321 Visitas
PROCESO EVOLUTIVO HISTÒRICO MUNICIPAL
Municipio es un término de significación histórica estricta, concreta, en su origen romano. Término que en el proceso evolutivo de los pueblos y, en cada pueblo, de las instituciones- se aplica a agrupaciones territoriales diversas, de condición política distinta, para alcanzar el valor de un término filosófico en el Derecho, en la sociología política y en la ciencia del Estado.
Es bastante corriente designar bajo el nombre general de Municipios, determinadas formas o grados de vida social o política, territorial o de espacio, condensados en agrupaciones de mayor o menor complejidad, que se estiman necesarias en momentos dados de la evolución total humana. No obstante, el Municipio conserva, su valor histórico especial en el régimen político de los Estados modernos; valor que cambia de Estado a Estado, dependiendo su significación concreta de las especiales condiciones particulares nacionales, del respectivo proceso institucional y de la condensación alcanzada por el concepto en las diferentes fórmulas legislativas. De conformidad con estas indicaciones, resumiremos brevemente las acepciones más importantes del Municipio.
La palabra Municipio —Municipium— es de significación romana en su origen. Se aplicaba, en un principio, a ciertas ciudades de Italia que Roma iba conquistando. Es entonces el Municipio una de las condiciones o tratamiento a que Roma sometía, o que otorgaba a los pueblos conquistados, y expresaba el hecho de una comunidad política subordinada a Roma, pero conservando una autonomía más o menos amplia. Estas ciudades constituyeron los Municipios: el cives municeps (ciudadano del municipio) tenía el derecho de ciudadanía romana (commertium, connubium), pero no los políticos (el sufragio). Después de las leyes Julia (90 antes de C.) y Platia.
Roma sometía, o que otorgaba a los pueblos conquistados, y expresaba el hecho de una comunidad política subordinada a Roma, pero conservando una autonomía más o menos amplia. Ciertas ciudades de Italia recibieron la civitas entera, o la civitas sine suffragio. Estas ciudades constituyeron los Municipios: ciudadano del municipio, tenía el derecho de ciudadanía romana, pero no los políticos (el sufragio). Después de las leyes Julia (90 antes de C.) y Platia Papiria (89 antes de C.), desaparece la distinción entre Municipios y ciudades confederadas, persistiendo, no obstante las diferencias en cuanto al régimen local.
La base esencial en cierto modo sociológica del Municipio consiste en el núcleo de vida colectiva distinto, definido sobre un territorio dado, vida intensa y densa: un centro de atracción o de defensa. Municipio expresa la condición política del núcleo en relación con un Poder dominador (imperio); situación esencialmente distinta de la Ciudad Estado, la polis griega, que es independiente, y de la civitas Roma, que tiene el imperio frente o sobre el Municipio. La idea de éste se resume en la autonomía sin independencia política: autonomía para regir los propios intereses locales, a diferencia del Poder de Roma, que ejercía otros derechos propios, supremos, en relación con intereses no locales.
PROCESO EVOLUTIVO HISTORICO ESTADAL
El principio del fenómeno estatal, al igual que sucede con el resto de las institucionales sociales, no se puede fechar con precisión ya que se trata de un proceso evolutivo. Si por Estado entendemos la centralización del poder y la aparición de instituciones especializadas para la administración de un territorio delimitado, el fenómeno estatal parece consustancial al devenir histórico de la humanidad, puesto que la historiografía nos muestra que son escasas las sociedades sin alguna forma de Estado. Unos encuentran formaciones estatales en las antiguas sociedades hidráulicas, aquellas que se desarrollaron en torno a grandes ríos como el Éufrates o el Trigris, otros en la Atenas de Pericles o en la República Romana, otros sitúan su origen en la aparición de la diferenciación social, ya sea con el surgimiento de una clase letrada, ya sea con la consolidación de una sociedad dividida en clases y, para otros, el origen del Estado se remonta al siglo XVI y más concretamente a las aportaciones de Nicolás Maquiavelo.
Hermann Heller, en su brillante fundamentación teórica del Estado, alcanza el consenso doctrinal politológico, al señalar que será a partir del Renacimiento cuando se produzca de una forma más clara la consolidación de estructuras institucionales, que configurarán la verdadera génesis del Estado en su sentido moderno. Veamos pues como se desarrolla ese proceso que culmina en la formación del Estado moderno y que en los últimos cinco siglos ha constituido la principal forma de organización política de las sociedades, aunque sometida a la evolución institucional que describiremos en este capítulo.
El Estado como entidad jurídico política surge bajo los procesos de modernización que de una forma más o menos generalizada se producen en el continente Europeo en los siglos XV y XVI. A ello contribuirá una inmensa pluralidad de factores coincidentes en el tiempo histórico y que son precisos entender e interrelacionar para la comprensión global del origen del Estado. Para ello nos centraremos en cuatro órdenes de análisis: la estructura y la estratificación social, el ordenamiento político jurídico, la fundamentación teórica del Estado y la estructura económica.
La organización política y social medieval, caracterizada por las relaciones de vasallaje, la autarquía económica y la poliarquía, queda obsoleta como consecuencia de los cambios económicos, políticos y sociales que se producen desde el siglo XIII. La estratificación social vasallística de carácter piramidal determinaba las relaciones sociales. En el vértice de la pirámide social se sitúa el rey o el emperador, a menudo como un poder formal en el que el verdadero poder real lo ostentan los señores feudales. La base inferior de la pirámide estaba constituida por los siervos de la gleba, de donde a partir del siglo XIII, y en un proceso de desarrollo extraordinariamente lento, se formará una clase urbana, artesanal, gremial y mercantilista.
Los territorios medievales, al frente de los cuales se encontraba el señor feudal, irán dando paso a organizaciones territoriales cada vez más extensas y complejas: de los territorios medievales, al Reino y de éste al Estado moderno. En este proceso, en el que se entremezclan las viejas y las nuevas instituciones, los historiadores suelen coincidir al señalar tres factores que propiciarán la formación de nuevos territorios: pactos matrimoniales, avances militares y deudas entre señores feudales. Frente a la dispersión del poder político y social que caracterizaba
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