Palabras De Despedida

PALABRAS DE DESPEDIDA GRADO 11-01 JM

Señor rector Jorge Benjumea Rocha, señora coordinadora Luz Marina Medina, docentes, administrativos, compañeros del grado once compañeros del grado décimo, comunidad Camilista y demás presentes, La ceremonia que hoy nos reúne es indudablemente motivo de orgullo para todos nosotros, pues hemos alcanzado exitosamente una tras otra nuestras metas en uno de los colegios que ha sido semillero de grandes personajes a nivel municipal, departamental e incluso nacional.

Antes de empezar, me gustaría dirigirme a mis compañeros de promoción, para agradecerles la oportunidad que me brindan de poder decir estas palabras en nombre y representación de todos ellos, al menos eso espero, en este emotivo momento, Cuando se me propuso decir estas palabras, fueron muchos los pensamientos, vivencias y anécdotas que se me pasaron por la mente, tantos y tan variados, que creía no tendría papel suficiente ni tiempo en este acto para compartirlo con todos ustedes.

Se trata de seis años de nuestras vidas dedicadas a la formación académica que aunque vienen precedidos de otros 5 o 7 persiguiendo el mismo objetivo, el de la formación intelectual, no es lo mismo, aquí hemos recibido, al menos casi siempre, aquello que hemos venido a buscar voluntariamente, porque nos atraía, porque nos resultaba interesante y nos debía guiar hacía una vida profesional llena de éxito.

En estos años que han trascurrido hemos vivido los momentos más inolvidables de nuestras vidas, ya que aquí donde nos encontramos se han dejado recuerdos y experiencias que nos sirvieron para ser quienes somos.

Queridos profesores, creo que el sentimiento de agradecimiento y reconocimiento a su labor es unánime. Nos hemos tenido que aguantar (mutuamente eso sí) durante varios años, pero creo que la relación ha sido cordial, estrecha y fructífera. Creo que los alumnos de esta promoción se van con una grata imagen de sus profesores.

En ocasiones, algunos de nosotros (cuyos nombres citaré), porque no decirlo, nos hemos aburrido con clases monótonas y aburridas (bueno quizás me esté pasando pero es que estos adjetivos surgen con facilidad) pero la mayoría, que digo, la inmensísima mayoría han resultado enriquecedoras, agradables, amenas, entretenidas, distraídas.

Muchos afirman que el mejor discurso de la historia contenía tres palabras, “seré breve, terminé”. Sé que es más simple dar la vuelta, pero aún creo en que se puede generar un cambio de la mano de una sencilla hoja de papel.

Hoy me encuentro frente a ustedes no para subrayar el hecho de que quizá no volvamos a encontrarnos, es una posibilidad, pero por qué entristecernos si ni siquiera ese hecho podría despojarnos de todas las experiencias que nos llevamos impresas en la piel, que se volverán recuerdos andantes en nuestra mente, sentimientos perpetuos en nuestro corazón. Porque

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